El sol brillaba alto en el cielo, iluminando la tranquila cabaña frente al mar. Después de semanas de caos y confrontaciones, Barry y Frost necesitaban un respiro. Decidieron alejarse del bullicio de Central City, buscando un lugar donde el único sonido que los rodeara fuera el de las olas rompiendo suavemente contra la orilla.
Al despertar, la habitación estaba bañada por la luz dorada del amanecer. La brisa marina se filtraba por las ventanas abiertas, trayendo consigo el frescor de la mañana. Barry, aún medio dormido, rodeó a Frost con sus brazos, sintiendo su cálido cuerpo cerca del suyo.
Barry: (susurrando mientras le acaricia la espalda) Buenos días, amor. ¿Lista para un día de descanso?
Frost: (sonríe, sintiendo la calma a su alrededor) Más que lista, Barry. Esto es todo lo que necesitamos.
La pareja se levantó lentamente, dejando atrás la calidez de las sábanas para dar un paseo por la playa. El sonido del mar, el sol acariciando sus rostros y la suave brisa del océano les daban una paz que no sentían desde hacía mucho tiempo. Caminaban tomados de la mano, sin prisas, disfrutando de la compañía mutua.
Frost: (mirando el horizonte) Este lugar... es perfecto. Aquí podemos olvidarnos de todo, incluso de las batallas que nos esperan.
Barry: (sonriendo mientras la mira con ternura) Estoy de acuerdo. Aquí solo estamos tú y yo. Y quiero aprovechar este tiempo para pensar en nosotros... en nuestro futuro.
Frost lo miró de reojo, su mirada suave pero llena de curiosidad. Era una mujer de emociones profundas, pero rara vez dejaba que sus sentimientos salieran a la superficie de una manera tan abierta. Sin embargo, estar allí con Barry, en ese pequeño rincón de paz, la hacía sentir más segura para compartir sus pensamientos.
Frost: (acariciándose el vientre, pero con una expresión algo tensa) Si es niña, me encanta el nombre Crystal. Es perfecto para ella. Pero... (pausa, bajando la mirada, sintiendo un nudo en el estómago) No sé si estoy lista, Barry. Es un bebé, y... (susurra) siento que todo va a cambiar.
Barry: (deteniéndose y mirándola con ternura, tocando su mano) Frost, no estás sola en esto. Vamos a hacerlo juntos, como siempre. Y si es niño, también me gusta el nombre Oliver. Pero, no importa el nombre. Lo que importa es que seremos una familia.
Frost se quedó en silencio por un momento, mirando el mar. No era que no quisiera al bebé, pero el miedo a lo desconocido la paralizaba un poco. Era una nueva etapa, un nuevo desafío, y todo lo que había vivido antes parecía insignificante en comparación con lo que estaba por venir. Sin embargo, la presencia de Barry la tranquilizaba, y eso la hacía sentir que podría enfrentarlo todo.
Después del paseo, regresaron a la cabaña y pidieron comida a la habitación. Cuando la comida llegó, se sentaron juntos en el balcón, disfrutando de la vista del mar mientras probaban los deliciosos platillos. El ambiente era relajado, pero la cercanía entre ellos hacía que cada pequeña interacción se sintiera intensamente significativa.
Barry: (mirándola con una mezcla de ternura y deseo) Sabes, Frost... este tiempo juntos me hace pensar en lo afortunado que soy. Tenerte aquí, con nuestro bebé... no quiero perderme ni un segundo más sin saber lo que puede depararnos el futuro.
Frost: (acariciándose el vientre, esta vez con una sonrisa suave pero algo nerviosa) Yo también me siento afortunada, Barry. Este bebé... es lo más grande que me ha pasado. Pero, (murmura, casi en un susurro) no puedo evitar sentir un poco de miedo. Todo está cambiando... y tengo miedo de no estar lista para esto.
Barry, al escuchar su miedo, la tomó suavemente de la mano y le acarició la mejilla, buscando darle seguridad.
Barry: (mirándola con dulzura) Estoy aquí para ti, Frost. Y no importa lo que venga, vamos a afrontarlo juntos. Con tu fuerza y con el amor que compartimos, sé que seremos más que capaces.
Frost asintió, dejando escapar un pequeño suspiro de alivio. Aunque el miedo seguía allí, la compañía de Barry la hacía sentir más segura.
Con una chispa traviesa en los ojos, Barry se acercó lentamente a ella y la besó suavemente en el cuello, sintiendo la calidez de su piel, el aroma salado del mar aún envolviéndolos.
Barry: (mientras besa su cuello) ¿Qué te parece si, en lugar de hablar de futuros inciertos, seguimos disfrutando de este momento?
Frost: (sonríe con una mezcla de ternura y picardía) Creo que esa es la mejor idea que has tenido, Allen.
El beso entre ellos se intensificó, convirtiéndose en algo más ardiente. La pasión de ambos afloró, y en ese momento, no hubo lugar para nada más. Sólo estaban ellos dos, el uno para el otro.
A medida que se acercaban más, los gemidos suaves de Frost y Barry comenzaron a resonar en la habitación, llenando el espacio con sus suspiros de placer. El sonido de la cama que crujía suavemente se mezclaba con el murmullo del mar. A cada movimiento, se podía escuchar cómo la pasión de ambos se hacía más evidente.
Barry: (entre gemidos suaves) Frost...
Frost: (con un suspiro) oh Barry...
El sonido de la cama continuaba, creando una atmósfera íntima, mientras sus cuerpos se entrelazaban, buscando un escape en la cercanía del otro. El amor y la pasión fluían con cada caricia y beso, mientras la preocupación por el futuro desaparecía por completo, reemplazada solo por el presente, el momento compartido.
Cuando finalmente se recostaron juntos, entrelazados en las sábanas, la noche cayó sobre la cabaña, acompañada solo por el sonido relajante de las olas. Frost descansaba sobre el pecho de Barry, sintiendo el latir de su corazón y la calidez de su abrazo. La inseguridad sobre el bebé seguía presente, pero el amor de Barry le daba la fuerza para seguir adelante.
Barry: (besando su frente con suavidad) Te amo, Frost. Te prometo que siempre estaré aquí, para ti y para nuestro bebé. No importa lo que pase, siempre seremos un equipo.
Frost: (con una sonrisa suave, cerrando los ojos) Y yo te amo, Barry. Con todo mi corazón. Eres mi refugio, mi paz.
La noche pasó, tranquila y serena, mientras el mar seguía su eterno baile contra la costa. En la cama, Frost y Barry compartieron sueños de un futuro juntos, de los momentos felices que aún les aguardaban, y de la familia que estaban a punto de formar.