Capítulo 1

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Mi manada siempre se ha mantenido en un auge, la grandeza y magnificencia de esta se remontan desde el principio de los tiempos, todo por el esfuerzo de los licántropos que plantaron sus cimientos aquí, en los montes Cárpatos de Rumania. Y como todo, ha tenido sus momentos difíciles, pero es la entereza de sus gobernantes y la confianza de sus miembros en esta lo que la han mantenido firme y en la cima, es la manada Upper Moon; mi manada, regida ahora por mi; Erick Presley.

Fui criado con este propósito, y lejos de ser desagradable u ortodoxo; es magnífico. Pues en mi como líder; se mantiene el instinto de proteger de los suyos. Una capacidad innata.

Pero hay algo más especial al ser el rey; tendré el poder suficiente de darle a mi reina todo lo que merece.
Nunca debo ser subestimado, y mi lobo siempre me ayuda a ir pasos adelante de los demás. Un líder nato por naturaleza, transmitido de generación en generación, y así continuará con mi próximo y pronto legado. Mi apellido bendecido hace temblar a más de uno con solo su mención, tanto en el mundo sobrenatural, como mortal.

Los lobos normales son considerados los caninos más grandes del reino animal, pero como hombres lobos, nuestra capacidad va mucho más allá de ello.
Todo se remonta a nuestro origen.

Milenios atrás

El aura obnubilada de un color plateado sutil y cálido se mantenía intacto sobre aquel precioso ser; la Diosa Luna, esta se encontraba en su templo trascendental del tiempo, espacio y entorno, simplemente existiendo en las probabilidades del universo, desde allí observó con tristeza como una especie de sus animales fieles otorgados a ella desde su creación para su cuidado lanzaban un lastimero aullido hacia su satélite; la luna, la cual se encontraba en su brillo más hermoso y potente, por lo que se transformó en un divino destello y fue al encuentro de tan lastimoso sonido.

Tomó su forma de humana, con su inigualable corona hecha de la más fina plata y al frente resaltando la forma de las fases lunares; creciente, llena y menguante. Se agacho a la altura del lobo que estaba al frente de los demás y acarició con gentileza su cabeza; esté se inclinó ante la caricia de su diosa y protectora.

– ¿Por qué este sentimiento de soledad, mi pequeño lobo? – Preguntó refiriéndose al aura opaca y solitaria que sentía de los que considera sus hijos.

El lobo al que acariciaba emitió un lastimero aullido, tan lleno de tristeza que el corazón de la diosa se encogió de compasión y empatía por él. Por lo que, en una pequeña y rápida introspección tomó una decisión en bienestar de sus cachorros.

– Escuchen atentamente, mis queridos hijos. – Pronunció con voz trémula, y permitiendo que el color plateado se adueñara de sus ojos; símbolo de estar usando su poder. – A partir de ahora, vuestra alma estará entrelazada con otra, será el complemento de cada uno. Una unión tan fuerte y llena de amor que no podrá ser rompida de ningún modo, tampoco habrá lugar para la duda, pues soy yo, su diosa quien está poniendo en sus caminos la solución a su soledad.

– Les concedo la oportunidad del cambio, a una proyección humana. Sin dejar de lado sus principios como lobos; fieles, unidos y protectores de los bosques. Y por último; – Puso una mano en la cabeza del lobo aulló al frente de los otros. – Siempre serán guiados por la sangre de su líder; Maximo. Cambia hijo mío. – Ordenó, haciendo que este obedeciera inmediatamente, transformándose en un hombre corpulento y apuesto. – Serás el cuidador de los demás, confío en tu sabiduría, tendrás en tus manos el poder de la piedra lunar.

– Adios, mis pequeños, siempre estaré con ustedes. – Expresó por último antes de convertirse en una preciosa e inefable luz cálida y semiplateada. Regresando a su hogar; conocido cómo el satélite natural de la tierra.
Todos los lobos se sintieron completos y agradecidos por la intervención y ayuda que brindó su diosa, y haciendo caso a su orden; todos en su forma lobuna se inclinaron en señal de respeto hacia su líder y rey. Máximo Presley.

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A partir de allí, mis ancestros se han encargado de proyectar Upper Moon en un éxito continúo, y no solo ello; de resaltar el verdadero valor como cambiaformas bendecidos por la misma diosa de la luna y la naturaleza, qué en su poder yace la más sutil y enigmática energía cósmica. También por supuesto; el de nuestras almas gemelas, como lo más sagrado de nuestra existencia.

Nuestra jerarquía es bien definida, tal como los pequeños lobeznos comunes, y cada quien cumple su rol a la perfección, un rey que dirige con armonía y certeza su territorio es un rey respetado. Pero en la familia de dirigentes yace el poder de la piedra lunar la cual nos brinda habilidades psíquicas como la telequinesis, telepatía y otras, que prefiero mantener para mi. Y a ello le añado la capacidad de manejar los elementos de la naturaleza; agua, tierra y aire. Y solo cada medio milenio, tal como lo ha pactado nuestra diosa Luna con el dios del sol; nacerá un licántropo de la familia dirigente con el poder de manejar el fuego. Pero todo tiene un requisito; nuestras habilidades psíquicas y de elementos solo estarán en su mayor clímax una vez hayamos encontrado nuestra pareja y fortalecido el lazo de compañeros.

Soy un Rey poderoso, pero lo seré aún más cuando mi Reina Luna esté en mis brazos, y en mi ser esta la responsabilidad de manejar con sabiduría el elemento fuego, y aún más; de entrenar a mi primogénito, pues la Luna y el sol han hecho un nuevo acuerdo excepcional, uno contribuyente a eliminar el mal que en los últimos años ha perjudicado el equilibro de la tierra, siendo consciente de que los humanos han estado haciendo algunas investigaciones para nada agradables hacia mi especie y otras más del mundo sobrenatural, es hora de buscar el origen de aquellos seres malignos que se disfrazan como humanos.

Rey Alpha Erick |Libro 2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora