Un espejo en la mitad del bosque

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Felipe solo podía correr, aunque había salido en su caballo a despejar su mente, ahora sus piernas lo obligaban a correr sin tener un rumbo fijo a donde ir, no sabía lo que hacía, pero estaba seguro de una cosa...
"No se iba a casar con esa mujer"
El aire gélido provocaba que respirara con gran dificultad, pero no podía detenerse, el corazón le latía con fuerza, un fuerte dolor en el pecho lo hizo aferrarse la camiseta mientras comenzaba a ver borroso, detuvo sus pasos al tiempo que caía sobre la nieve, era Invierno, la única estación en el año que no le gustaba, más en esos momento la frescura del clima lo agobiaba como una vieja amiga. Logró articular una extraña sonrisa mientras sentía sus párpados adormecerse con cada copo que caída sobre su cuerpo, sus manos estaba entumecidas, y un calor lejano le beso la mejilla, tal vez no estaría malo quedarse ahí para siempre; la idea la parecía indiferente. Escucho el ruido de cascos de caballo corriendo hacia el, pronto lo encontrarían, pero el ya no ansiaba escapar, solo quería dormir.
Cerró los ojos y exhalo su ultimo aliento.
Cuando se despertó lo primero a lo cual su vista se adaptó fue al techo de madera que había sobre el, al girar la cabeza vio unos ojos azules junto a unas ondas de color castaño que caían como una cascada, cuando hicieron con tanto la chica entreabrió sus labios, y el pudo notar que eran muy rojos y carnosos, al mismo tiempo sus mejillas se sonrojaron cuando notó la forma como ese sujeto tendido en la cama la miraba sin parar.
Ella abrió la boca
- ¿Estás bien? - la chica se levantó de donde estaba para acercarse y tocar su frente - Tienes fiebre, debiste pasar mucho tiempo inconsciente. - la chica se dirigió hacia algún lugar de la cabaña, tenía una gran capa azul que le cubría todo el cuerpo.
Felipe no podía hablar, por alguna razón aquella doncella le producía mucha paz, además de que sus cuerdas vocales no parecían capaces de articular ningún gemido, la cabeza le comenzó a latir con fuerza cuando decidió volver a cerrar los ojos.













- ¡ Luciana ! - un grito despertó a Luciana de entre el sueño que la acobijaba, no sabía que era, solo pudo levantar la cabeza de entre las sábanas y descubrir que ya era tarde para ir a la universidad.
- ¡Ya voy ! - como un rayo se levantó de la cama tropezando con una bola de pelos anaranjada que salió corriendo bajo la cama cuando ella se disculpó. Se metió a bañar y poco le importó el look que traía cuando se miró frente al espejo, sabía que no se veía del todo bien, el proyecto en el que estaba trabajando había acaparado todo su sueño, y había terminado de hacer muy pasada la madrugada, cuando se terminó de arreglar bajo corriendo las escaleras .
- Lo siento pero se me hizo tarde - saludo a sus padres mientras se llevaba una manzana de la mesa - me llevaré una fruta para el camino - se llevó las llaves del carro al bolsillo del pantalón y cerró la puerta detrás de ella.
- Otra vez se fue sin desayunar - digo su madre al vacío mientras veía el desayuno en la mesa - ¿a ti te dio de comer bigotes? - el gato anaranjado que lucía casi piso en la mañana, bajo las escaleras despacio mientras maullaba. La madre suspiró - supongo que no.
- Luciana, ¿dónde estás? El profesor Rómulo ya está pidiendo los trabajos -
- Me quedé dormida - Luciana manejaba todo lo rápido que podía, pero vivía al otro lado de la ciudad y la universidad quedaba a las afueras de la misma, colgó el celular mientras apretaba los dientes, no podía creer que se había quedado dormida; ella había colocado la alarma la noche anterior para llegar temprano a la entrega del proyecto, estudiaba en la universidad de california en Dawnmon city, en la facultad de literatura; lo cierto es que amaba leer, y escribir, quería trabajar en una editorial prestigiosa; sus sueños estaban por hacerse realidad cuando en decano de la facultad les dio la oportunidad de corregir un manuscrito para la editorial de Johnson's Inc, su mayor editora iba a revisar los manuscritos, les dieron 3 meses para hacer la entrega final, y justo hoy era el día, pero se había quedado dormida.
- ¡ No puede ser ! - el corazón de Luciana dio un vuelto cuando vio la fila del semáforo, el trafico en la ciudad estaba al tope, por eso le gustaba salir temprano para evitar esos infortunios. Suspiró de manera prolongada dejando caer la cabeza sobre el volante. - "no llegaré nunca"
Expectante y derrotada a la vez, lo único que podía hacer era esperar. Luciana vio como los árboles a su alrededor dejaban caer sus hojas, el otoño estaba comenzando, le gustó ver como el viento mecía la copa de varios árboles de un lado para otro, le dio tranquilidad ver la voluntad de aquellos entes tan volátil.
Cuando la fila comenzó a ceder, Luciana sonrió para sus adentros, supo discernir que ya era lo bastante tarde para llegar, pero aún así había posibilidad de poder entregarle el proyecto al profesor y que hiciera una excepción, solo tal vez pudiera tener una oportunidad de nuevo.
Siguió conduciendo y alejándose del norte donde ella vivía, comenzaba a acercarse a la universidad cuando vio el letrero que decía " está dejando Dawnmon city"
Cuando su teléfono sonó indicando una llamada de su mejor amiga Kathe, cuando iba a agarrarlo un camión en la vía perdió el control dirigiéndose hacia ella, Luciana giró la dirección del manubrio con brusquedad hacia la derecha, una parte del camión alcanzó a golpear el parachoches ocasionando que el vehículo de Luciana se metiera entre los arbustos del bosque, por más que la chica pisará el freno el automóvil no respondía avanzando hasta que dio contra un enorme árbol, llegando hasta el centro de la vegetación. Luciana se había golpeado la cabeza cuando la parte delantera impacto sobre la corteza.
Su pecho subía y bajaba con rapidez, se vio en el espejo retrovisor notando un hilo rojo atravesar su frente; se llevó las manos a ella notando humedad en sus manos.
- No puede ser - maldijo para sus adentros. Luciana se bajó del coche con gran dificultad, a su alrededor solo habían árboles y árboles, el cielo azul y los pájaros en lo alto de las ramas entonaban un aura mágica que solo confundía sus sentidos, se dio la vuelta para inspeccionar el vehículo pero el impacto había roto la farola derecha y tumbado toda la zona delantera, aunque intentará prenderlo sabía que no iba a poder, el vehículo tenía un sistema de seguridad que ante una colisión se apagaría.
Se dirigió al gran árbol notando que la corteza no había sufrido ningún tipo de daño, el golpe no había perturbado la superficie de este, mientras que su auto si había recibido todo el golpe.
Al rodearlo se extraño encontrase con un enorme espejo en el núcleo, habían varias señales en la zona y todas confluían en el gran espejo. Acercó su mano para tocarlo.
- ¿Por qué había un espejo en la mitad del bosque"

UN REFLEJO EN EL ESPEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora