CAP 1 - infierno

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Exp. De narrador

Tn nunca ha sido muy feliz en su vida, sus padres la dejaron en un orfanato prometiéndole que volverían por ella aunque jamás le cumplieron, no es buena haciendo amigos, entonces siempre estuvo aislada y sola en un rincón; su única compañia era un peluche de conejo que, según las monjas del orfanato, estaba bendito, ella lo llamó Cremita y lo trató como su mascota, dándole todo su cariño y contándole sus problemas.

A pesar del orfanato de monjas en el que Tn creció y todas las costumbres y tradiciones religiosas que le inculcaron, ella siempre fue atea, dejó de creer a medida que crecía ya que aunque rezó incansablemente para que su vida mejorara, nunca sucedió, entonces desde los 7 años ha odiado todo lo religioso y lo relacionado con el cielo, incluyendo a las monjas de su orfanato.

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Exp. De Tn

~Ojalá hubiera algo mejor que hacer que esto~ pensé mientras miraba la soga que había colgado del techo a modo de horca para suicidarme. Miré a Cremita, sintiéndome triste por tener que dejarlo ir, en mi mente su expresión era una de depresión y miedo, estaba claro que no quería que acabara con mi vida, pero y no había nada que hacer...

-Lo siento Cremita, pero no puedo aguantar más, estoy viviendo un infierno, no pienso seguir escuchando las manipuladoras palabras de esas asquerosas monjas, nunca jamás- dije mientras acomodaba el banquito para poder colgarme más fácilmente. De pronto, escuché la imaginaria voz de Cremita

-No tienes que hacerlo Tn, todo mejorará, ten fé en...- no dejé que Cremita terminara de hablar, para mí todo sobre creencias era de lo peor

-Tener fé? En qué? En qué mierda crees que quiero tener fé?!- mi temperamento se alteró un poco, no soporto ese tema

-Señorita Tn, controle el volumen de su voz por favor, y cuide ese vocabulario suyo, recuerde que tiene que ser respetuosa para poder entrar al reino de Dios- dijo una de las monjas, le encargaron "cuidarme" cuando cumplí los 10 años y empezaron a ver que no creía en la religión, igualmente ella solo vivía para molestarme y juzgar cada mínima cosa que hacía o decía

-Lo siento hermana- dije finjiendo inocencia.
La verdad estaba emocionada por poder librarme de mi sufrimiento al fin, aunque Cremita no estaba de acuerdo

-Por qué te vas a ir Tn? Apenas tienes 17 años, además no todo es malo, intenta ver el lado bueno! Estás saludable, eres bonita, tocas muy bien la guitarra, y sabes hacer animales en origami, eso no te hace sentir bien?- dijo Cremita, intentando animarme, como si eso cambiara mi mentalidad

-Cremita no lo entiendes, puede que sea todo eso, pero no puedo siempre concentrarme en las 4 cosas que me hacen feliz si hay como 80 que hacen que me deprima, odio mi vida, y no hay nada que pueda hacerme cambiar de opinión- susurré para que esa monja no me oyera, y me subí al banquito tranquilamente

-*musiquita* queridos hijos, queridas hermanas, en este momento damos inicio a la hora de la comida, es obligatorio bajar al comedor para consumir la comida, muchas gracias *musiquita*- el anuncio de la madre superiora me hizo hervir la sangre, pensé que arruinaría mi intento de suicidio.

No iba a retroceder, y menos por esas monjas estúpidas, me dejé de rodeos y sin pensar metí la cabeza en el hueco de la soga, empujé el banquito hacia atrás y suspiré, soltando el último respiro de vida que me quedaba, después de eso solo cerré los ojos y esperé mientras escuchaba a Cremita llamándome y gritando desesperadamente.
Estuve sintiendo por al menos 10 minutos como el sonido a mi alrededor se apasiguaba y todo se volvía paz, lo último que pude escuchar fue una voz enojada y como se abría la puerta de mi habitación, luego todo se sumió en el silencio.
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Cuando me desperté estaba cayendo, y al principio pensé que me había quedado ciega, pues aunque abría mucho los ojos todo estaba oscuro, y así duró por un tiempo largo, en ese tiempo me hice la idea de que eso era estar muerto, caer eternamente, que no había cielo o infierno, solo un vacío oscuro y silencioso.

El choque contra el asfalto me regresó a la realidad, levanté la cabeza con confusión solo para ver una ciudad dónde todo era tonos carmesí y violeta, todos pasaban por encima de mi sin prestar atención, pero nadie se veía humano, algunos tenían cuernos, otros tenían muchos brazos, ni siquiera yo era humana, al verme en la vitrina de una tienda noté que tenía una cola y orejas iguales a las de un cordero, tambien tenía pequeños cuernos, a parte de eso tenía una piel blanquecina y cabello corto y rizado rubio, mi nariz era rosadita, en ese momento me di cuenta, de que estaba en el infierno.

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Camaroncito(escritorx):

hola genteee, acá traigo el primer capítulo de mi historia, nunca pensé q hacer esto fuera tan difícil (⁠〒⁠﹏⁠〒⁠)
Me tomó más d una hora terminar está cosa, y lo peor es q ni siquiera he empezado el plot principal, se los juro q tengo ganas d hacer otro capítulo hoy para q al menos esto no esté tan vacío, y eso voy a intentar, pero no sé si pueda acabarlo hoy.

En fin, nos vemos a la próxima (⁠θ⁠‿⁠θ⁠)

Mis guardianes infernales (Alastor × Lucifer × Vox × Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora