- Hey, hijoeputa malparido ¿por qué no vienes a chupar mi vara antes de arruinar mi fachada?
- Este es un país libre vieja malnacida, mejor a la próxima no pongas tus estúpidas plantas a mitad de la acera
Incluso si continuaba con los insultos, yo ya estaba demasiado cansado para continuar con la discusión, mi cerebro en cualquier momento iba a desconectarse. El simple hecho ya de bajar los escalones para llegar al departamento mermaba todas mis energías de manera abrupta, no podía esperar a llegar a mi cama para descansar, incluso la sala de recepción parecía agradable. Pero al final pude llegar, aunque mi estómago no parecía querer descansar aún. Como siempre, tenía el refrigerador completamente vacío, con suerte había suficiente carne para una banderilla, no sé ni por qué me molesto en revisar. Al final mi descanso no sería cumplido por el momento. Cruzando un puente peatonal estaba una zona de comida callejera famosa en los de mi tipo, ahora solo quedaba elegir en qué puesto de mala muerte dejar cuidado a mí estómago. El olor a comida grasosa y picante no paraba de irrumpir en mi sentido del olfato, incluso mareaba del fuerte olor que por sí mismo ya te hacía arder el interior. Lo que amo de este barrio es que se expande hasta la costa oeste de la ciudad, dando así cada vez más variedad de comidas según lo alto que subas o bajes, eso si estás dispuesto a caminar más de diez kilómetros o, por el contrario, ser estafado por conductores que se aprovechan de tu ignorancia, aunque para ser honestos no tengo las suficientes fuerzas para que me importe ser estafado.
Los Trotos aquí tienen bastante peor calidad que incluso mi cama, pero en este punto no dejan de ser la mejor opción para dormir en lo que se llegaba a la orilla. De cierta forma, siempre he preferido esto antes que caminar por la ciudad, incluso el subir a uno más grande sin conocer su destino me parece una experiencia única a diferencia de ir por tu cuenta, el hecho de realmente ir viendo el exterior, el cómo las luces iluminan todo cual estrellas es mi mayor terapia. Por desgracia no podía simplemente quedarme a vivir en uno, de poderse hacer toda mi vida sería mucho más sencilla. Caminar por entre las olas de olores provocadas por la comida local, sentir la brisa marina impactando contra la piel haciendo que me den escalofríos, el oír a gente de los alrededores insultándose porque no les dieron el cambio exacto o que estuvieron a punto de ser estafados en la compra de una roca común y corriente, sin duda esta era mi ciudad. Dentro de esta combinación de sensaciones estaba mi lugar favorito, el puesto de cocteles de camarón picante casi tocando al mar, se sentía que con un poco de marea alta se llevaría el puesto la corriente, eso ya es un plus de adrenalina por la que todos deberían asistir ni que sea una vez al visitar la ciudad. Lo que más amo de este lugar es que, gracias a todas las veces que he venido, con solo entrar y echar una mirada al cocinero sabe perfectamente lo que quiero, así que solo tengo que sentarme a esperar mi pedido y no hacer nada más, esto sí que es un servicio al cliente perfecto.
- ¿Por qué sigues viniendo aquí?
- Si yo no vengo no tendrás nadie que te pague la casa ¿o me equivoco?
- Pff, maldito ególatra. Que sepas que tengo muchos clientes todas las mañanas, tú no representas ni un 1% de mis ganancias.
Si, este es el tipo de conversaciones por las que sigo viniendo aquí. El tumulto fuera solo hace que el ambiente resulte aún más mundano, más normal, incluso las aves nocturnas cantando junto al sonido de las olas es una perfecta sinfonía de normalidad, quisiera poder decir que mi vida es así de aburrida.
- Está asqueroso, como siempre
- Entonces no lo comas y no vuelvas
- ¿no has pensado en dejar de poner picante a los camarones? ¿quién demonios quiere eso, un psicópata? Está bien que quieras ser diferente a los demás puestos pero, esto, con suerte seguirás teniendo clientes con estomago para pagarlo. ¿Qué te parece esto? – dejé a un lado los camarones por un segundo y me remangué para comenzar con mi exposición super profesional – un coctel...
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Mazmorra KaHu LiYue
Short StoryHistoria corta sobre un hecho que ocurrió, o quizá no, en una ciudad al otro lado del mar, cuya única conexión era un puente imposible para las capacidades humanas. Puede que trate sobre héroes cruzando mazmorras y descubriendo sus misterios, o pued...