Cápitulo dos: El padawan.

70 10 2
                                    

A la primera hora de la mañana del día siguiente, las jedis, el representante Binks, Typho y Padmé ya se encontraban irrumpiendo a en el despacho del canciller. Llevaban puestas sus tunicas Jedi y sostenian firmemente sus sables laser en sus manos.

El primero en recibirlos fue el maestro Yoda, que con su serenidad diaria se acercó al grupo de recien llegados, recibiendolos con una alegría medida propia de un maestro Jedi.

—Senadora Amidala.... Su tragedia en la plataforma de aterrizaje, ¡Terrible! —El Jedi dijo. —Verla viva trae sentimientos de alegria a mi corazón...

—¿Tienen idea de quien mandó este ataque? —Padmé le preguntó a Yoda de manera impaciente y preocupada.

—Sospechamos de unos mineros de especias inconformes en las lunas de Naboo...—El maestro Windu se unió a la conversación. Lucia tan intimidante y malhumorado como siempre.

—Creo que el conde Dooku pudo hacerlo...—Padmé dijo. La habitación cayó en silencio por un momento.

—El conde Dooku es un politico idealista, no un asesino...—El maestro Mundi dijo.

—El conde Dooku fue alguna vez un Jedi, senadora...—Windu miró a Padmé, preocupado. —El nunca asesinaria a nadie, iria contra su caracter...

—En tiempos oscuros como este nada es lo que parece...—Yoda dijo con un rostro pensativo. —De lo que estoy seguro, Senadora, es que en grave peligro usted está.

El canciller Palpatine, quien se había mantenido en silencio durante la conversación de la Senadora con los maestros Jedi, finalmente se volteó hacia la dirección del grupo de recien llegados, y se dirigió al consejo Jedi, mirando fijamente a Padmé.

—Maestro Jedi...—Palpatine se refirió a Yoda. —Sugiero que la protección de la Senadora Amidala sea reforzada... Me temo que la gravedad del asunto no requiere que solo dos maestras Jedi custodien a la senadora...

Bail Organa dió un paso adelante y dijo: —¿Usted cree que sea prudente en estos tiempos tan dificiles?

—Canciller, si me lo permite, no creo que la situación sea...

—¿Que la situación sea tan seria? —Palpatine interrumpió a Padmé. —Yo si, senadora... A pesar de los esfuerzos de la Maestra Wisteria y la joven Greenbriar, su vida se ha encontrado en grave riesgo. Estoy consciente de que la seguridad adicional podria parecerle incomoda... Pero quizás alguien quien le sea familiar podría disipar un poco la sensación... Un viejo amigo, ¿Que opina del maestro Kenobi?

—Eso es posible...— Respondió Windu. —Acaba de regresar de una disputa fronteriza en Ansion...

—Hagalo por mi, senadora...—Palpatine dijo. —Se lo suplico... La idea de perderla es insoportable.

Windu se acercó a Padmé y a Phoenix, y con un tono seguro dijo: —El maestro Kenobi se reportará con ustedes de inmediato.

—Deja de tocarte ese vestido, Aurora, te lo suplico. —Phoenix le repitió.

—¿Por qué tengo que usar este vestido? ¡Todavia no lo entiendo!

Padmé soltó una risa mientras ayudaba a Aurora a presentarse. Aurora miraba a la senadora y a la maestra Jedi, pidiendo explicaciones.

—Ya te lo he repetido alrededor de cinco veces, padawan necia. —Phoenix se llevó dos dedos al puente de su nariz y suspiró. —Ahora que se sabe que la senadora cuenta con protección del consejo, una de nosotras debe ir en encubierto...

—¡¿Pero por qué tengo que ser yo?! —Aurora protestó.

—Porque Phoenix ya es una maestra Jedi y si mi atacante es quien creemos que es, sabe de su existencia... Sin embargo, tu todavía eres una joven padawan, dulce Aurora... —Padmé le explicó con una sonrisa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 02, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Wide Awake - Anakin SkywalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora