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Bryan admira su obra. Nos ha reconectado el cable a la tele del piso de Pike Place Market. Samy y yo nos tiramos al sofá, riendo como bobos, impresionados por su habilidad con el taladro eléctrico. La tele de plasma queda rara sobre el fondo de ladrillo visto del almacén reconvertido, pero ya me acostumbraré.
—¿Ves, nena? Fácil. -Le dedica una sonrisa de dientes blanquisimos a Samy y ella casi literalmente se derrite en el sofa.
Les pongo los ojos en blanco a los dos.
—Me encantaría quedarme, nena, pero mi hermana ha vuelto de Paris y esta noche tengo cena familiar ineludible.
—¿No puedes pasarte luego?-pregunta Samy tímidamente, con una dulzura impropia de ella.
Me levanto y me acerco a la zona de la cocina fingiendo que voy a desempaquetar una de las cajas. Se van a poner pegajosos.
—A ver si me puedo escapar.
—Bajo contigo dice Samy sonriendo.
—Hasta luego, Roi ‐Se despide Bryan con una amplia sonrisa.
—Adiós, Bryan. Saluda a Spreen de mi parte,
—¿Solo saludar? -Arquea las cejas como insinuando algo.
—Sí.
Me guiña el ojo y me pongo colorado mientras él sale del piso con Samy.
Bryan es un encanto, muy distinto de Spreen. Es agradable, abierto, cariñoso, muy cariñoso, demasiado cariñoso, con Samy. No se quitan las manos de encima el uno al otro, lo cierto es que
llega a resultar violento.
Y yo me pongo verde de envidia. Samy vuelve veinte minutos después con pizza;
nos sentamos, rodeados de cajas, en nuestro nuevo y diáfano espacio, y nos la comemos directamente de la caja. La verdad es que el padre de Samy se ha portado. El piso no es un palacio, pero sí lo bastante grande: tres dormitorios y un salón inmenso con vistas a Pike Place Market, Son todo suelos de madera maciza y ladrillo rojo, y las superficies de la cocina son de hormigón pulido, muy práctico, muy actual. A los dos nos encanta el hecho de que vamos a estar en pleno centro de la ciudadad.
A las ocho suena el interfono. Samy da un bote y a mi se me sube el corazón a la boca.
Un paquete, joven Luckity, señorita Rivers.
La decepción corre de forma libre e inesperada por mis venas, No es Spreen. Segundo piso, apartamento dos. Samy abre al mensajero. El chaval se queda boquiabierto al ver a Samy, con sus vaqueros ajustados, su camiseta y el pelo recogido en un moño con algunos mechones sueltos. Tiene ese efecto en los alfas. El chico sostiene una botella de champán con un globo en forma de helicóptero atado a ella. Samy lo despide con una sonrisa deslumbrante y me lee la tarjeta."Buena suerte en su nuevo hogar.
Spreen de Luque"Samy mueve la cabeza en señal de desaprobación.
—¿Qué no puede poner solo Spreen? ¿Y qué es este globo tan raro en forma de helicóptero?
—Charlie Tango
¿Qué?
—Spreen me llevó a Seattle en su helicóptero.
-Me encojo de hombros.
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Los Juegos Oscuros De Un Millonario [HIATUS]
Teen FictionContenido; +18, lenguaje inadequado. Consumo de drogas y alcohol. Ship spiderbear (si no te agrada bye) Faltas de ortografía Temas sensibles; uso de juguetes sexuales, Posesión, Manipulación, actos extremos, BDSM, Violencia. Alfa, omega, beta, zet...