CAPITULO 7

739 74 4
                                    


Lucerys se aparta como puede con una de sus manos los empapados mechones de cabello que le caen por la frente, mientras que con la otra se sostiene del borde de la bañera en la que ha estado vomitando los últimos minutos.

Era temprano por la mañana y todavía ni desayunaba o bebía algo, su estómago estaba vacío, lo único que podia vomitar era él acido jugo gástrico que le quemaba la garganta; una nueva arcada de dolor hace que su estómago se contraiga haciéndolo vomitar nuevamente.

No podia seguir así, ya era el tercer día con malestar, debía dejar de un lado su orgullo y pedirle a un maestre que lo tratara, si después del desayuno volvía a vomitar hablaría con su tía Helaena para pedirle que su maestre lo revisara.

Cuando su estómago pareció terminar de expulsar todo lo que quedaba se puso de pie con las piernas temblándole intensamente, su cuerpo estaba muy débil por la falta de nutrientes que le proveía la comida; se sacudió las rodillas y se acerco al mueble que estaba a un lado para verter un poco de agua en el recipiente vacío y así poder mojarse la cara, enjuagarse la boca y lavarse las manos. La imagen en el espejo no le gusta para nada, debido a que su estómago no retenía casi nada de comida o líquido, había bajado de peso, no tanto como para alarmarse pero su rostro si se veía mas delgado y afilado, unas grandes ojeras negras descansan debajo de sus ojos, sus labios estaban completamente secos y agrietados, además de estar sumamente pálido.

- ¿Príncipe? - La sirviente personal de Aemond aun lo esperaba a fuera del cuarto de baño- La reina Madre lo espera junto con los principes Daeron y Joffrey en el jardín para romper su ayuno.

-Ire en un momento- Camino unos cuantos pasos para abrir la puerta y entrar directo a la habitación del alfa.

- ¿Se encuentra bien? - Le pregunto la beta entregándole una toalla para que se limpiara el sudor.

-Estoy bien, no es nada- Cuando termino de limpiarse se colocó su chaleco para sentarse frente al tocador y terminar de arreglarse - Con un te estaré mejor, seguramente fue algo que comí ¿Puedes pedirle a un maestre que lo prepare? - Peino su cabello acomodando sus rizos para finalizar pellizcándose ligeramente sus mejillas para que estas adquirieran un poco de color y aplico bálsamo en sus labios para disimular la resequedad, estaba poniéndose el collar de acero Valyrio que le pertenecía a su madre cuando por el reflejo del espejo se dio cuenta de que la beta no se movió de su lugar, no obedeció su orden y solo lo miraba de arriba abajo analizándolo- ¿Dayanna?

-Perdone el ser tan entrometida alteza, pero necesito preguntarle.

- ¿Qué cosa?

-Todos en el castillo fuimos conscientes de que los 3 días que duro su celo los paso en compañía del príncipe Aemond- Lucerys sintió como sus mejillas se empezaron a calentar- No le digo esto para avergonzarlo príncipe- Se apresuro a decir la mujer- Pero... ¿Usted tomo él te de Luna cuando su celo termino?

- ¿Te de Luna? Yo jamás he tomado eso, nunca he tenido la necesidad por nunca había estado con un... ¡Dioses! No puede ser.

-No se altere, relájese.

-Yo no puedo estar... simplemente no puedo, estuvimos juntos solo una vez, según mi madre se necesitan más intentos para que esto pase, simplemente no puedo estar embarazo.

REGALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora