-¡Pensé que éramos amigos!-

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Al amanecer, Tres Tribus despertó con una inquietud persistente en su mente

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Al amanecer, Tres Tribus despertó con una inquietud persistente en su mente. La conversación con el Imperio Portugués seguía resonando en sus pensamientos como una melodía inacabada. Mientras se preparaba para el nuevo día, no podía sacudir la sensación de que algo significativo estaba por suceder.

Horas después, el joven tribal caminaba por el polvoriento sendero del pueblo, transportando una de las preciadas cajas de madera con espejos portugueses. El comercio de estos objetos se había vuelto lucrativo para su gente. Cada espejo era una ventana a un mundo desconocido, reflejando no solo sus rostros, sino también sus esperanzas y temores.

De repente, fue interrumpido por el portugués.

—Hola, rapaz —saludó el hombre mayor, colocando su mano enguantada en la cabeza del joven tribal.

Tres Tribus, algo molesto, frunció el ceño y replicó:

—¿Hoy también se despertó prepotente?—

El portugués se sorprendió y, visiblemente incómodo, se disculpó.

—Lo siento, Tres Tribus— contestó, poniendo su mano izquierda en la parte trasera de su cuello. —No era mi intención ofenderte. A veces olvido que nuestras costumbres son diferentes.

Tres Tribus asintió con cautela, permitiendo que el hombre continuara.

—He estado pensando —dijo el portugués, tratando de cambiar de tema. —En mi tierra, organizamos festivales para celebrar nuestras alianzas. Me encantaría organizar uno aquí, en tu honor y el de tu gente.—

—¿Un festival? —preguntó el joven tribal con curiosidad, aunque con una pizca de desconfianza.

—¡Sí, imagínatelo, Rapaz! Será increíble —respondió el portugués con entusiasmo —Música, bailes, comida. Una oportunidad para que nuestras culturas se conozcan mejor.—

Un mes continuó con la organización de el festival. Pindorama a regañadientes acepto el festival. 

El día del festival llego. Tres Tribus alegremente siguió a su hermano Cuidad Z. Tres Tribus y su hermano siguieron con la celebración. Había toda clase de juegos: Uno adonde debías tirar pelotitas a un vaso y entre más pelotitas lanzabas más puntos ganabas, otro de pelea de gallos, uno adonde era una batalla campal y el ganador obtenía un pedazo de carne cruda, etc. También había instrumentos y coros. Aunque la mayoría eran católicos y eso no le agradaba mucho a los de la tribu. 

En medio de su caminata por el festival. Tres Tribus sintió como le agarraban del hombro. Ese movimiento hizo que tuviese un pequeño rubor. Resultaba que quien le agarraba era el portugués —Hola rapaz ¿Te gusta lo que hice?Pregunto el mayor con una sonrisa algo siniestra. Tres Tribus quito la mano del portugués de su hombro y susurro —Si, si... Me encanta..

—¡Bueno! ¡Ven conmigo tengo algo que enseñarte! Exclamó el portugués mientras se alejaba y tomaba dirección hacia una parte alejada del festival. Tres Tribus hizo señas para avisarle a sus hermanos que iría a hablar a solas con el portugués.

—Rapaz... ¿Qué te parece que te llame Vera Cruz?Cuestiono muy "aleatoriamente" el portugués. —¿Qué clase de pregunta es esa?Interrogo el joven tratando de asimilar la extrañeza de aquella repentina cuestión. Los dos se detuvieron en el lago y continuaron la conversación. —Solo es una pregunta... Si llegaras a cambiar de nombre.Mintió el adulto. Tres Tribus noto claramente la mentira, pero prefirió no meterse en una discusión innecesaria. 

—¿Por qué no llamarme: Brasil? Usted dijo que esta aquí por ese árbol. El palo Brasil—. El portugués asintió varias veces con la cabeza y después susurro "Lo pensare" sin que el joven se diera cuenta.

—¡Además!Añadió más emocionado el joven. Dio un salto y hizo una pose tonta. Después dijo —¡Brasil es un nombre más épico!Declaro finalmente el tribal.

De repente, Tres Tribus notó cómo una columna de humo negro se elevaba hacia el cielo. Giró rápidamente, mirando hacia el pueblo, y su corazón se hundió al ver las llamas devorando las chozas y estructuras.

—¡No! —gritó desesperado, comenzando a correr de regreso. El portugués lo sujetó firmemente del brazo. —No puedes irte, rapaz. Esto es parte del plan.—. —¿Qué plan? — preguntó Tres Tribus, tratando de soltarse.

—La unificación —respondió el portugués con frialdad fingida. Detrás de esa mirada fría se ocultaba algo más... A primera vista parecía haber olvidado totalmente todas esas conversaciones que habian tenido, esos meses de amistad que habían formado. Al parecer el portugués seguía siendo el mismo hombre de realeza capaz de hacer todo por el poder y la plata. Eso parecía —Ahora tu eres el elegido para representar la nueva Colonia—. 

Los ojos del tribal se llenaron de lagrimas, volteo para mirar al Portugués a los ojos y susurro en tono de pregunta. —¿Realmente sintió algo por esta amistad?—. Aunque Tres Tribus estuviese herido del corazón. Trato de luchar para ayudar a su pueblo. Tenia en mente de que no dejaría que su supuesto amigo arruinase las cosas. 

Tres Tribus luchó, pero el portugués era más fuerte y pronto llegaron otros soldados que lo ayudaron a inmovilizar al joven. Mientras lo arrastraban lejos del festival, el joven tribal miraba con horror cómo su hogar se consumía en llamas y su gente era capturada o asesinada. La supuesta alianza y el festival no eran más que una fachada para la conquista y la subyugación de su pueblo.

Por otro lado. Pindorama buscaba desesperada entre todo el caos a su hijo mayor.  Ordeno a sus hijos y los pocos soldados que estaban preparados en poner a salvo a la gente del pueblo y especialmente a Tres Tribus. —¡Tres Tribus, hijo!Exclamó con su rota voz. Se notaba la desesperación en sus ojos. La poca ropa que llevaba se comenzaba a desprender por sus agitados movimientos. Estaba determinada a no perder a uno de sus hijos.

Este no seria el final de Pindorama...

Este no seria el final de Pindorama

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Las Mariposas de Imperio (Remasterización)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora