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El rubio atrae del cuello al omega para un profundo beso, el otro lo hombre le sigue apenas reacciona al beso, pasando sus brazos por el cuello del Alfa que metia su juguetona lengua en su boca, dejándolo como un tonto por la falta de aire.

Todo se volvió más salvaje para ese punto.

Un punto de no retorno.

Con sus cuerpos cerraron la puerta que estaba media abierta para Lucifer, pero ya no se iba a ir de esa casa. La espalda de Alastor dio con la madera y se arqueó cuando lucifer besa su cuello y baja cada vez más

—Aquí no— logra decir entre jadeos, está muy agitado con un beso, siente su cuerpo caliente como los días antes de su celo.

Lucifer desesperado por ese lindo omega, lo alzó del suelo y se lo llevó a otro lugar de la casa, todo eso ante la sorpresa de Alastor que no imaginaba que tan fuerte podía ser el más bajo.

—Lucifer quiero besarte, bájame—no podía negar esa petición tan vulnerable, dejó caer al omega en el sofá de la sala y se posicionó encima suyo, pero las manos de Alastor se posaron en su pecho, deteniéndolo.

—Lucifer, yo no soy un omega joven puede que cuando me veas sea diferente ... a lo que estás acostumbrado—su mirada no se quiere encontrar con los ojos azules, está avergonzado y temeroso, Lucifer no puede con esa vista tan tierna del hombre que va y devora sus labios en otro beso pasional donde los dos quieren devorar al otro, el sonido de sus bocas y los gemidos que sueltan adorna el ambiente para ellos.

—Alastor, usted es un hombre hermoso, no permitiría que hable así de usted—los movimientos del pelirrojo se vuelven impacientes, se frustra cuando no logra quitarle la camisa al rubio por lo que la jala fuerte y algunos botones salen volando—Y pensar que un omega recatado como usted esta desesperado por ser jodido.

—Hazlo rápido, quiero sentirte —lloriquea el omega, su mirada parece perdida y nublada por la combinación de feromonas en la habitación.

—Si tú insistes—el sonido de tela siendo rasgada para liberar a Alastor se sus ropas y dejar en descubierto el gran pecho del mayor que es cubierto por un corpiño de encaje rojo, a Lucifer se le hace agua la boca

—Me crecieron después del embarazo...— trata de excusarse el omega apenado de que lo vea en esas ropas, poco esperaba que Lucifer asalte sus tetas, jugando con ellas sobre la tela apretando y viendo como estas se muestran suaves, bajando poco a poco para exponer sus pezones cafés que se encontraban duros y llamándolo por atención

—No- ah, tires tan fuerte, ugh — la mano del alfa se sitúa en un pecho, su pulgar se movió para hacer rodar los pezones en círculos, endureciéndolos por completo. La boca de Lucifer fue al otro pezón, rodeando con su lengua la aureola y chupando la punta como si fuese a salir leche de ellas, en un movimiento rápido le quita la prenda. Los muslos del hombre se cerraron al sentir como la humedad mojaba su ropa interior, Lucifer tantea esa parte para que Alastor abra sus piernas.

Se separa por un momento, toma el borde del pantalón del pelirrojo y tira para quitar esa molesta tela que le impedía tocar al hombre. Las piernas de Alastor se vuelven a cerrar, junta sus rodillas y el leve temblor de sus muslos denota como está nervioso.

—Solo falta una prenda más— podía ver en el centro como estaba adornada de una obscena mancha húmeda, el mayor se quitó el último trozo de tela con ayuda de Lucifer.—Oh Dios...

Ahora sin nada que obstaculice su campo de visión, puede ver como Alastor parece una virgen en su primera noche de bodas, la emoción escondida tras esos ojos cristalinos, mostrándose débil y entregándose por completo.

—Mira que tenemos aquí, hermosa— el pecho de Alastor sube y baja, el omega lo mira en todo momento, Lucifer toma los tobillos del hombre y separa las piernas para encontrarse con otra maravilla más.

𝘿𝙤 𝙄 𝙬𝙖𝙣𝙣𝙖 𝙠𝙣𝙤𝙬 ; APPLERADIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora