Genya, logra sacar algo de esperanza al saber que dos de sus hermanos siguen con un leve pulso. Ella hará lo que sea por sus hermanos menores.
Sanemi, él cree que la única familia que le queda es Genya. Si tan solo él hubiera sabido que dejaría a s...
Esta historia es creada de mi imaginación, hay cosas sin sentido y que serían imposibles en la idea original (Kimetsu No Yaiba) de Koyoharu Gotouge. También hay faltas de ortografía (Tratando de mejorar 👊😭)
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-Genya, hermanita.- Sanemi se de tiene provocando que su hermana preste toda su atención en él. -Nos tenemos que esforzar más si queremos mantener a la familia. Nuestro padre a sido asesinado pero...siendo realista, me siento un poco más aliviado.- Juguetea un poco con sus mechones albinos.
-¡Claro! Pero... lo único que a cambiado e que papá no está. Ni siquiera él nos dejaba dinero así que...¡seguimos igual!- A Sanemi le dio risa e pequeño puchero que hizo Genya. Ella lo miraba confundida, sonrió cálidamente al ver la risa de su hermano.
-No te preocupes, Genya. Soy el mayor y te prometo que si te cansas te puedes ir a descansar, yo siempre te protegere a ti y todos nuestros hermanos.- Agarró la mano de Genya y la acarició, el tacto de esta era un poco áspera por los trabajos que hacía para poder vivir con su familia. Eso no impidió que Sanemi siguiera con la acción.
-...¡Muchas gracias, Nemi!- Abrazó a su hermano mientras lloraba, esto sorprendió a Sanemi. Según él, sus promesas era bastante absurda como para llegar a llorar.
Prometiste protegerme, prometiste protegernos...Eres un mentiroso.
-¿¡Qué!? ¡Mamá! ¡Nemi!- Fue corriendo al cuerpo de su madre, esta se encontraba desintegrandose.
Ella era conocida por sus labores y recados que hacia a la gente, todos podían concordar que era una chica capaz de entender la mayoría de cosas para su edad. Pero esa situación era bastante confusa para ella. No entendía porqué sus hermanos fueron atacados por un monstruo. No entendía porqué su madre se desintegraba, ¿tal vez así mueren las personas? Ella no había visto a nadie morir, mucho menos que alguien muriera en sus brazos.¿Su Nemi era el causante de todo? ¿El monstruo era su aniki?
No sabía la respuesta de ninguna de sus preguntas. Eso hasta que vio el cuchillo en la mano de su hermano.
-Nemi...¿Fuiste tú?- La mirada perdida de su hermano no ayudaba. Estaba apunto de asumir que su hermano fue el asesino de su madre, ella aún no daba por muertos a sus hermanos. ¿Su joven madre estaba muerta por su hermano mayor? No quería aceptar que su hermano cometió aquel crimen contra su familia pero todo apuntaba a que él provocó la muerte de su madre.
Estaba apunto de volver a gritar pero vio como su hermano se hiba corriendo a la montaña. Lo miró con decepción, se quedó llorando durante minutos. Pero tenía que hacer una última cosa antes de seguir llorando. Revisar a sus hermanos.
Tocó, reviso y trato. Todos ya estaban muertos o sin esperanza de ser salvados, pero dos de ellos seguían con leves palpitaciones. Koto e Hirosi seguían con vida. Sus heridas eran graves, sobretodo las de Hirosi. Cargo a los tres sin importarle el peso, corrió hasta el médico más cercano. No sin antes agarrar todo el dinero de su casa en ruinas.
