¡Dejame Estar a Tu Lado! (RadioStatic AU).

Corto 8: La Apuesta. (+Algo más)

Esto se me ocurrio, en un momento de inspiración. Y Como dije iban a aparecer otros personajes más.
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Era un día normal en el infierno cuando Alastor decidió visitar a Zestial, el Overlord más antiguo. A pesar de sus diferencias, los dos habían desarrollado una extraña amistad a lo largo de los años. Ademas hacia mucho tiempo, que no lo visitaba por estar de noviazgo con Vox, ah y tambien por estar asesinando demonios y pecadores por igual. De paso harian unas apuestas o algo por el estilo.

Alastor llamó a la puerta y fue recibido por uno de los sirvientes de Zestial, quien lo guió hasta la sala de estar. Allí, sentado en un elegante sillón, se encontraba Zestial, con una sonrisa traviesa en el rostro.

"¡Alastor, mi querido amigo! Qué agradable sorpresa verte por aquí", exclamó Zestial, haciéndole un gesto para que se sentara.

Alastor se acomodó en el sillón frente a él, sonriendo con confianza. "Zestial, siempre es un placer. Tenía ganas de pasar a charlar un rato contigo".

Mientras se sentaban en el lujoso estudio de Zestial, Alastor no pudo evitar notar que el poderoso demonio parecía saber algo que él no.

"Entonces, Alastor, ¿cómo va tu relación secreta con Vox?" preguntó Zestial con una sonrisa pícara. Y Solto la bomba directo y sin rodeos.

Alastor se atragantó con su taza de té, sorprendido de que Zestial supiera sobre su alma gemela. "¿Cómo lo sabes?" Se suponia que nadie debia saberlo, juraria que habian sido muy discretos. Siempre verificando que no hubieran pecadores cerca.

Zestial se rió entre dientes. "Soy el Overlord más antiguo, mi querido amigo. Hay pocas cosas que se me escapan en este infierno." 

Alastor se tensó por un momento, pero luego se relajó. "Bueno, puedo confiar en que guardarás el secreto, cierto?". No queria tener que hacer planes para deshacerse del segundo o tercer demonio que le cai bien.

"Por supuesto"exclamó Zestial, triunfante. "No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo."

Alastor suspiró, aliviado de que Zestial guardara el secreto. Luego, la conversación se desvió hacia un tema más interesante.

"Dime, Zestial, ¿cómo crees que sería tu alma gemela si alguna vez apareciera en el infierno?" preguntó Alastor, curioso.

Zestial se recostó en su sillón, pensativo. "Hmm, estoy seguro de que sería una hermosa bailarina. Alguien que pudiera mover su cuerpo con gracia y elegancia, cautivando a todos a su alrededor."

Alastor sonrió, divertido. "¿Una bailarina? Yo apuesto a que sería una traficante de armas. Alguien que pudiera manejar todo tipo de armas con destreza y eficiencia."

Zestial soltó una carcajada. "¿Una traficante de armas, eh? Bueno, eso suena bastante interesante. ¿Qué tal si hacemos una pequeña apuesta al respecto?"

Alastor arqueó una ceja. "¿Una apuesta, dices? Me intriga. ¿Qué tienes en mente?"

"Bueno, si resulta que mi alma gemela es una bailarina, tendrás que hacer todo lo que yo diga por una semana. Pero si resulta que la tuya es una traficante de armas, entonces yo tendré que obedecerte por el mismo período de tiempo. ¿Qué te parece?"

Alastor se acarició la barbilla, considerando la oferta. "Hmm, suena intrigante. Muy bien, acepto tu apuesta, querida Zestial. Que gane el mejor."

Ambos se rieron, anticipando con impaciencia el momento en que la misteriosa alma gemela de Zestial apareciera en el infierno y revelara quién tenía razón.
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XDXDXD.
¿Como reaccionaria Carmilla al enterarse de eso?.
Bueno, lo sabremos en un futuro.

En la Proxima parte, puede que aparezca Rosie. Ya que, voy a retomar la trama de La "Venganza" de Braulio.

Oh, tal vez sera para corto aparte pero, bueno. Eso mis queridos lectores.

Ah, y por cierto. Aka de casualidad encontre de mis guiones que habia perdido antes. Asi que, aqui tienen algo de Radiostatic.

corto perdido.

Alastor y Vox yacían enredados en las sábanas, sus cuerpos aún ardiendo con el calor de la noche anterior. Habían sucumbido a sus más oscuros deseos, dejando que la pasión los consumiera en esos momentos íntimos.

Pero como era de esperarse, la mañana llegó a joder todo. Vox despertó con un dolor punzante, gruñendo mientras se retorcía entre las sábanas de seda roja y negra.

Alastor, siempre el anfitrión perfecto, se incorporó lentamente y le dedicó una sonrisa encantadora a su amante.

"Buenos días, querido Vox. ¿Cómo te sientes esta mañana?" preguntó con un tono suave y seductor.

Vox se quejó, cubriendo sus ojos con un brazo. "Me siento como si un demonio mayor me hubiera atropellado. Todo me duele."

Alastor soltó una risita, acariciando suavemente el pecho de Vox. "Oh, vaya. Parece que me excedi un poquito anoche." Sus dedos trazaron patrones delicados sobre la piel del otro demonio. "Permíteme consentirte un poco."

Se levantó de la cama, envuelto en una bata de seda roja, y se dirigió a la cocina. Regresó momentos después con una bandeja llena de delicias: huevos fritos, panqueques esponjosos, jugo de naranja recién exprimido y una taza de café recién hecho.

"Estoy seguro de que esto te hará sentir mejor", ronroneó, colocando la bandeja sobre las piernas de Vox.

Vox parpadeó, sorprendido por el gesto, pero no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios. "Eres un maldito ángel, Alastor."

Alastor se acomodó a su lado, acercándose para colocar un suave beso en su mejilla. "Cariño, soy todo menos un ángel. Pero haría cualquier cosa por ti."

Vox rió entre dientes, tomando un sorbo de café. "Bueno, supongo que puedo perdonarte por haberme dejado adolorido."

Excelente. Ahora come, tesoro. Necesitas reponer fuerzas." Alastor le guiñó un ojo, complacido de poder cuidar de su amante.

Mientras disfrutaban del delicioso desayuno, los dos demonios se sumergieron en una conversación íntima, riendo y bromeando como si nada más importara en el mundo. Después de todo, ¿qué mejor manera de empezar la mañana que con la persona que más amas?.

Y si, se lo preguntan. No, no es canon. Porque, todavia no se acuestan en mi fic.
Esto era para otro fanfic.

Pero, bueno. Espero que lo hayan disfrutado.
bye bye.