El director estaba pensando mientras yo jugaba con los puños de mi casaca. Estaba sentado aquí hace una hora más o menos. Había presentado una petición sobre trasladarme a una habitación aquí en la universidad. Me quedaba más sencillo y más cómodo.
-Me parece que hay una libre, déjame revisar.-se metió a su computadora a buscar la dichosa habitación. Sinceramente me quería ir, pero todo sea por no hacer el viaje de una hora y media día a día.-Efectivamente, hay un espacio en una habitación. Como sabrás, debes compartir habitación con alguien más. ¿No hay problema con eso?
-No, no. Para nada.
-Entonces está bien-me sonrió.-, vas a compartir cuarto con Kuroo Tetsuro.
No tengo ni puta idea de quién será ese, pero supongo que está bien.
-Okey, está bien.
Caminamos por los pasillos mientras que el director me guiaba, pero sinceramente ya no recordaba nada, luego le pediría indicaciones a alguien más.
Nos detuvimos frente a una puerta color blanco con el número 403 y abrió la puerta.
Dentro estaba un chico pelinegro que ni siquiera se inmutó ante el ruido. Estaba frente al espejo del cuarto mientras terminaba de arreglarse–o intentaba–el cabello. Ni idea de por qué, está muy desordenado igual.
Al vernos se sorprendió, sin embargo luego se relajó.
-Bueno, aquí está la habitación.-dijo mientras me entregaba la llave.-Tus cosas las puedes ir trayendo de a pocos, no te preocupes por eso.
-Uhm, gracias.
-Ah, cierto. Él es Kuroo Tetsuro, tu compañero de cuarto.-lo presentó y este sonrió.-Espero que se puedan llevar bien. Yo ya me voy retirando.
Una vez que el director se fue, yo ingresé con suma calma al cuarto y lo miré incómodo. Él ni siquiera se inmutó y siguió con su labor de arreglar su cabello.
-Ahm, ¿hola?-traté de llamar su atención. Al parecer sirvió, ya que volteó a verme.
-¡Hola!-genial, al parecer es bastante energético.
-Un gusto... supongo. Soy Kenma, tu nuevo compañero de cuarto. El director me asignó esta habitación.-le expliqué con algo de vergüenza.
Por su teléfono–del cual recién me daba cuenta de que estaba prendido–pude alcanzar a oír un par de voces que le decían cosas como "ya te cagaron, bro" o "mis mayores condolencias para ti", y cosas así.
-¡Cállense!-le gritó al aparato y comenzó a reír, se veía que era alguien muy risueño.-Bueno, un gusto igualmente. Ya me presentó el viejo, pero de todas formas, soy Kuroo, un placer, cabeza de pudin.
-¿"Cabeza de pud-"? No me jodas, no estoy para apodos tontos.
Okey, algo que cabe aclarar es que mi cabello está teñido en las puntas de rubio, lo que hace que, efectivamente, sea parecido a un pudin. Pero eso no le da derecho de llamarme así.
-JAJAJA, bien, bien.-parecía que iba a salir, ya que tomó un par de llaves que estaban ahí, pero antes de hacer eso, me dio un par de indicaciones.-Oh, casi lo olvido. Mi cama es la de la derecha, puedes tomar la que está del lado de la ventana. El baño está en la puerta de ahí y el clóset lo compartiremos, mitad tú y mitad yo.-me dijo con una sonrisa extrañamente atractiva.
Bueno, no estaba–tan–mal. Solo asentí y me fui a dejar la pequeña maleta que había traído en la cama que me dijo.
Lo vi ponerse una chaqueta y centrarse en la llamada con quienes parecía ser sus amigos nuevamente. No pasaron ni dos minutos para que comience a gritar y maldecir de una manera nada silenciosa y finalmente salir.
Genial, iba a tener a un compañero ruidoso, molesto y malditamente atractivo.
Evidentemente no estaba bien.
[...]
Si finalmente tenía paz era cuando estaba hablando con Sho–no tanto, pero se entiende–, o jugando algo, esta se veía interrumpida por una estruendosa risa, un grito, un insulto o simplemente ruido.
-¿En serio debo compartir cuarto con él?-le pregunté inútilmente a mi mejor amigo.
-Pobre cabeza de pudin, que alguien lo salve de su desgracia.-se oyó desde el teléfono.
-¡Deja eso, idiota!-le grité.
-Pobre Kuroo, va a tener que aguantarte así de malhumorado.-se escuchó desde la línea. Maldito Shoyo. Lo iba a matar cuando lo viera.
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roomies | kuroken
Fiksi Penggemar«-¿En serio voy a compartir cuarto con él? -También es un placer, cabeza de pudin. Un gamer introvertido con el ánimo de un gato casero se ve en la obligación de compartir habitación con un chico pelinegro, ruidoso, amante de la química y con una so...