CORAZÓN DEPRIMIDO

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A veces cuando la vida te ahoga y no te deja respirar y a otros mundos quieres volar.

No encuentras a nadie que te siga en esta larga avenida, iluminada por un desamparo de muerto.

¡Una mortecina y pálida luz amarilla!

El sol cuando amanece ya no te parece bello, ni el azul del cielo te deja embobado como cuando estabas enamorado.

En estos años que han llegado endebles y extraños han dejado heridas que no quieren cerrar y mucho menos curar.

A pesar de haber luchado contra viento y arrebato por un amor que sea mi dueño, nunca llegó a mis manos por un rato.

Jamás apareció doncella verdadera, que llene de primavera y de la mano para levantarte cuando te hagan daño.

Y para qué insistir si nadie se acerca a ti, solo la cortesana en busca de algo fácil, moneda falsa, como su amor que cualquiera alza.

Y al retirarme a una cama solitaria, sin más compañía que mi cobija y mi almohada fría.

Te hace temblar de desilusión y nostalgia pues no tienes a la que en verdad te amaba.

A la que juraba a los elementos más arrebatados, en esos misteriosos momentos, que daría su vida si se lo pidiera una diosa divina.

¡Por estar a mi lado y tenerme endiosado!

¡Sí...!
¡Si estás pensando que este es un poema adolorido!
¡Estás en lo cierto!
¡Lo confieso!

¡Hoy estoy triste y deprimido!
Esperando como nunca, el más pequeño cumplido, que me haga sentir que sigo vivo.

Y oraré por un amor que llegue y por fin sea mío y no me lo arrebate un humano ni la muerte.

El tiempo se acaba y espero tener la mujer que en toda su vida no me suelte, me llene de cariños, besos y nunca me despierte.

Y que al dormir como nunca lo han hecho, me abrace bien fuerte.

¡Creó merecerlo, adentro de mí habita un ser bueno!

¡Porque si no fuera así, en mi corazón no descansaría El Nazareno!

León

3 julio 24. 6:26 PM

Hoy es uno de esos días que mis ánimos están por los suelos y no quiero pensar y menos que me arrope la señorita soledad.

Hoy es uno de esos días que mis ánimos están por los suelos y no quiero pensar y menos que me arrope la señorita soledad

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CACHITOS DE MI CORAZÓN II Por Alf TanerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora