Orion estaba disfrutando de una tranquila tarde en la mansión Black, observando a su pequeño cachorro de cuatro meses, Sirius, jugar con sus juguetes. Sirius era un omega como él, y ver al pequeño crecer llenaba de orgullo y ternura a Orion. Sin embargo, en los últimos días, Orion había notado ciertos cambios en su cuerpo que le preocupaban.
Decidió que era hora de confirmar sus sospechas. Tomó un puñado de polvo de la chimenea y llamó al médico de la familia a través de la red Flu — Medimago Prewett — llamó con voz temblorosa.
En pocos minutos, el medimago apareció en la sala de estar de los Black. Orion lo guió rápidamente a una habitación privada, ansioso por obtener respuestas. Prewett lo examinó detenidamente, tomando nota de sus síntomas — Tus pechos están hinchados más de lo normal, Orion — dijo el medimago, señalando los pezones inflamados — Además, tu aroma ha cambiado, lo que es un claro indicativo de embarazo en los omegas.
Orion se quedó en silencio, asimilando la noticia. Ya era padre de un cachorro de cuatro meses y ahora, inesperadamente, estaba embarazado de nuevo. El temor se apoderó de él al pensar en cómo reaccionaría Walburga, su alfa y pareja. Sabía que Walburga amaba a Sirius, pero la noticia de otro cachorro tan pronto podría ser abrumadora.
— ¿Estás bien, Orion? — preguntó Prewett con suavidad.
— Sí, solo... un poco nervioso — admitió Orion, forzando una sonrisa — Gracias por venir, Medimago Prewett. Necesitaba saberlo.
Durante los días siguientes, la inquietud de Orion creció. Se negaba a decirle algo a Walburga o a su familia, temiendo el rechazo. Las noches eran especialmente difíciles, ya que se encontraba despierto, observando a Sirius dormir, y preguntándose cómo manejaría la situación.
Una tarde, mientras Walburga estaba en una reunión con otros miembros de la familia, Orion decidió hablar con su hermana, Lucretia. — Lucretia — empezó con voz trémula — necesito tu consejo.
Lucretia, siempre perceptiva, lo miró con preocupación — ¿Qué sucede, Orion? Pareces muy preocupado.
Orion respiró hondo y le contó todo, desde su visita al medimago hasta sus temores sobre cómo Walburga podría reaccionar al nuevo embarazo. Lucretia lo escuchó atentamente, su expresión se suavizó con empatía — Orion, Walburga te ama a ti y a Sirius. Puede que esté sorprendida al principio, pero estoy segura de que aceptará al nuevo cachorro. Somos una familia, y nos apoyamos mutuamente.
Las palabras de Lucretia le dieron a Orion una pizca de valor. Esa noche, cuando Walburga regresó, Orion la esperaba en la sala de estar. — Walburga, necesito hablar contigo — dijo, su voz firme pero nerviosa.
Walburga lo miró con curiosidad, y Orion le tomó la mano, llevándola a sentarse en el sofá — Estoy embarazado de nuevo — confesó, sintiendo cómo su corazón latía desbocado.
Hubo un momento de silencio, y luego Walburga lo abrazó con fuerza. — Orion, eso es maravilloso — susurró — No importa cuántos cachorros tengamos, los amaremos a todos. Somos una familia, y nada cambiará eso.
Orion sintió cómo se disipaba el miedo en su pecho, reemplazado por el amor y la seguridad que Walburga le brindaba. Sabía que, pase lo que pase, estarían juntos, enfrentando cualquier desafío como una familia.
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★彡[¿ᴏᴛʀᴏ ᴇᴍʙᴀʀᴀᴢᴏ?]彡★
FanfictionInesperadamente surgió un embarazo, Orion no sabía qué hacer realmente ya que esta criatura no estaba planeada. A medida que los meses avanzan, Orion enfrenta antojos, cambios de humor y el apoyo incondicional de su alfa, Walburga. La familia Black...