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"– Solía ser la novia de suguru Geto, después de su trágica muerte...– Hablo un azebache siendo interrumpido por la chica.

– Su mejor amigo, el Gojo-sensei, a pesar de lidiar con su propio dolor por la perdida, decidió cuidarla–Hablo la de gafas después de haber interrumpido a su amigo azebache.

– Los pensamientos de Gojo-sensei estaban centrados en cuidar el bienestar de... ___-sensei–Hablo ahora el de dos colores cruzándose de brazos."

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– Vamos, llevas casi una semana en esto–Hable con la voz un poco débil, tratando de mantenerme firme.–Se que han pasado dos semanas desde su muerte, pero no es saludable quedarse encerrada en esta habitación todo el tiempo...–

Un pequeño cuerpo se hacía visible entre la sabana que te cubría, estaba claro que tu no saldria de tu cama. Y me frustaba.

– ¿Y qué?... ¿Acaso eso le importa a alguien Satoru?...–Susurraste débilmente.

Suspiré, odiaba esto. odiaba la forma en que tu sola te acababas, y me odiaba a mí mismo por no saber al menos como sacarte de tu cama. Quité mis gafas, ahora poniéndome de cuclillas mientras pasaba mi mano desesperadamente por mi cabello blanquecino, antes de volver hablar.

– A mi me importas, y... Se que estás pasando por un momento difícil...–Aunque no eres la única. Pensé para después de un corto silencio volver hablar.–No puedes quedarte simplemente ahí tirada, la vida sigue, y debes seguir adelante...

Mi mirada se encontraba en aquel frasco de calmantes, tirado en el suelo. Un leve temblor en la cama hizo que dejara de mirar el frasco, ahora encontrándote a ti, a mi única mejor amiga después de el. Te veias mal, tu pálida piel, tus ojeras notorias, tus ojos rojos por llorar, tu cabello desordenado, y tu notable bajo de peso. Eso me preocupo, ¿Acaso no estabas comiendo?, tu débil voz me saco de mi trance.

– Pero... Ya no le tengo sentido a la vida... ¿Cómo podría seguir adelante?...

Me acerqué a ti, sentándome a tu lado en la cama, una de mis manos se dirijió a tu hombro. Intentaba darte apoyo.

– No digas eso... Se que lo extrañas, y que el era todo para ti... Y que te duele que se haya ido... Pero... El sigue aquí, aunque no lo podamos ver, aunque no lo podamos sentír o escuchar... El sigue aquí...–Dijé ahora con mi dedo índice tocando tu pecho, exactamente dónde esta tu corazón.–Siempre lo tendrás ahí... Y a el no le hubiera gustado escuchar lo que acabas de decir.

– Y eso que tiene que ver... ¡No importa si lo tengo en el corazón o no!–Se escucho tu voz quebrada, junto aun sollozo.–De nada me sirve tenerlo en el corazón si no puedo verlo ni tocarlo.

Las lágrimas se iban apoderar de ti, eso lo presentía, por lo que, lo único que se me ocurrió fue. Abrazarte, quería hacerte saber que no todo estaba perdido, y que el siempre estaría contigo.

– Se que es difícil... Pero debes dejarlo ir... No te aferres a algo que ya no está... La vida va seguir... –Mi mano le daba caricias a tu cabello, tratando de evitar de que lloraras. Y tratando de hacerte entender que el ya no volverá.

– ... Lo extraño...–Susurraste, para después sollozar más fuerte.

Aproveché la oportunidad, estabas vulnerable y sin fuerzas ahora, sería perfecto para sacarte de aquella cama y del cuarto. Te cargo en mis brazos, mientras seguía acariciando tu cabello.

Lo se... Te entiendo; el era alguien importante en tu vida–Susurré, ahora caminando lentamente hacia la entrada del cuarto.

Lo había conseguido, había conseguido sacarte de tu cuarto, un paso muy grande, te dejé lentamente y con delicadeza en el sofá de tu casa, y cuando me iba apartar de ti, tu me lo impediste, tomando mi uniforme de la escuela de hechicería, lo apretabas con fuerza. Para empezar a llorar después, te abracé fuertemente, sintiendo como mi pecho era mojado por tus lágrimas.

– Todo va estar bien, todo saldrá bien...–Susurraba palabras alentadoras, o eso creía yo.

– Ya no se que hacer satoru...–Tus palabras salían temblorosas, por tu llanto.

No supe que decir, por lo que solo me quedé callado, escuchando tus sollozos, y sintiendo como mi pecho y mi uniforme se empapaban de tus lágrimas. Aguantaba las ganas de llorar también, quería verme fuerte para ti. Pero era algo que me estaba costando lograr.

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– ¡Lo vez!, no era tan difícil. Solo era darte una ducha y comer, ¿Por qué se te complicó hacer todo eso está dos semanas?.– Hablé "felizmente" mirando tu rostro.

Estabas un poco decente, no habías comido todo por completo. Pero al menos comiste algo, te ayude a duchar, y cambiarte, te cepille el cabello y te volví a guiar al sofá de tu casa. Intentaba sacarte una sonrisa, más no lo conseguí. Quería pasar más tiempo contigo, pero no pudo ser posible. Tenía misión, lo bueno era que no sería muy larga. Pero detestaba la idea de dejarte sola.

– ___-chan, ya tengo que irme... Yo... Vendré mañana a primera hora. ¿Si?, ¡Así que con toda la actitud para el día de mañana!.

Sonreí y me levanté del sofá, dirigiéndome a la puerta, la mire por última vez, su mirada estaba perdida, esa no eras tu. Tu cuerpo podría estar ahí, podrías estar moviendo tu cuerpo,caminado,corriendo, saltando. Pero ese brillo y ese tono juguetón tuyo no estaba, parecieras que estuvieras muerta.

– ... Volveré hacer que vuelvas a reir... ___-chan, por ti, por mi... Por los chicos... Y... Por el...–Susurre en voz baja. Saliendo por fin de tu hogar.

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𝐃𝐄𝐒𝐏𝐔𝐄𝐒 𝐃𝐄 𝐄𝐋|Satoru x readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora