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❝ Nunca soñé que conocería a alguien como tú y
nunca soñé que perdería a alguien como tú.—
Wicked Game ❞
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━━ ˓ ֹ 𖥻 AEMOND OBSERVÓ EN SILENCIÓ LOS MOVIMIENTOS DE SU HERMANA MAYOR. La manera en la que bordaba con paciencia, los rizos platinados que colgaban, la nariz respingona, la piel porcelana y los orbes violáceos que palidecían al efímero brillo de la luz solar que perpetuaba en la ventana.
Acepto quedarse con ella por qué Helaena era dócil a comparación de Aegon además que, Rhaenyra cumplía deberes para la corona a petición del rey, el padre que tenían en común. Sin llamado, la puerta de la habitación se aperturó y de allí se abrió paso una figura delgada ceñía de tela verde, la reina se adentro.
— ¿Donde esta Aegon?— Inquirió como si se tratará de una madre preocupada por su primogénito.
El único ojo de Aemond se detuvo en su madre. Tan recta e impasible para los ajenos a la familia pero, para su segundo hijo varón el retrato que tenia sobre la mujer era un dilema que variaba constante tras el transcurrir de las lunas.
— Ya sabes donde esta, madre. — Murmulló Aemond con tono letárgico. Quería descifrar el rostro de desasosegó de la Hightower.
¿Por qué lucía tan inquietante? , ¿Qué era que ocultaba detrás? se percató como Alicent se acentuaba al lado de Helaena, quien apenas duras penas mostró atención a la llegada. Aemond en un intento de persuadir el ambiente tan hostil se levantó y se acercó a visualizar el horizonte por medio del cristal.
—Carrete negro y carrete verde quieren formarse. El amor será probado en las llamas de la guerra. Serán como dos ríos convergiendo, pero nunca fluyendo juntos hacia el mar. Sus corazones serán uno, pero sus destinos, siempre separado.— Musitó Helaena de repente apresando el interés del tuerto.— ¿Qué elegirás?, ¿el amor por encima del deber o el deber es la muerte del amor?