La humedad se filtraba en una casa solitaria en Shirakawago, las paredes dejaban crecer gustosas al moho y la madera ahora servía de alimento a los bichos. Era difícil ponerse a pensar que alguna vez una familia habitó ahí, tal vez por eso era facil para Shitari pasar con total indiferencia por la casa, pasearse era ahora su mayor entretenimiento.
Pasaba dando pequeñas patadas a un caparazón vacío que estaba en el suelo, mientras algunos trozos de vidrio roto crujían bajo sus zapatos; lo mejor de su pequeña excursión sería la falta de regaño alguno. Nadie en la pequeña provincia se iba a molestar en llamarle la atención a la joven y si se atrevían a hacerlo ella se tomaría la molestia personal de ignorarlos.La familia de ahí había perecido de una forma muy curiosa, eliminados por un demonio. Shitari se quedo seria mientras observaba unas pequeñas muñecas kokeshis, sucias y cuyas facciones ya no eran tan apreciables, las dueñas de las muñecas las han de haber adorado (O tal vez decidieron que no eran importantes y las dejaron morir en paz).
La chica dirigió su atención a un espejo roto y aprecio sus facciones, su cabello marrón con un flequillo bien cortado y sus ojos anillados, como los de sus demás hermanas. Se irguió en un ataque de orgullo repentino, mientras sonreía fanfarronamente al espejo.
-Orimoto Shitari- Recito en voz alta, saboreando lo bien que se sentía decir su nombre- La dama más hermosa que este espejo haya visto.Jugó un rato con su ropa, la ropa humana era algo que le gustaba. Aunque sus opciones de ropa fueran limitadas por su no tan grande cantidad de dinero, simplemente le gustaba la idea de tener algo con el que usar, algo que la hiciera ver importante. Sus manos acariciaron su cabello y se detuvieron en su busto, para después deslizarse a su cadera. Había algo a lo que no se acostumbraba y era a sentir sus costillas, era placentero ser un individuo totalmente aparte; aunque aún conservaba una adoración enorme a su familia.
Hizo un gesto de contar un secreto a su reflejo, mientras algun insecto caminaba en la pared.
-Ya control ha revivido, y yo avisé a tiempo y forma, ¿Será?- Se agachó un poco más y su sonrisa se volvía orgullosa- ¿Será que nuestros preciados planes ya están cerca?Si hubiera alguien escuchándola, dudaría de su sanidad mental, aunque no había nada de malo en ella. Un demonio, era el único inconveniente de su persona, y tal vez que muchos notaban una pequeña naturaleza complaciente. Solamente hacía su trabajo, avisar cuando alguna de sus hermanas renazca, avisar cada detalle y cuando todas estén reunidas, dar el aviso final para el apocalipsis. Muerte, Guerra, Hambruna y Control; todas ellas mayores que ella y más poderosas. Eso es lo que tenía fascinada a Shitari.
La chica soltó una risita y salió de la casa, revisando mentalmente una lista de pendientes, organizando mentalmente lo que tenía que hacer. Ir a comprar algo de comer, darle de comer al perro callejero, planear que hacer cuando las demás renacieran y por último ver como se transportaría a donde se encontraba Control.Algunas personas la saludaban mientras caminaba de regreso a la pequeña casa en la que vivía, pasando por algo de comer a un pequeño supermercado, una pequeña cajita de unicel que contenía natto; ya en casa lo comería. Daba pasos grandes, y de vez en cuando algun salto pequeño al caminar, la emoción de volver a formar parte de algo le daba felicidad, ver a Control otra vez (Preguntándose como se vería ahora). Llegar y sentarse a comer el natto no le causaba alguna reacción, estaba acostumbrada a la textura de dicho alimento y al olor fuerte, pero aún así lo disfrutaba.
Un perro pequeño y peludo movía la cola emocionado, comiendo algo de alimento para perro barato.
-No me puedes acompañar Uine- Dijo la femenina, mirando al perro con pereza mientras ella sonreía un poco- Pero fue lindo el tiempo que te conocí, me das algo de compañia.
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¿Quién soy yo sin tí?
FanfictionEn este fanfict de chainsaw man, seguimos la historia de Orimoto Shitari. Cuatro jinetes del apocalipsis y una mensajera, avisa, planea y camina entre los demás, viendo el siguiente movimiento para anunciarlo a sus amadas hermanas. Todo iba bien ha...