1. Pregón del orgullo

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Pov. Martin

Hoy era el día en el que nos tocaba dar el pregón del orgullo, Juanjo y yo estábamos bastabte nerviosos, pero mucho más Juanjo. Cuando nos lo propusieron estuvimos muy cerca de decir que no, por miedo a hacerlo mal. Pero lo pensamos mejor y junto a Juanjo dijimos que sí.

El pregón lo haríamos junto a Kiki y Violeta, que parecía que no estaban tan nerviosas como nosotros.

Llevabamos días haciendo el discurso para ese momento. Yo se lo leí a Juanjo y él a mi el suyo. Debo decir que lloré cuando me lo leyó, y probablemente esta tarde también llore.

Se hicieron las 19 y Juanjo y yo bajamos al coche que nos recogía para llevarnos a la plaza. En el coche estaban Nacho, Chiara y Violeta esperándonos.

- Helloo, como estáis? Nerviosos?- nos preguntó Violeta abrazándonos

- Un poco - reí

- Yo mucho - dijo Juanjo mientras tragaba fuerte y respiraba hondo

Se le veía bastante agobiado desde esta mañana y lo encontraba raro pero no quiso hablar de ello cuando le pregunté.

Cuando llegamos a la plaza nos dirigimos al camerino que teníamos para los cuatro. Juanjo avisó de que iba al baño y lo seguí, estaba muy preocupado por él, se le veía bastante mal.

- Juanjo! Espera - me acerqué a él

- Que pasa? Me he dejado algo?

- Estoy preocupado por ti, mi amor - le acaricié la cara

- Por que? Estoy bien, tranquilo - me dedicó una sonrisa que se notaba que era falsa

- A mi no me engañas, te conozco, y algo te preocupa, y creo que se lo que es - le miré a los ojos con una sonrisa comprensiva

- Me da vergüenza salir ahí... Y miedo... No entiendo porqué - suspiró temblorosamente - no siento que merezca estar ahí hoy, Martin - bajó la cabeza

- Mi amor - le cogí la cara haciendo que me mirara - te mereces estar aquí igual que cualquiera de nosotros, has descubierto cosas de tí estos meses que te hacen ser libre ahora, y has mostrado ese proceso a muchisima gente que se ve reflejada en tí - soltó una lágrima - estoy super orgulloso de tí, mi do - le sonreí - y es normal tener miedo, estás nervioso, al igual que yo y que Kiki y Violeta, pero lo vas a hacer genial, lo sé, porque te conozco y se que vas a brillar

- Te quiero mucho, Martin - me abrazó

- Y yo, agapornit - reímos

- Sabes, no quería ir al baños solo quería despejarme paseando, aunque aquí está un poco complicado - rió

- Volvamos al camerino, y nos abrazamos hasta que nos toque salir

Al llegar al camerino, Chiara y Violeta no estaban, habían salido a hablar con algunos organizadores que conocían.

Quedaban diez minutos para salir al escenario, estábamos cerca de la escalera y me acerqué a Juanjo

- Vas a hacerlo genial! - le sonreí - lo sé, eres increíble, y les va a encantar tu discurso

- Vamos a hacerlo increíble - me corrigió - te quiero mucho mucho - me abrazó y junté nuestras frentes

- Vas a brillar, do - le dí un beso en los labios y nos preparamos para salir

Nos recibió un montón de gente, más de la que esperaba, me tocaba a mí emepzar el pregón y cuando empecé a hablar me tranquilicé y todo fluyó.

Después de mí habló Chiara, mientras daba su discruso no podía evitar fijarme en Juanjo, que estaba notablemente nervioso. En un intento de tranquilizarlo dirigí mi mano a su cuello y lo acricié mie tras le daba ánimos con mi mirada.

Llegó el momento en el que le tocaba hablar. Antes de comenzar su discurso añadió algo más a él. Dió las gracias a su familia y amigos por apoyarlo y ayudarlo a ser más libre, y luego me las dió a mí, cosa que hizo que me pusiera emotivo.

Durante su discurso se me escaparon varias lágrimas, pues todo lo que estaba diciendo era por experiencia personal aunque lo generalizara, y recordar ese camino en el que estuve a su lado mientras se conocía a sí mismo hasta poder ser libre al fin, era algo que siempre me emocionaba mucho.

Una vez terminamos todos de hablar vino Abril al escenario y nos dió un premio, luego subieron todos al escenario y bailamos.

Cuando llegamos al camerino a por nuestras cosas abrazé a Juanjo, que estaba mucho más calmado que antes y le dediqué una sonrisa de admiración.

Llegamos a casa y a mí solo me apetecía estar con Juanjo abrazaditos en la cama, por lo que despues de ducharnos y cenar, nos metimos en la cama y nos abrazamos mientras veíamos una película.

Juanjo estaba recostado en mi pecho mientras yo le acariciaba el pelo. Empezó a repartir suaves besos por todo mi abdomen haciendo que la película pasara a segundo plano. Subió sus besos a mi cuello y mandíbula, eran besos delicados, cargados de amor, el que nos teníamos el uno al otro.

- Te quiero mucho - le dije - hazme el amor

Y esa noche nos fundimos en uno sólo bajo las sábanas.

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Hoy a sido el pregón, y a sido precioso, no podía no escribir sobre hoy.

Gracias por leer!

:)

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