Capítulo 2

3 0 0
                                        

—El recorrido fue increíble, Jeno. Lo repetiría mil veces más.

—Es bueno que lo haya disfrutado, dama. Me esmero en dar información correcta y completa.

Jaemin le sonrió al pescador y se dedicó a ver las fotografías que había tomado. Eran muchas, pero estaba contentísimo con todas. En una de ellas aparecía Jeno, saludando a los mamíferos y estos mirando a su dirección, como si estuvieran entendiendo lo que él les comunicaba. Aquel hombre era un hallazgo, y debía conservar su contacto, adoraba la manera en que él amaba la naturaleza.

—¿Me dejas ver? Mira que a Nívea le gusta salir bien en las fotos —Jeno extendió su mano y rió en demostración de que le había hecho una broma, Jaemin le siguió el juego riendo a la par.

—Pero ella se ve definitivamente hermosa —contestó pasándole el aparato hasta sus manos y sonriendo. Vió como Jeno la observó de lado a lado y apretaba botones por doquier, hasta que borró una de las fotos, haciendo carcajear a Jaemin.

—Lo siento. No suelo usar esto. Desde pequeño mi familia nunca invirtió dinero en estas cosas más que en un televisor, y partir de eso nunca me llegaron a interesar —suspiró avergonzado—. Además, cabe decir que no necesito fotografiar a estos pequeños.

—Tienes razón. Pero no te culpes, así como tú no sabes usar una cámara, yo no sé pescar, estamos a mano, supongo.

—Claro que sí... Uh —dudó—. ¿Cuál es tu nombre?

—Jaemin —se sintió un poco sorprendido de que el pescador se interesara por su nombre, porque realmente no había hablado con ninguno de los tres personalmente, más que para dar explicaciones generales.

—Jaemin —saboreó el nombre en sus labios—. Me gusta cómo te desenvuelves. Sea lo que sea el proyecto que estás desarrollando, espero que sea en ayuda a todos estos pequeñuelos, que mucha falta les hace.

—Sí, claro que sí. Aunque creo que ellos en específico no necesitan de mi ayuda. Están muy bien cuidados —habló mientras señalaba a los lobos marinos que cada vez se hacía más lejanos, demostrando que el equipo abandonaba la playa poco a poco.

—Es cierto.

Llegaron al pueblo junto a la compañía de Jeno, quien quiso llevarlos a dar unas vueltas por la feria del lugar, antes de volver a su zona de descanso, buscando que entendieran la cultura de la zona y que estuvieran relacionados con ella. Jaemin vió un montón de collares hermosos, junto a vestidos lindos, banderas y playeras espectaculares. Todo era hermoso.

Jeno frenó su pecho con la mano, pillándolo de sorpresa, haciéndolo que levante la mirada y vea el baile que se estaba presentando. Eran chicas vestidas con trajes hermosos, típicos de la zona, mientras bailaban canciones lentas y movían su cuerpo. Jeno sonrió mientras las miraba y le informó a Jaemin de aquella costumbre.

—Son un grupo de chicas que se dedican al baile, en especial al género contemporáneo. Se colocan todos los sábados a esta hora para recolectar dinero y ayudar a los animales de las reservas naturales. Todas ellas son pescadoras y artesanas, hermanas, sobrinas o hijas de ellos —Jeno le susurró en el oído, cerca de él— La que está al frente, es mi mejor amiga desde que somos pequeños, su nombre es Vida.

—Qué lindo nombre ¿Sus padres son extranjeros?

—En efecto. No vienen de acá, pero comparten el mismo amor por el mar que todos nosotros.

Jaemin sonrió y con mucha dedicación observó la danza de las mujeres. Ellas realmente eran profesionales, y le gustaba mucho que estuvieran unidas para una causa tan hermosa como esta. Miró hacia los lados y notó como la feria entera se había detenido sólo para verlas en escena. Y realmente creía que valía la pena. Hasta los más pequeños las miraban con una sonrisa y con alegría. Para cuando finalizaron el acto, Jeno se les acercó, y Jaemin persiguió sus pasos para dejar dinero sobre el pequeño maletín que dejaron para los aportes.

—¡Jeno! —la chica de la que había hablado el hombre, saltó hacia él y se le subió encima, con una sonrisa— te extrañé tanto. Hace mucho no nos veíamos.

—Nueve meses, Vi. Nueve, de suerte no tuviste un hijo en ese tiempo —Jeno bromeó, mientras sentía como la joven golpeaba su hombro con molestia.

—Tonto —frunció el ceño y dirigió su mirada hacia las personas que acompañaban a Jeno, susurró algo en su oído mientras no les quitaba el ojo de encima, y al relajar su rostro y sonreír, Jaemin pudo notar que Jeno le había hecho un pequeño resumen de todo—. ¡Hola! Sean muy bienvenidos por aquí. Estamos agradecidos de que seamos nosotros quienes los reciban. Cuiden mucho este lugar y sobre todo a mi Jeno —rió mientras el mencionado rodaba los ojos con ironía.

Jaemin rió junto a ella y dirigió su atención a su cámara mientras dejaba que el resto de sus compañeros hablaran y sociabilizaran, tomó una foto al paisaje, y a la feria en general, deteniéndose sólo por la aparente presencia de alguien a su lado.

—Te gustó, por lo que veo —mencionó el pelinegro.

—Es precioso, realmente nunca había visto algo así. Venir aquí es mi sueño desde que soy pequeño y es... Simplemente no me ha decepcionado en ningún sentido —suspiró—. Y bueno, sin tu ayuda esto hubiera sido mil veces más difícil, por eso es que te agradezco a tí también, aparte de hacerlo con este lugar sólo por el hecho de existir.

—Nunca había escuchado palabras así, menos de un investigador —sonrió Jeno, cálido— "Maldita tierra", "Esto lo convertiría en un dineral de no ser por estos nativos", "Huele horrible", "Esas mujeres ni siquiera sirven para ser hermosas", son algunas de las mejores cosas que he escuchado de científicos. Por eso me alegra que tú y tu equipo hayan venido hasta aquí. Creo que puedo sentir que serán un gran aporte para toda nuestra gente.

—En eso se basa mi investigación. Quiero relacionar a los ecosistemas de manera positiva con nuestra humanidad. Todo lo que tiene que ver entre ellos y nosotros es gigantescamente malo e inevitable, pero creo que en vez de prohibirlo, evitarlo o ignorarlo, debemos transformarlo y evolucionar en ello. Debemos convertir la ignorancia en ilustración, y la falta de compromiso en amor. Así como muchas otras cosas que faltan, pero bueno, la materia no se crea ni se destruye, así que realmente, no podemos quitar la ignorancia, el odio, o la imbecilidad de raíz, sólo podemos convertirla a cuidado, compromiso, y respeto por lo que nos rodea.

—Wow —Jeno abrió su boca en forma de círculo y mantuvo su semblante serio— es como si no fueras científico, y realmente me alegra eso —bromeó.

—También me alegra estar fuera de lo común, a veces.

Caminaron en equipo junto a los dos originarios de la zona, ya que, les habían pedido que los acompañaran en el camino hasta la cabaña, para así, no perderse, porque ninguno de los tres investigadores confiaba en su capacidad de orientación. Y bueno, aprovechando a aquellas dos personas, decidieron atarlos a su travesía.

Yuna iba caminando tranquila mientras bebía agua de su botella, Jaemin podía recordar cómo la chica en sus primeros años de universidad repetía constantemente lo importante que era el agua y que no podíamos evitarla bajo ningún motivo, decía que los animales marinos vivían en el agua, y que gracias a eso eran más increíbles que nosotros. Jaemin podía afirmar que ella seguía siendo una niña de doce, pero gracias a eso era una de sus actuales compañeras de investigación, y en la que más confiaba. A Jaehyun, realmente no lo conocía mucho, pero podía ver su trabajo y desempeño en la universidad, trabajando como profesor, a pesar de que este fuera bastante joven para tomar aquel cargo. Él lo hacía de maravilla.

Llegaron rápidamente a su hospedaje, y se fueron despidiendo lentamente de cada uno de ellos. Jaemin fue de derecha a izquierda, topándose justamente con Jeno en el último lugar, y sonriéndole con inevitable cariño. Si él quería y amaba al mar tal como él, estaba dispuesto a tratarlo como alguien de su familia si es que era necesario. Jeno le tendió la mano e hizo una reverencia en signo de respeto, para luego atraerlo hacia él en un abrazo, pasando sus manos por su delgada cintura, sin dar los típicos golpes usuales en la espalda. Jaemin olfateó superficialmente el aroma que desprendía Jeno y eso, era difícil de explicar. Sólo podía verse en su subcosciente, el sentimiento de ser entendido sólo por él, y nadie más que él. Jaemin finalizó el abrazo y sonrió, viendo cómo Jeno había dejado sus manos lentamente caer, y correspondiéndole el gesto de igual manera, siendo interrumpido por Vida, quién lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos y llevándoselo a otro lugar, sin lograr separar las miradas de los dos jóvenes que se acababan de despedir de manera inusual.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 01, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

my sea | nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora