ElizabethCómo de costumbre, me levanto, tomo un baño, me lavo los dientes, y me visto con un vestido rojo vino que de hecho resalta muy bien mi muy definida figura, y un saco, negro en contraste con mi vestido, y mis respectivos tacos, que sería yo sin los tacos. Soy una mujer baja, a decir verdad, muy baja, solo para sacar la duda, mido 1.56 desde que tengo memoria suelo recordar como las personas cada que me dan un abrazo se tienen que agachar, no me hace sentir incómoda, ni mucho menos, insegura, claro que no, suelo usarla aveces, como un arma sexual, si algo se, a la mayoría de los hombres les gustan las mujeres bajas, los hace sentir un tanto "Enaltecidos" y para ser sincera, a mi, me encanta ser baja.
Luego bajo a desayunar y Esther ya está en la casa, cuando bajo, el café ya está listo, no suelo desayunar, así que solo tomo café, me dirijo al parking de la casa y salgo, salí más temprano de lo normal ya que quería estar libre antes de las 12 a.m, ya que a esa hora llega mi princesa, tengo demasiadas ganas de verla.
Cuando llego al consejo, la única que está, es Stella, mi secretaria, mi mano derecha me recibe con una lista de pendientes y confirmamos que este en orden, sigo caminando y en eso veo a Margaret, mi mejor amiga, y socia en el trabajo.
- ¿Tú? ¿Temprano? Oh por Dios, definitivamente hoy será el fin del mundo.- le rolo los ojos.
- Oye! Para tu información, no soy impuntual.- Me interrumpe.- Oh no, por supuesto que no.
- Eres una tonta sabes?.
- Lo se, pero, ¿Que harías sin mi, no?
- Te aprovechas solo por qué te quiero.- en eso, chocó con alguien y me derrama una bebida en mi super mega hermoso vestido!.
- ¡Oh no! Dios mío mi vestidoo!
- Oh, señorita, disculpeme, no ha sido a propósito.- en eso levanto la vista hacia su cara, y era el, Owen, fue mi ex novio, antes que me mudara de la cuidad y lo dejara sin darle ninguna explicación!.
- ¡OWEN! Dios mío, tanto tiempo sin verte!!
- ¡MERRIE!, Que sorpresa, no pensaba encontrarte aquí.
- Bueno, hoy tenía una reunión.
- Tanto tiempo, mírate, estás bellísima.
- ¡Tu también!, Definitivamente los años no pasan por ti. Oh mira, ella es mi amiga.
- Su casi hermana.- me corrige. - Margaret.-un gusto.- Se dieron la mano.
- Un gusto señorita, están ustedes muy bellas. Déjame pagar la tintorería de esto, ha sido mi culpa por no fijarme.
- Oh, no, no, no, no te preocupes, ven vamos a sentarnos por allá.
- Bueno Lizzie, nos vemos más tarde, tengo una pila de papeles que revisar, un placer conocerte Owen.
- Lo mismo digo señorita, que pase un bonito día.- Margaret le dedica una sonrisa y se va.
- Anda, ven, vamos a mi oficina.
- Veo que, casi no te dicen Merrie.
- Bueno, realmente, no, la mayoría de las personas me llaman "Señora Montgomery" o "Lizzie" la única que me llama Merrie aún, es mi mamá, cuando me reprende o cuando me tiene que decir algo serio.
- Ya veo, y, ¿como está la señora Eleanor?
- Está bien, súper diría yo.
- Que bueno, me alegra escuchar eso, y ¿tú?
¿Cómo estás tú, LIZZIE?- suelto una risita.
- Muy bien Owen, muy bien, y ¿tú? ¿Que tal te va? ¿Cómo va la vida de casado?.
- Que te puedo decir. Me estoy divorciando,
- Oh Dios mío, lo lamento, yo no lo sabía. Dios mío que imprudente- le dije con vergüenza.
- No te preocupes Merrie, no hay nada que lamentar, fui yo quien puso la demanda de divorcio.
- ¿Cómo? cuéntame, ¿Que paso?, ¿Por qué se van a divorciar?- le pregunté realmente sorprendida, ya que la última vez que supe de Owen fue cuando recibí su invitación de bodas, hace 10 años, a la que obviamente no fui, llámenme lo que quieran, pero no iba a asistir a la boda de mi ex, por Díos, en qué cabeza cabe esa locura, no soy de las mujeres que hacen eso para verse maduras, y decir con el pecho en alto que ya lo supere, eso me parece una completa estupidez.
- Me di cuenta que me engañaba, y, ya sabes, como en todo matrimonio antes de caer en el fracaso, buscamos terapia de parejas y todas esas cosas, pero, nada de eso funciono, ya nuestra relación estaba rota. Me atrevo a decir, que desde mucho más antes, quizás desde el día en el que pisamos el altar juntos, ambos sabíamos que estábamos cometiendo un grave error, como todo al principio nos llevamos bien, o eso intentamos, por el bien de nuestra hija, pero no funcionó, así que, fracasamos.
- Que lamentable, pero, tranquilo, no pasa nada, todos los seres humanos pasamos por este proceso, aveces suele ser difícil, cuando realmente amas a la persona, pero si lo único que los une son las criaturas de por medio, tiende a ser fácil.
- Si, bueno, tenemos una hija, y pues si queremos pelear por la custodia tendría que ser compartida.
- Ay no, las juicios familiares, los odio, esos si suelen ser un verdadero dolor de cabeza, sin ofender.
- No te preocupes- me dijo con una sonrisa.- tu eres abogada penal ¿no es así?
- Mmmmm, algo así, más o menos.
- Será, que, tú me puedas ayudar?
- No lo sé Owen, hace mucho que deje de dirigir casos de este tipo, casi no me llegan casos así.
- Piénsalo Merrie , me encantaría que fueras mi asesora legal.- ese teno de coqueteo me puso súper acalorada.
- Te prometo que lo pensaré, ¿Okay? Pero no quiero hacerte perder el tiempo.
- No te preocupes Merrie, si espere 3 años para poner la demanda, puedo esperar un poco más.
- Eres un lindo.
- Tú, lo eres más, déjame decirte, que estás bella.- me toma las manos ya que estábamos sentados y yo tenía las manos en la mesa.- Demasiado diría yo, estás tal cual y como me imagine, eres una mujer excepcional Merrie y....- en eso Stella interrumpe y aparto mis manos tan rápido de un movimiento brusco.
- Señora Montgomery, ya está el coche esperando para llevarla con los cenadores.
- Muchas gracias Stella, ya voy, que me espere un momentito.- se va y vuelvo a Owen.
- Disculpame Owen, me tengo que ir, estamos en contacto para reunirnos a almorzar un día de estos y confirmarte mi asesoría en tu caso, va?
- No te preocupes Merrie, ya tengo tu tarjeta, te llamaré pronto.- nos ponemos de pie y me da un beso en la mejilla, y luego uno en los nudillos de las manos, Dios este hombre es tan cabellereso. Nos abrazamos y le doy un pequeño abrazo, y cuando me acerco su exquisita colonia invade mis fosas nasales y me deja en papada de el. Eso sin duda me pone acalorada, me separo rápido de el antes de cometer una locura y salimos, nos dedicamos una última sonrisa y seguimos nuestros caminos.
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Todos los caminos que me conducen a ti
RomanceDespués de 10 largos años los caminos de Elizabeth y Owen nuevamente, se vuelven a juntar, y está vez intentarán perdonarse y luchar por su gran amor. Intentaran estar juntos nuevamente, el está pasando por un proceso de divorcio y busca ayuda en el...