¿Estas de lulu?

57 5 3
                                    


Capítulo 3


-Con esto hemos terminado por hoy. -dijo el profesor Dimitrov, mientras despachaba a los alumnos y comenzaba a teclear en su teléfono móvil.

Tras su anuncio, que carecía de cortesía, se dedicó a repasar nuestros nombres y rostros. Pude sentir su mirada sobre mí en todo momento, como si me estuviera escaneando de pies a cabeza. Intenté ignorarlo lo más que pude, conversando con Alicia, pero mi cuerpo reaccionaba involuntariamente a su constante observación.

Me levanté y tomé mi bolso.

-Aún no me lo creo, ¿sabes? El tipo está realmente bueno, pero su carácter es asqueroso, amiga. -Alicia se posicionó a mi lado mientras descendíamos las escaleras que conducían a la parte baja del aula.

-Ni lo digas. Al parecer, tiene una doble personalidad, porque cuando lo del café no fue tan idiota como ahora. -susurró, visiblemente desconcertada.

Normalmente, las personas tienden a ser falsas en cuanto a sus personalidades. Lo sé, lo he vivido en carne propia. Ahí radica mi aversión hacia los hipócritas.

Sin embargo, debo admitir que siento curiosidad por Nathaniel Dimitrov.

Al llegar al final de las escaleras, nos dirigimos directamente a la salida. Lo miré por un instante, pero aparté la mirada rápidamente.

-Señorita Hendrix. -me detuve en seco al escuchar su voz.

-Usted quédese unos minutos. Tengo algo que comentarle.

No. Me. Jodas.

Volteé y lo vi cruzado de brazos, apoyando su peso sobre el escritorio. Su chaleco había desaparecido desde la mitad de su discurso; las mangas de su camisa estaban arremangadas hasta los codos y su cabello, despeinado por el nerviosismo de su charla, le daba un aire despreocupado y poco profesional para un "maestro".

Interesante.

-Claro, profesor. -respondí, dándome la vuelta para acercarme a él.

No pensé mucho más en ello; la curiosidad por saber qué quería decirme me consumía.

Una mano me retuvo del brazo, girándome suavemente.

-¿Qué...?

-Oye, ¿estás de lulu? ¿Qué haces? -Alicia susurró, mirando por encima de mi hombro.

Ay, Ali, mi querida Ali. Deja que tu amiga se divierta un poco.

Tomé su mano y la retiré con suavidad. A veces olvido que su carácter frío e indiferente no interfiere con su instinto protector. Es como mi mamá oso.

Incliné un poco la cabeza y le mostré mi mejor sonrisa de ángel.

-No estoy de lulu, Alicia -aseguré con firmeza-. Saldré rápido; no te alteres en mi ausencia, ¿sí?

A veces, su temperamento se descontrola cuando no estoy cerca, lo que nos ha causado inconvenientes en el pasado. Un verdadero dolor de cabeza, si me preguntas.

-Ve y adelanta tu reunión con la profesora Odett sobre tu proyecto. Nos encontraremos en el estacionamiento. ¿Te parece?

Observé cómo su mirada se fijaba detrás de mí durante unos segundos antes de soltar un suspiro resignado.

-No te demores, Ki. -Asentí y la vi desaparecer entre la multitud de estudiantes que llenaban el pasillo.

Descuida, Ali. Esto se pondrá interesante.

My Sushine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora