¡Dejame Estar a Tu Lado! (RadioStatic AU).

Corto: Poder.

Una Pequeña Aclaración. Los cortos no son capitulos como tal.
Sino mini momentos que pasan en cierto lapso de tiempo. Que sirven más como complemetos de la historia y otras cosas hasta que diga lo contrario.

Segunda Aclaración: Tengo Un HC sobre Alastor y Vox. Y es que, Alastor tiene tres casas.
Una que es una cabaña en el Bosque (Porque, le gusta lo natural y le recuerda a su casita en New Orleans), la Otra en Imp City. (Porque, es una Zona con Pocos Pecadores) y el ultimo un departamento en ciudad Pentagrama (Para estar al tanto del Caos y pasar el rato con Vox).

El Siguiente Corto es uno de Vox.
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Pov. Narradora.
Alastor miraba fijamente a Vox, su compañero de alma, mientras se recostaban juntos en la oscuridad de su habitación. Había sido una decisión difícil, pero finalmente había aceptado este vínculo que los unía, a pesar de los riesgos que conllevaba. Sin embargo, era hora de tener esa "Charla".

"Vox, mí querido," susurró Alastor, acariciando suavemente su rostro. "Debemos mantener esto en secreto. Sabes que tengo enemigos que no dudarían en lastimarte si se enteraran de nuestro lazo almico."

Vox asintió, comprendiendo la necesidad de discreción. "Lo sé, Alastor. Confío en ti y en tus habilidades para mantenernos a salvo."

A pesar de aceptar su vínculo de almas, Vox aún no había despertado por completo sus poderes demoníacos. Se había confiado demasiado en las habilidades misticas/Oscuras de Alastor para protegerlos de cualquier problema. Sin embargo, el exceso de confianza del joven demonio pronto se pondría a prueba.

El inferno era un Lugar traicionero, donde el frágil equilibrio de poder podía cambiar en cualquier momento. Vox, aunque rebosante de esperanza, no supo reconocer el arma de doble filo que era su propio optimismo. Los peligros del inframundo pronto exigirían un ajuste de cuentas, lo que tendria que aprender Vox por las malas.
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Un día, mientras Alastor se encontraba ausente, y Vox estaba trabajando en su Oficina, "Revisando" unos papeles.

Pensando, en ciertas cosas. El Sabía que tenia un poder que corría por sus venas era inmenso, solo faltaba el detonante adecuado para despertarlo. Pero, como?. Esa era la cuestión.

De pronto, la puerta de su oficina se abrió de golpe, y un grupo de demonios armados irrumpió en la habitación. Vox los miró con sorpresa y confusión, sin entender qué estaba sucediendo.

"¿Qué significa esto? ¿Quién los envía?" Preguntó Vox, tratando de mantener la calma. Mientras que dentro suyo, empezaba a sentir una sensación familiar.

Uno de los demonios dio un paso adelante, esbozando una sonrisa perversa. "Órdenes de nuestro Jefe. Es hora de que pagues por tus Crimenes, Vox."

Ante la amenaza, Vox sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo. Sus ojos brillaron con intensidad, y una energía crispante llenó el ambiente. "¿Crimenes? ¿De qué están hablando?"

"No finjas inocencia. Sabes muy bien de lo que hablamos. Y ahora, es hora de que aprendas una lección." *Dijo El Demonio*

Los demas Demonios se abalanzaron sobre Vox, pero este, impulsado por una fuerza desconocida, extendió sus manos y liberó una poderosa descarga eléctrica que envolvió a sus atacantes. Los demonios gritaron de dolor, retorciéndose en el suelo.

Vox los observó con una mirada fría y calculadora. "Parece que han subestimado mi poder. Ahora, díganme quién los envió y tal vez se los deje vivir."

Uno de los demonios, con gran esfuerzo, logró levantar la cabeza y murmurar. "Fue... Braulio."

Al escuchar ese nombre, Vox sintió que la ira y la determinación se apoderaban de él. Extendió su mano una vez más, y con una serie de rápidos movimientos, logró hipnotizar a los demonios, sometiéndolos a su voluntad.

"Bien, parece que tendré que encargarse personalmente de este asunto. Váyanse y digan a Braulio que Vox les manda saludos. El resto matensen ahora".

Los demonios, bajo las Ordenes de Vox, se levantaron y salieron de la oficina. Mientras que la mitad se mato  pegandose un tiro, dejando a Vox solo con la sensación de poder recorriendo cada fibra de su ser.

Por supuesto, que iba a ser el Overlord de la Zona Norte. Braulio Von Bianco.
El y Alastor se habian cargado a toda su red. La semana pasada, por un mero ajuste de cuentas. Era de esperarse su Venganza tarde o temprano.
Pero, dejando eso de lado.

Ahora le iba a dar mucha comida a Su Pareja junto con las buenas nuevas.

"Karen, si es que sigues viva. Traeme una lista de cosas y rapido". Decia por telefono a su Secretaria.

" S-si. Jefe". Dijo La Demonio Pecadora desde la otra linea.

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Más tarde esa mismo Dia.

Vox estaba bien feliz, contandole todo a Alastor. Y Alastor disfrutando de la comida que, Vox amablemente le habia traido y cocinado para el.

La Pareja se miraron y sonrieron con complicidad. Sin lugar a dudas,se enfrentarían a cualquier desafío que el Infierno les presentara, unidos por un vínculo que iba más allá de lo físico. El despertar de los poderes de Vox era solo el comienzo de una nueva era de dominio y control.