𝐒𝐚𝐫𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥𝐨Eran las 7 de la mañana, me desperté después de un corto sueño ya que tenia clases y tenia que llegar puntual.
Ayer estuve casi toda la noche en la sala de juegos hablando con un chico, Lamine Yamal, era un chico muy majo, y guapo, había algo en el que le hacía más atractivo, la sonrisa, esa sonrisa perfecta y con esos brackets... la verdad es que a mi los chicos con brackets siempre me habían parecido atractivos, algo tienen los brackets que me enamora.
Dormí muy poco ya que llegue a la habitación a las 3 de la mañana, no me quede a dormir en la sala de juegos porque supuse que al ser tan tarde ya no estarían haciendo ruido, y efectivamente la habitación estaba en completo silencio.
—¿A donde fuiste anoche?— preguntó mi compañera Andrea.
—Baje a la sala de juegos.
—¿Para que?
—Es que no podía dormir porque hablabais mucho— confesé.
—Ay perdón enserio, no nos dimos cuenta— dijo realmente arrepentida.
—Tranquila, no pasa nada enserio.
Andrea se acercó más a mi y me dio un abrazo como disculpa.
Pues al final eran bastante majas y todas se disculparon por hacer tanto ruido.
Me hice la mochila para ir a clase y me prepare para ir a desayunar al comedor de la Masía.
Baje con mis compañeras por el ascensor y nos sentamos en la mesa de siempre con mi amiga María y más chicas de su habitación.
Las chicas nos solemos poner siempre en la misma mitad del comedor y los chicos se ponen en la otra mitad ya que compartimos comedor con la Masía masculina, al igual que las clases que también son mixtas, pero en el futbol y las habitaciones sí que estamos separados por género masculino y femenino.
El desayuno era como siempre, bufé libre, en cambio para comer y cenar todos teníamos lo mismo.
Me cogí lo de siempre para desayunar, un vaso de zumo de piña y una tostada de y jamón y queso. Me senté y entonces se abrió la puerta del comedor y entraron cuatro chicos, primero entró un rubio y otro moreno los cuales no tenia ni idea de quiénes eran, detrás iban Hector Fort, a ese lo conocía porque iba a mi clase, era el graciosillo básicamente,
y a su lado estaba el, Lamine Yamal, el chico de anoche.Me quede embobada mirándole, ni siquiera disimule.
Fue raro porque cuando Hector me vio se giró hacia Lamine y le dijo algo y este se quedó mirándome y me sonrió.
Yo seguía embobada y no sabía como reaccionar.
¿De verdad me acababa de sonreír?Me puse muy nerviosa ya que no sabía como reaccionar y entonces le devolví la sonrisa.
—¿A quien miras tu tanto, pillina?— me dijo María con voz pícara.
—¿Eh? ¿Yo? A nadie ¿Por?— reí nerviosa.
—No mientas Sara que te pillado mirando a Hector Fort como si fuera Neymar— dijo la obsesionada con Neymar.
—¿A Hector?— reí a carcajadas. —Ya me jodería— seguí riéndome.
—¿A quien si no? ¿Al moreno ese cuyo nombre no se?
—Se llama Lamine.
—Ahhh ósea que a ese mirabas— sonrió traviesa.
—¡Que no!, María que no estaba mirando a nadie lo juro, solo me había quedado embobada pensando en mis cosas, ni si quiera me había dado cuenta de que estaban ahí.
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𝐉𝐨𝐯𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚𝐬 || Lamine Yamal
RomanceDos jovenes promesas del futbol español y jugadores de la masía se conocen y establecen una conexión muy fuerte. ¿Que pasará?