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Jake estaba muy cansado, el viaje por tierra había sido una decisión de la cual se arrepentiría por las siguientes diesiocho horas, o más si la mala suerte le acompañaba. Apenas habían salido de su recinto real, así que fácilmente podría hablar y decir que preferiría tomar el jet y viajar por los cielos, pero tampoco era como que quería llegar rápido a su destino.
En dos días tendría una cita con el príncipe Tam de los altos Valles de Escocia. Era un tipo estirado y culto, firme y tan correcto que hacía que las tripas de Jake se retorcieran de rabia. No quería conocer a ningún príncipe ni que lo desposaran, mucho menos si se trataba de aquel alfa insípido que solo buscaba su fortuna.
En seis largos meses, Jake finalmente sería coronado como el rey del clan más poderoso del imperio de los Valles, claramente contaba con la suerte de ser omega y contar con el poder de hacer todo de manera autónoma, en los actuales tiempos, los omegas eran los más respetados de la sociedad y de cada reino, pues, ellos tenían la capacidad de traer vida al mundo, eran dulces y fértiles, era como si la vida dependiera netamente de ellos.
Jake suspiró.
La razón por la que debía ser cortajado por algún alfa era porque, su madre, la reina actual del clan Sim, rogaba por un nieto. Típico de adultos mayores.
Jake no tenía problema, la idea de ser padre, ciertamente le agradaba, ¿Pero de forma precipitada y rápida, solo por complacer a su madre? Ugh, eso sí que le disgustaba. Su lobo se había arrinconado en el fondo de su pecho para canalizar con calma el enojo que sentía.Bufó ante el revoltijo de emociones que sintió arremolinarse en su pecho y clavo la vista que le ofrecía la ventana. El cielo se estaba oscureciendo, no porque la noche se estuviera acercando, si no por una posible tormenta, las nubes eran grises, casi negras y los truenos no habían tardado en resonar fuertemente, haciendo que gotas gruesas de agua cayeran desde lo más alto.
Aunque esto fuera algo que podría retrasar su viaje, a Jake no le importo y agradeció a los dioses de los altos astros por la pequeña misericordia.
La ventana que dividía la cabina del piloto con la del pasajero bajó solo un poco, lo suficiente para que los ojos de uno de sus guardaespaldas más fieles se asomaran con sigilo.
—Su alteza.— Llamó Sunghoon en voz baja, relajando la mirada cuando Jake dirigió su atención para verlo.— El aguacero está aumentando y nos impide la vista, señor, sugerimos hacer una parada hasta que la lluvia se calme.
Jake miró por la ventana para comprobar, el cielo se ilumina con relámpagos y los truenos iban en aumento en conjunto a el agua que caía.
—Está bien, consigan un lugar para pasar la noche.
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Conseguir una posada fue un augurio agotador, sin embargo no fue imposible. Después de haberse asegurado de que todo el equipaje del príncipe estuviera en la seguridad de la posada y de que Jake estuviera acomodado en la amplia habitación cenando lo que había pedido, ambos alfas habían salido al porche a tomar un pequeño descanso y vigilar que todo estuviera en orden allí afuera.
—Uh, no creo que esto se vaya a detener.— Espetó Sunghoon, procediendo a sacar y a encender un Malboro, suspirando cuando hizo contacto con el humo que el cigarro desprendía.
Heeseung asintió, tomando el cigarro que el otro le ofrecía.
—La noche estará fría.— Soltó luego de darle una larga calada a su cigarro.— Y yo ando cachondo.
Sunghoon soltó una risa;— Siempre andas así, ya búscate dónde meterla.
—Ah, si tan solo pudiera, el trabajo no me deja ni un poco de tiempo para mí.
—Ni a mí.
Ambos se miraron por lo que pareció ser un largo minuto, como si el mismo pensamiento les hubiera llegado a la mente, avergonzados secretamente, regresaron su mirada al aguacero que rugía frente ellos.
Arriba en el segundo piso, Jake quería que la tierra se lo tragace o que la lluvia hiciera de él algo para desaparecerlo.
Su celo le estaba respirando cerca, lo que le confundía porque en su calendario estaba bien marcado que sería dentro de diez días, ni más ni menos. Pero ahí estaba, en medio de su cama, cruzado de piernas intentando neutralizar su calentura, lo cual le estaba resultando bastante difícil.
Se dirigió al baño que tenía la habitación, y sonrió aliviado de que hubiera una bañera ahí, quizá un baño era todo lo que necesitaba para bajar la temperatura ardiente en su cuerpo.
Se despejó de toda la ropa que traía encima hasta quedar meramente desnudo y se metió en la bañera aún vacía, jadeó cuando la cerámica fría hizo contacto con la piel de sus muslos y trasero, pensativo miró sus manos por un largo momento, debatiéndose si masturbarse sería una buena idea, realmente tenía muchas ganas.
Su mente estaba llena de pensamientos perversos y sucios que solo hacían que su vientre se contragiera, así que, sin pensarlo más, abrió sus piernas, levantandolas para colocarlas más cómodamente a los bordes de la tina y suspiró cuando llevó sus manos hacia sus pechos, apretando sus pezones erectos en el proceso, jugó un poco con sus senos y paseó su mano por encima de su plano vientre, sintiendo como empezaba a humedecerse allí abajo.
Sus dedos actuaron por si solos y finalmente encontraron refugio en su húmedo coño, jadeó cuando se rozó con sus partes más sensibles y empezó a crear largos movimientos por toda su área, abrió más sus piernas y cuando ya estuvo bien estimulado, sumergió dos dedos dentro de sí. Con una manos se penetraba con los dedos y con la otra seguía estimulando su clítoris.
Aumentó la rapidez, sintiéndose un poco frustrado, solo quería echarse y recibir sin querer hacer nada por él mismo, quería abrir bien sus piernas y que una polla se bombeara dentro de su coño, aunque su trasero también se sintiera caliente y desatendido.
Necesitaba estar lleno por ambos lados.
Su olfato se agudizó y a lo lejos percibió el olor mezclado de dos alfas, intenso pero opaco.
Ahí fue cuando Jake recordó que no estaba completamente solo en la inmensa posada y que sus dos guardaespaldas velaban por su seguridad allí abajo. Jadeó ante el pensamiento y el débil recuerdo de aquellos dos, de lo fuerte y altos que eran, de lo masisos que se veían y de lo duro que podrían estar al verlo así.
De repente lo estuvo deseando, sentir aquellos dos pares de manos por su cuerpo, las voces fuertes y roncas en sus oídos, ambos cuerpos atrapandolo entre ellos.
Oh Dios, quería tan mal ser follado por aquellos dos alfas.
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𝑨̀ 𝒗𝒐𝒕𝒓𝐞 𝐦𝒆𝒓𝒄𝒊𓆙𝑯𝑒𝑒𝑱𝑎𝑘𝑒𝑯𝑜𝑜𝑛
FantasiaUn omega en celo que hace todo por controlarse y dos alfas dispuestos a seguir las ordenes que su majestad ordene. ♔︎ 𝘓𝘦𝘦 𝘭𝘢𝘴 𝘢𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘢𝘥𝘦𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳𝘴𝘦 𝘢 𝘭𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢.