𝐖 | ❝ WE FOUND WONDERLAND,
YOU AND I GOT LOST IN IT
AND WE PRETENDED IT
COULD LAST FOREVER ❞
En donde los cuatro hermanos Pevensie regresan a Narnia, donde han transcurrido mil trescientos años. Durante su ausenci...
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CON LA AYUDA DE UNA VELA ENCENDIDA SOBRE UN PLATO DE CERÁMICA, AVERLYN leía con tranquilidad el contenido de uno de los muchos libros de geografía que había en aquella biblioteca. Había estado tan inmersa en su actividad que no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo esa noche en el otro lado del castillo con su tía, quien en ese instante acababa de dar a luz a su primogénito.
Averlyn estaba sentada en el suelo con su espalda reposando sobre la pared de madera de la estancia. Había robado unas galletas de vainilla de la cocina una hora atrás junto a un vaso con leche tibia. No lo supo en ese instante, pero su insomnio de esa noche y su interés en la geografía de Narnia la había salvado de ser capturada por los gentilhombres bajo las órdenes de su tío.
De un momento a otro, para la sorpresa de Averlyn, la puerta de la estancia se abrió soltando un leve rechinido. La chica al instante apagó el fuego de la vela a su derecha y dejó sobre una servilleta la galleta que estaba a punto de llevarse a su boca, rogando internamente para que quien sea que haya entrado no se dé cuenta de ella. Ya antes la habían regañado y castigado por escaparse de sus aposentos a altas horas de la noche.
—¿Averlyn? —susurró alguien de manera vacilante.
La mencionada frunció su ceño al reconocer la voz de su hermano, y acto seguido, se puso de pie sin mucho apuro, logrando diferenciar la silueta del muchacho asomándose por la puerta entreabierta.
—¿Caspian? —dijo ella con confusión. Él era la última persona que esperaba encontrarse a esa hora de la noche en aquel lugar.
—Te estuve buscando por todos lados —señaló el pelinegro, entrando a la biblioteca—. Vamos, tenemos que irnos.
—Espera, el doctor Cornelius odia que deje los libros fuera de su lugar.
—No hay tiempo para eso.
—Solo me tomará un...
—Lyn —la interrumpió Caspian, sonando esta vez más serio—. Debemos irnos.
La chica no entendía la preocupación y seriedad en los ojos marrones de su hermano, pero aún así, dejó que él tomara su mano para obligarla a caminar detrás suyo, saliendo de la biblioteca. Caspian cerró con cuidado la puerta de madera, y tras asegurarse que no hubiese nadie cerca, comenzó a caminar, jalando a su hermana consigo.
—¿Qué está sucediendo? —cuestionó la chica mientras doblaban por uno de los muchos pasillos. Al instante, su hermano le hizo una seña para que baje el tono de voz, lo cual la confundió aun más.
