Narra: tu
Un nuevo día lindo y pacífico un chico de baja estatura con 14 años de edad estaba con la cara en la mesa y su hermano mayor regañandolo irritado
— ¿Como puedes ser tan imbécil? — le decía a su hermano menor — Jamás encontrarás mejor oportunidad — decía Yuichiro
— Ya.... Déjame —
— ¿Como quieres que te deje? si eres el más idiota del mundo.... Malditasea — golpeó la mesa, lo que hizo que el más pequeño que acababa de entrar se sobresaltara
— di-disculpen ¿Interrumpo? — dijo Kotetsu asustado por el golpe
— No... Y ya no importa... — dijo Yuichiro
— ¿Kotetsu?... Que bueno verte — se acercó acia Kotetsu el cual no tenía su máscara, Yuichiro no quería estorbar y salió de la cocina, Muichiro tomo a Kotetsu de la mano y le dió un beso en la boca — ¿Cómo amaneciste? —
— Muy bien ¿Y tú? —
— Bien... Supongo —
— ¿Supones? —
— Kotetsu... Últimamente no han habido muchos demonios con los cuales combatir... Y creemos que Muzan está cada vez más cerca... —
— si... Para eso es el entrenamiento...—
— exacto, pero... No sé que pasará... Solo se que será muy pronto... Tengo miedo de... No poder volver a verte...—
— ¿Que?... — Kotetsu sentía humedad en su ojos
— Pe- pero no te preocupes... Yo saldré con vida... Y estaré contigo para siempre, lo prometo — miro a Kotetsu
— bien... — dejo que las lágrimas cayeron por sus mejillas, Muichiro lo miro triste y lo beso abrazándolo
El día llegó o mejor dicho la noche un cuervo llamo a los hermanos Tokito los cuales se sobresaltaron por los gritos...
— ¡HAAA!... ¡LA CASA UBUYASHIKI ESTA SIENDO ATACADA! — grito el cuervo, ambos hermanos Salieron corriendo hacia la Mansión Ubuyashiki nerviosos y alterados
— ¡Comandante general! — dijeron los hermanos
Eran las 6 am Kotetsu se encontraba en la finca Mariposa esperando la llegada de los cazadores específicamente de un pilar.... Se ofreció a hacer la comida y hervir agua, lavar y organizar vendajes y medicinas, el no sabía de medicina en lo absoluto, pero, el aporto su grano de arena
— ¡VENCIMOS! — Grito un Kakushi el cual venía con un cazador en su espalda
— ¿Vensimos? — dijo Aoi con lágrimas en sus ojos y alegre
— ¡Si! ¡VENCIMOS! ¿Dónde lo dejo? — Aoi miro la entrada de la finca Mariposa viendo a los demás Kakushis entrar con más heridos
