Pasión por el café parte 2

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Esa noche, Laura llegó al restaurante con el corazón acelerado y una mezcla de nervios y emoción. Se había tomado su tiempo para elegir un vestido que la hiciera sentir segura y atractiva. Cuando entró, vio a Richard esperándola en una mesa en una esquina, apartado del bullicio. Él se levantó y la saludó con una sonrisa que la hizo olvidar cualquier duda que pudiera haber tenido.

—Te ves hermosa —dijo Richard, tomando su mano y guiándola hasta la silla.

—Gracias —respondió Laura, sintiendo un rubor en sus mejillas.

La cena transcurrió de manera encantadora. La conversación fluía fácilmente, con risas y miradas que decían más de lo que las palabras podían expresar. Richard era un conversador nato, y Laura se sentía cada vez más cómoda y atraída por su carisma y encanto natural.

Después de la cena, Richard sugirió dar un paseo por el parque cercano. La noche era fresca y clara, y la luz de la luna creaba un ambiente romántico. Mientras caminaban, sus manos se rozaron varias veces hasta que finalmente Richard tomó la iniciativa y entrelazó sus dedos con los de Laura. Ella sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo al sentir el contacto de su mano firme y cálida.

—Me alegra haberte conocido hoy, Laura —dijo Richard, deteniéndose y girándola suavemente para mirarla a los ojos—. Siento una conexión contigo que no había sentido en mucho tiempo.

Laura, sintiendo la intensidad de su mirada, respondió en un susurro. —Yo también, Richard.

Sin pensarlo más, Richard se inclinó y la besó. Fue un beso suave al principio, exploratorio, pero pronto se convirtió en algo más apasionado. Las manos de Richard se deslizaron hasta la cintura de Laura, atrayéndola más cerca, mientras ella enredaba los dedos en su cabello.

El mundo a su alrededor desapareció mientras el beso se profundizaba. Laura podía sentir la firmeza del cuerpo de Richard contra el suyo, y el deseo comenzó a crecer en su interior. Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con dificultad, mirándose con ojos llenos de lujuria y deseo.

—¿Quieres venir a mi apartamento? —preguntó Richard con la voz ronca, sus ojos ardían de deseo.

Laura asintió sin dudar. —Sí, quiero.

Llegaron al apartamento de Richard rápidamente. Apenas cruzaron la puerta, se lanzaron el uno hacia el otro, despojándose de la ropa en una vorágine de pasión. Richard la levantó en sus brazos y la llevó al dormitorio, donde la depositó suavemente sobre la cama. Sus labios nunca dejaron de explorar los de ella, y sus manos recorrieron su cuerpo, provocando gemidos de placer de ambos.

Laura se entregó completamente al momento, dejándose llevar por el deseo que había sentido crecer desde que lo vio en el café. Las caricias de Richard eran expertas, cada toque encendía un nuevo fuego en su piel. Los cuerpos se movían al unísono, una danza de pasión que los llevaba a ambos al borde del éxtasis.

Cuando finalmente se unieron, fue como si el mundo estallara en colores y sensaciones. Richard se movió con una intensidad que hizo que cada fibra del cuerpo de Laura vibrara con placer. Los gemidos de ambos llenaron la habitación mientras se perdían en el éxtasis compartido.

Esa noche fue una explosión de deseo y conexión, un momento que ambos sabían marcaría el comienzo de algo profundo y significativo. Cuando finalmente cayeron exhaustos, abrazados en la cama, supieron que sus vidas nunca volverían a ser las mismas.

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⏰ Última actualización: Jul 02 ⏰

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