La manera en que Itachi lloraba frente a su casa era desgarradora, esos gritos se escuchaban en todo el vecindario, y aún con eso era notable lo poco que le importaba que lo vieran. Qué lo juzgarán ya no era cosa nueva. Pero esta era la primera vez que había perdido la compostura.
...
El auto se alejaba, Itachi se sentía devastado, Shisui lo sabía... por eso lo abrazaba por detrás sosteniendo todo el dolor que allanaba al menor dentro de su corazón y detrás de su rostro impasible. La expresión de derrota y frustración se hacían presentes y demostraban su preocupación sin embargo era capaz de mantenerse sereno solo para reconfortar a su amor.
—Tachi, cariño. Entremos a casa.
— No — dijo el menor rehusándose a dejar el lugar que ocupaba en el jardín de su enorme casa mientras el auto se alejaba. — No Sui, no ¡No podemos dejarlos ir!
—Tachi... no podemos obligarlos. — insistió el mayor. — Encontraremos a alguien... estoy seguro de eso.
—Pero Sui... ¡¿Cuál es su jodido problema?¡ ¿Acaso no ven que tenemos estabilidad financiera? ¡Y mucho más amor! ¿Qué más quieren para que seamos candidatos a adoptar a un hijo que claramente no desean. — Soltó el menor subiendo un poco su tono de voz para luego recomponerse ante las miradas juiciosas de los vecinos que fingían regar su jardín en búsqueda de un tema para hablar más tarde en la junta vecinal a la cual Itachi y Shisui nunca asistían.
Aunque Itachi ya estaba acostumbrado al frívolo y decadente ambiente de los suburbios, ya que se habían mudado ahí hace un año y aun no eran aceptados por el resto del vecindario, trataba de no perder los estribos con facilidad, ni siquiera el día que despertó con la sorpresa de tener un enorme grafiti en su cochera que decía "Lárguense fenómenos homosexuales" actuó tan afectado como ese día. Al contrario había pintado la cochera de nuevo a los ojos de los vecinos importándole poco. Después de todo... era peor en Japón.
Pero sus problemas reales eran otros, llevaban 8 meses tratando de lograr una adopción. Después de mudarse a Estados Unidos para poder casarse y hacer una vida en pareja como tanto querían, además que los negocios de los Uchiha habían crecido tanto que requerían su presencia en el extranjero.
Sin embargo era la octava vez que eran rechazados por ser una pareja homosexual. No importaba cuan limpia y ordenada estaba la casa, o sus atuendos nuevos y planchados, los recuadros de la familia y el notable poder adquisitivo que tenían. Apenas la madre biológica era presentada ante ellos mágicamente abandonaba la idea de dejar a su bebé en adopción y se iba llevándose los sueños y esperanzas que tenían de tener un bebé en brazos.
Una personita a la cual criar con hermosos valores y amor propio, tal y como ellos creían que era la mejor manera.
Itachi y Shisui deseaban por mucho ser padres. Pero nadie parecía compartir su opinión al respecto.
Sus vecinos seguían rechazándolos, al igual que cada madre que pisaba la mansión con la intención de poner en adopción a su bebé.
—Te dije que te vistieras de mujer — bromeó Shisui sirviéndole una copa de vino a su amante que sonrió adorablemente y dejo un beso en sus labios.
—Deja las bromas Sui. No podemos seguir recibiendo un "no" por respuesta. No creo tolerar otro rechazo.
—Siendo así. ¿Qué propones cariño?
—Usaremos todo lo que tenemos.
—Pero eso ya lo hicimos mi amor. Míranos... trajes de diseñador, peinado elegante y remodelamos toda la casa para que sea apta para bebés. ¿Qué deseas hacer diferente?.
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En tus zapatos
FanfictionEl anhelo en una llegada se vuelve demasiado intensa cuando la espera se vuelve muy larga, sobre todo cuando se trata de Itachi Uchiha, que está dispuesto a hacer lo que sea para acelerar un proceso que se ha vuelto demasiado frustrante para él y su...