—¡Vamos, Kageyama!—Uh. Sí, disculpe.
Daichi intenta amontonar a todo el equipo en un pequeño sector.
Aún con su presencia autoritaria, le dificulta generar el orden que quiere sin ignorar al trío de problemáticos que se encargan de rebolotear al rededor del gimnasio.Tanaka y Nishinoya, quienes corren tras Shimizu para ayudarla a cargar sus bolsas, fastidiandola con halagos y piropos.
Y Hinata, quien se despide de todos sus amigos que hizo durante el partido con Dateko.Me subí al bus, ojeando cada asiento para decidir cuál era el mejor, finalmente decidiendome por el penúltimo asiento que daba a la ventana.
Hace unos pocos minutos acabamos nuestro partido amistoso contra Dateko.
3 sets. Dos ganados, uno perdido.
A Hinata le llegó un saque en la cara. Y al momento de sacar, salió fuera.
Al menos los ataques funcionaron igual de bien que siempre.
Aunque lo noté algo raro. Normalmente sólo se pone nervioso por la emoción de jugar, pero ahora era algo más.Aparte de eso, fuera de la cancha estaba como preocupado. En la cara se le veía una cara de tristeza. No sé, espero que esté bien.
—¡Tanaka, Nishinoya! ¿Cuantas veces tengo que llamarlos?
—Cálmate, Daichi. —dijo Suga-san, soltando una risilla, luego de posar su mano en el hombro del capitán.
Finalmente pudieron controlar la escena, después de varios regaños y griteríos.
Hinata se despide de sus amigos y entra al autobús. Parece buscar un asiento vacío con su mirada, pero a penas me ve, se sienta a mi lado.
Por un pequeño momento, permaneció en silencio. Sin decir nada, taciturno, mirando por mi ventana.No miento cuando digo que no sé cómo sentirme respecto a Hinata.
Lo veo como un rival que estaba predestinado a conocer. Alguien que estaba destinado cruzarse en mi vida.Un rival. Así lo veo.
Pero los rivales no te abrazan.
Los rivales no te compran comida.
Los rivales no buscan tu aprobación a cada momento.
Y es eso lo que no entiendo.¿Somos algo más? ¿Amigos, tal vez?
De igual manera sería algo extraño. No sé si en algún momento, al conocer a alguien, se aclaran lo que están siendo.
No importa, no entiendo por qué debería de preocuparme tanto por qué tipo de relación tenemos.—Mgh...
Refunfuñó Hinata.
—¿Qué te pasa?
—Oh, nada, nada... Es sólo que estaba pensando en algo.
Dijo mientras movía su mano de lado a lado.
Me mantuve en silencio, pero sentí una vibra extraña como si quisiera decirme algo. Hinata tenía la nariz arrugada y los labios apretados, como si intentara aguantar algo.
No sabía si iba a cagarse encima, vomitar o llorar.—Bueno... —retomó— es que hace unos días que tengo un problema.
—¿Es por eso que estás así?
—¿A qué te refieres?—me miro indignado— Bueno, Sí, pero... No sé si decirte... Ehh...
Se tomó una pausa de unos segundos para pensar si realmente me quería decir o no.
—Sé muy bien que sólo somos compañeros de equipo.— Dijo, con una expresión seria en su rostro. — Pero eso no significa que no quiera ser algo más... O no significa que no confíe en tí.
—Ajá...
Me hablaba con un tono más serio de lo que se acostumbra de él.
—Es sólo que he tenido problemas en casa. Eso es todo.
Permaneció cabizbajo por unos segundos. Y por ese lapso de tiempo, sin necesidad de palabras, creo que pude comprenderlo más que nadie.
—Y... —pensé durante unos segundos— ¿Hay algo en que... Pueda ayudarte?
—No, no... ¡Créeme que estoy bien! Estaré mejor.
No sé qué tipo de problemas en casa tendrá, pero pasé por cosas parecidas.
Entiendo el tipo de sensación en ese aspecto.Llegar a la casa y... No sentirte realmente en casa.
Miré a Hinata con tristeza.
Reconozco que no soy bueno hablando con gente. Mucho menos consolandola. Entonces no tengo idea de que hacer o decir en este tipo de situaciones.Y créanme que me gustaría ayudarlo, o que al menos confíe en mí. Porque cuando estoy a su lado, pareciera que todo está mucho más brillante.
Y es que también Hinata es alguien muy extraño. Es como si viniera de otro mundo.
Siempre positivo, enérgico, nunca se calla y siempre está de un lado para otro. Me molesta verlo tan calmado, o entristecido.Pero es como si el mundo reluciera más su colores cuando estoy junto a él.
Sus ojos caramelo son agitantes, turbulentos. Colmados siempre de alegría y motivación. Su cabello llamativo, que cautela la mirada con sus colores.
A veces, cuando logras mantenerlo calmado, puedes escuchar su voz volverse más mansa, melódica, tierna.Acogedora.
Ahora mismo está callado, no lo puedo escuchar. Pero puedo sentir su presencia haciéndome compañía. Y no es desagradable, para nada.
El silencio permaneció, alargándose eternamente.
Sus ojos, ahora que vuelvo a mirarlo, parecen cansados. Con un rubor al rededor de ellos. Con ojeras más marcadas. Ojos más hinchados, mirada más pérdida, más sóla.
Verlo me hace compartir su tristeza.Él mismo lo dijo. No somos muy amigos.
No hablamos demasiado, o salimos para algo más que no sea entrenamiento.
Pero aún así, estoy seguro que nuestra relación es especial.Mi cuerpo se estremece cuando siento su pequeña cabeza tomar apoyo en mi hombro.
Lo miro, algo asombrado,y puedo sentir como su brazo intenta abrazar al mio, aferrándose a mí. Todo este acto despertandome de mis pensamientos.Mi cara se acopla de vergüenza. Trato de mirar a la ventana, ignorando todo, tratando de disimular el rubor en mi cara. Mi corazón parece ir cada vez más rápido y estoy seguro que es lo suficientemente fuerte para poder escucharlo.
Poder sentir su cuerpo moverse cuando respira, sentir el peso de su cabeza encima de mi hombro, escuchar levemente los suspiros que hace. Todo esto parece volverme loco, cómo si sólo un rarito se diera cuenta de estas cosas.
Normalmente lo empujaría, lo insultaría o le quitaría el hombro.
Pero ahora mismo, el calor de su cuerpo parece ser algo que se volvió mío.
Algo del que no me quiero separar.
![](https://img.wattpad.com/cover/369271235-288-k994789.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ecos De Un Desorden | Kagehina
RomanceKageyama no tiene amigos, carece de vida social y han pasado meses de la última vez que estableció una conversación con más de 4 oraciones con su familia. Él sabe que su mente es distinta, que trabaja y entiende las cosas de manera diferente. Maner...