Parte 2

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Al dia siguiente por la medianoche león aun no llegaba al hotel, y aunque podía parecer elgo absurdo, Martina estaba preocupada por él. Lo había visto salir por la mañana no sin antes que él le dejara la llave de su habitación y luego salio por las puertas del hotel. violetta espero que regresara por la tarde, pero nunca llegó. Incluso había extendido su turno de trabajo voluntariamente solo para asegurarse de que volveria sano y salvo. El turno de Francesca había terminado hace horas y se marchó a su casa, y en ves de tenerla a ella de compañía, a su lado estaba Rosario, una chica de veintiséis años que con sus anteojos, si cabello recogido en una coleta y sus pantalones rectos que hacían juego con su chaqueta a a rayas le daban un aspecto intelectual y formal. Violetta suspiro, mirando con nostalgia hacia las puertas que daban acceso al hotel. Sus ojos rogaban en una petición silenciosa poder ver a aquel hombre que era dueño de sus pensamientos la mayor parte del día. Tan solo tenia que verlo, poder perderse en el miel profundo de sus ojos y entonces podría irse a casa. Tania que calmar esa inquietud que oprimia su pecho y la obligaba a mantenerse sentada en la silla detrás del mostrador de recepción, y sabia que solo la presencia de Jorge lograría tranquilizarla. Estoy siendo una estúpida, pensó. ¿preocuparse por alguien que ni siquiera conocía? ¡Qué tontería¡

Rosario se levanto y cogió el chaquetón que estaba colgado en el respaldo de su silla. Apagó le computadora, luego solto un bufido.

-mirando la puerta no lograras convocarlo mágicamente, si es lo que esperas.

Al fin violetta despegó la mirada y se volteo para mirarla con los ojos puestos en blanco.

-solo quiero verlo y ya, mi conciencia no está tranquila y necesito asegurarme que esté bien, después me iré.

-¿realmente él te gusta? ¿o solo lo ves como una especia de amor platónico?

-no lo sé-susurró, clavando su mirada otra vez en las puertas- solo sé que me tiene vuelta loca y ni siquiera lo conozco.

Entonces, gracias a las grandes paredes ventanales que se extendían por al lado de las puertas, pudo distinguir a leon caminar. violetta enderezó la espalda de inmediato, mirándolo como si fuese la cosa más maravillosa que sus ojos pudiesen ver. Fue consciente de como su corazón se aceleró cuando lo vio entrar, y sus pisadas, firmes y pesadas resonaron conforme se acercaba hacia ella para recoger las llaves de su cuarto. A estas alturas de la noche todas las personas estaban durmiendo en sus camas, y ella sintió como si en ese instante solamente existieran ellos dos. Incluso se olvidó de Rosario, quien fingía buscar algo en su cartera mientras lo miraba a el de reojo.

-hola- saludo éste, apoyando ambas manos encima del mostrador, por breves segundos, violetta observo fascinada la manera en que los musculos de sus antebrazos se movieron al tamborilear con los dedos sobre la madera maciza del mostrador. Se preguntó que tan bien seria que el metiera uno de esos dedos. Largos y anchos en su interior, asemejando lo que seria su pene, empujando y llenándola....- quiero mis llaves, por favor habitación número trecientos seis.

-en seguida se las entrego, señor.- dijo mientras se mordia el labio y lo miraba de una forma que estaba segura que él se daría cuenta lo extremadamente caliente que lo encontraba. Sin embargo, él ni siquiera se inmutó o mostró alguna reacción que pudiese darle algún indicio que estaba interesado en ella. Y el desinterés que demostró soló hizo que violetta mas curiosidad por el.

Cogió las respectivas llaves de la pared y se las entrego. Un hormigueo le recorrió de la cabeza a los pies cuando sus manos hicieron contacto, pero escondió la emoción que sintió mirándolo de la manera más inexperta que le fue posible fingir.

-gracias- dijo león, ronco. Eso le recordó a violetta el dia de ayer, cuando le había entregado las llaves de la misma manera y el le agradeció con la vos ronca- buenas noches.

one shot's jortini y leonetta <3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora