ᘛ˖࣪ Recuerdos ִֶָ ࣪.⊰⊹ฺ

246 18 1
                                    


Miami, Florida, 2014.

Colegio Ransom Everglades.

Samantha rápidamente se levantó y salió corriendo en busca de Abril, pero cuando llegó a los pasillos no había señal alguna de la chica de ojos café. El resto del día en el colegio se sintió culpable por ser parte sin quererlo de haber ridiculizado a la castaña frente a la mayoría de alumnos de la escuela. Sería mentira decir que Samantha no estaba preocupada por la chica, porque realmente lo estaba. Se moría de ganas de verla y decirle
que todo estaría bien, que no se preocupara.

-Haz estado callada. - señaló Rocio.

-Ella estaba Ilorando... - dijo en un hilo de voz mientras se subía al auto de su amiga.

-Samantha, no fue tu culpa. - vio como la rubia escondía su rostro entre sus manos y comenzaba a sollozar - ya sabes lo perra que puede ser Sara.

-¡La ha lastimadol - gritó.

-Lo sé, lo vi.

Para nadie era mentira lo insensible que podía ser Sara Moledo Mato con la pobre Abril Garza. Incluso Rocio se lamentaba nunca haber tenido el
valor de ayudar a la pobre chica cuando la golpeaban o tiraban sus libros. La mayoría de los estudiantes eran una basura por hacerle caso a la rubia venenosa y hacerle la vida imposible a Abril. De hecho, los profesores también eran unos malditos enfermos al ver el dolor de la chica y nunca hacer nada al respecto.

Rocio estaba sorprendida de que la familia de la castaña nunca
demandara al colegio, ya que ella sabía que el padre de Abril era un gran abogado influyente en Miami porque una ocasión ayudó a su padre a demandar a uno de sus trabajadores.

-Ella está enamorada de mi... - sollozó la rubia - Eran sus cartas y flores, Rocio, eran de ella. Solo para mi.

-Samantha... por favor. - le dolía ver a su mejor amiga de esa manera.

Ella estaba consciente del pequeño interés que tenía la ojimiel sobre
aquella chica y aunque rara vez hablaban de ello, sabía muy bien que Samantha en el fondo la quería mucho más de lo que se imaginaba. Lo comprobaba cada vez que a su amiga se le escapaba un suspiro cuando veía a la castaña salir del salón donde compartían historia, también lo notaba cuando Samantha sonreia al verla subirse al auto de la hermana mayor de la castaña. E incluso, algunas veces lo confirmaba cuando Samantha le regalaba pequeñas sonrisas a la otra chica.

Su amiga estaba prácticamente flechada por la chica sombra de la
escuela. Lamentablemente nunca se le acercó por pensar que ella era
demasiado delicada con respecto a su espacio personal, ya que todo el
tiempo estaba sola.

-Trata de relajarte, Samantha. Mañana puedes hablar con ella en la escuela y asegurarte si está bien. - le dijo con la esperanza de que eso calmara a su mejor amiga, quien sólo asintió en respuesta y salió del auto para luego meterse en su casa.

Toda la tarde la ojimiel se la pasó encerrada en su recámara pensando en las probabilidades que habían de entablar una conversación con Abril Garza. Necesitaba decirle que ella también pensaba que era hermosa.
¿Cómo pudo haber estado tan ciega y creer que todos aquellos detalles
tan maravillosos que estaban en su casillero eran de Felix? Ese idiota
apenas y tenía cabeza para jugadas de fútbol, claramente no sabría
escribir aquellas cosas tan hermosas.

Samantha cayó en un sueño profundo y no se despertó si no hasta el día siguiente. Llegó con todos los ánimos del mundo al colegio porque hoy tendría el valor de hablar con aquella chica misteriosa y solitaria. Le diría tantas cosas y posiblemente después le pediría que la acompañara por un
helado.

Pero nada fue así.

Abril no apareció ese día en la escuela... Ni el siguiente.

Tampoco llegó a la semana... Ni al mes.

Abrilse había ido y con ella... se había llevado la esperanza de Samantha.

La chica de mis sueños (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora