Era una tarde soleada, y el equipo de porristas estaba en pleno ensayo en el gimnasio de la universidad. Jenny y Dani, con sus uniformes brillantes y llenos de energía, lideraban al equipo en una complicada rutina acrobática. Las risas y los aplausos resonaban en el aire mientras practicaban, pero una pequeña sombra de preocupación rondaba en la mente de Adri, que se encontraba en la esquina del gimnasio, trabajando en unos bocetos para el mural del parque.
En medio de un arriesgado salto, Jenny perdió el equilibrio. Todo sucedió en un instante: sus pies resbalaron, y cayó al suelo con un impacto que hizo eco en todo el gimnasio. El silencio cayó de inmediato mientras todos se congelaban, mirando con horror cómo Jenny permanecía inmóvil en el suelo.
Adri soltó sus bocetos y corrió hacia el centro del gimnasio, su corazón latiendo con fuerza. Se arrodilló junto a Jenny, sus manos temblando mientras la tomaba suavemente por los hombros.
—Jennifer, ¿estás bien?— preguntó Adri, su voz llena de preocupación.
Jenny, adolorida pero consciente, abrió los ojos lentamente y miró a Adri. Ver el miedo y la angustia en sus ojos era algo nuevo y conmovedor.
—Soy Jenny y me duele el tobillo— murmuró, tratando de no llorar por el dolor.
Dani, claramente preocupada, se arrodilló al otro lado de Jenny. —Tenemos que llevarla a la enfermería. Podría ser algo grave.—
Sin dudarlo, Adri y Dani ayudaron a Jenny a levantarse. Beto y Monche, que habían estado viendo el ensayo, se apresuraron a ayudar también. Con cuidado, llevaron a Jenny a la enfermería del campus, donde el personal médico se encargó de ella.
Mientras esperaban fuera, Adri no podía quedarse quieta. Caminaba de un lado a otro, mordiendo su labio inferior. Ángel, que había llegado al gimnasio al enterarse del accidente, puso una mano en el hombro de su hermana.
—Ella va a estar bien, Adri. Los médicos la están cuidando— dijo Ángel, tratando de calmarla.
Adri asintió, pero no podía ocultar su preocupación.
—Es que... verla así me asustó. No quiero que... Le pase nada— murmuró
Finalmente, el médico salió de la enfermería con una sonrisa tranquilizadora.
—Jenny tiene un esguince en el tobillo. Necesitará descansar y usar muletas por unas semanas, pero se recuperará completamente
Adri soltó un suspiro de alivio y entró rápidamente a la sala para ver a Jenny. Allí, encontró a Jenny recostada en la camilla, con el tobillo vendado y una expresión cansada pero aliviada en su rostro.
—Me asustaste Jennifer, gracias a Dios estás bien— dijo Adri, acercándose y tomando su mano.
Jenny sonrió débilmente. —Nunca te había visto tan preocupada, Adri. Fue... inesperado, pero bonito—
Adri se sonrojó ligeramente, sin soltar la mano de Jenny.
—Ja, ¿asustada?, no no es solo que... —Jenny la miró y alzó una ceja— en realidad sí, me preocupo por ti. Eres importante para mí
Jenny sintió una calidez en su corazón al escuchar esas palabras. A pesar del dolor en su tobillo, se sentía increíblemente feliz de ver a Adri así, mostrando sus verdaderos sentimientos.
—Gracias, Adri. Saber que te importo de esa manera hace que todo esto valga la pena— dijo Jenny, apretando suavemente la mano de Adri.
Adri sonrió y se inclinó para besarla en la frente.
—Voy a estar aquí contigo todo el tiempo que necesites. No estás sola en esto.
Mientras Adri se quedaba a su lado, Jenny sintió que, a pesar del dolor y el susto del accidente, había ganado algo mucho más valioso: la certeza del amor y la preocupación de Adri, que a menudo escondía sus sentimientos tras una fachada fría.
Sus amigos, viendo la escena desde la puerta, sonrieron. Sabían que este incidente, aunque desafortunado, había acercado aún más a Jenny y Adri, fortaleciendo su relación de una manera inesperada pero hermosa.
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"Amor en las Sombras" (Jenny x Adri)
RomanceSecundaria Constantino Q. donde el sol ilumina los patios, los muros adoquinados y las sombras esconden secretos inconfesables, dos jóvenes se cruzaron en un destino aparentemente marcado por el odio. Jenny la típica y caprichosa niña mimada y Adria...