Al inicio pensé que me iba a llevar mejor con Kenma, pero detrás de su cara de antisocial raro, hay un muchacho que en serio me saca de quicio.
No es que me caiga mal, ni mucho menos que lo odie. Solo no me acostumbro a su presencia en lo que antes era un dormitorio para mí solo.
Tenía planeado que nos lleváramos bien, pero, ¿A quién engaño?
¡No lo soporto!
Es arrogante y se las da de inteligente, apaga mis alarmas cada mañana y lo único que hace es sentarse y jugar videojuegos como un rarito. Además, es demasiado silencioso, a veces me olvido de que está.
Pero aún así, no voy a negar que se me hace una persona interesante. Es fácil de molestar y divertido cuando sucede. Tiene comentarios acertados en muchas ocasiones, y aunque no haya visto a mis amigos cara a cara, ellos, cada vez que llaman, lo saludan a él más que a mí.
Y eso que lo conozco hace solo una semana.
De igual forma, casi nunca coincidimos. En las mañanas vamos a clases, y durante las tardes cada uno para en su mundo. Yo salgo por ahí, y él va a visitar a un tipo llamado... ¿Shoyo? Algo así, creo.
Hoy no iba a ser la excepción, de hecho, yo iba a salir hoy por ser sábado. Mis amigos y yo habíamos quedado de encontrarnos en un parque cercano a mi universidad, pero todo cambió cuando el idiota de Bokuto propuso ir a mi dormitorio.
Por supuesto que me negué, pero tanta presión social me hizo ceder ante mis tontos amigos.
-Chicos, en serio, no creo que sea buena idea.-Les hablé en la llamada.
-¡Claro que no! Es la mejor opción que tenemos. ¿Sí o no, Oikawa?-Decía Bokuto.
-Sí, sí. Anda, Kuroo, no va a ser tan malo.
Y claro que lo iba a ser, pero quién era yo para negarme cuando la puerta sonó, indicando una llegada.
[...]
Al final, no resultó tan malo como pensé. Kenma no estaba, se había ido a estudiar a donde su amigo, entonces tenía el dormitorio para mí solo.
Y bueno, para mis amigos también, que llegaron con envases de comida china y sopa instantánea.
Apenas llegaron, se pusieron a hacer escándalo, como siempre.
Tenía a dos tontos preguntándome por cierto teñido que había salido más temprano, y a los otros dos más tranquilos mirando cómo me hostigaban de preguntas y preguntas.
-Basta, Kenma salió a donde un amigo suyo. ¿Acaso vienen a verlo a él?-Pregunté.
-¡Sí! Venimos para conocer a Kenma, duh.
-Por dios, cállate Tontooru.-Ese era Iwaizumi. Los apodos que le ponía a Oikawa siempre eran originales y divertidos. Me caía muy bien ese chico.
Entre risas y tonterías, pasaron unas cuantas horas, en las que nos pusimos a jugar y a beber, quizás un poco más de la cuenta. Pero qué importaba, era sábado. Había que disfrutarlo, ya que la próxima semana iba a ser tediosa por los exámenes y proyectos que debíamos dar.
Ya se estaba poniendo el sol cuando escucho como abren la cerradura de la puerta y por ahí logro ver a Kenma parado, con una mirada de desconcierto puro y ganas de irse.
En parte, lo entendía. Eran cuatro nuevas caras para él, y por lo que lo pude ver, no es alguien muy sociable. Pero en ese momento no me pudo importar menos. Ya estaba un poco ebrio.
-¡Pudin, hola!
Vi a Kenma tensarse por completo y dirigir su mirada molesta hacia mí. Era, en serio, muy divertido fastidiarlo.
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roomies | kuroken
Fanfic«-¿En serio voy a compartir cuarto con él? -También es un placer, cabeza de pudin. Un gamer introvertido con el ánimo de un gato casero se ve en la obligación de compartir habitación con un chico pelinegro, ruidoso, amante de la química y con una so...