Capítulo 4: Pijamada

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—Oye, sobre esa puntuación de Dog Fighter 6 que tenemos, ¿quieres ver quién gana finalmente?

La cálida luz del sol de la tarde bajaba para encontrarse con los pilares de la universidad, lanzando una miríada de rayos de sol a través del pasillo. Mackenzie, el border collie, miraba a una increíblemente aburrida Judo, la chow chow, que caminaba a su lado. El cálido resplandor del sol golpeaba su ya blanco pelaje, proyectando un anillo de luz tras ella, como si fuera una diosa descendiendo a su encuentro.

"Kenzie, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué sigues mirándola así? " Tratando de luchar contra el impulso de mirar a la belleza a su lado un poco más, Mackenzie se encontró con una expresión molesta de Judo.

—Ugh, bien. Es la tercera vez esta semana. Tus padres deben estar muy preocupados de que te escapes de casa todo el tiempo —resopló Judo.

—Oh, sí... sobre eso...

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—¡Mackenzie querido, has estado saliendo de casa últimamente sin avisarnos! ¿Dónde has estado? ¡Tu padre y yo hemos estado muy preocupados! —Grace se lleva las manos a las caderas, mirando a Mackenzie con preocupación.

—Oh, uh... Estaba saliendo con una amiga. Yo, uh... he estado pasando el rato con su... ¡QUIERO DECIR SU! ¡SU CASA! Mi compañera de la uni, ya sabes —Mackenzie trata desesperadamente de guardar sus palabras mientras retuerce los dedos detrás de él.

—¡Oye! ¡Parece que nuestro pequeño tiene una novia de la que no nos ha dicho nada! —grita Rex desde el salón.

—¡PADRE! ¡ELLA NO ES MI NOVIA! —Mackenzie, al darse cuenta de que le habían pillado, se llevó inmediatamente las manos a la boca.

—Eso pensaba, así que dime querida, ¿quién es la afortunada? ¿Es Bluey? Sé que salíais juntos de pequeños —Grace mira a su hijo con suficiencia.

—No, mamá, yo... —Antes de que Mackenzie pueda siquiera pronunciar una palabra, Grace ya entra corriendo en el salón junto a Rex para darle la buena noticia.

—¡Wow, bien por ti amigo! ¿Por qué no nos dijiste que estabas saliendo con los Heelers? —Rex rodea con un brazo a Grace mientras miraba a su hijo.

—Nuestro hijo ya es mayor, cariño. Nunca pensé que llegaría este día —Grace se acurruca junto a Rex, moqueando de forma muy exagerada.

—Espera papá, yo... Olvídalo. Voy a pasar por la casa de Bluey de todos modos, así que supongo que cuenta —Mackenzie se rinde tratando de explicar a sus padres y procede de nuevo a la puerta principal.

—Bueno, ahora que sabes a dónde voy, ¿puedo irme ya? —Mackenzie hace su mejor esfuerzo para ocultar la vergüenza de sus mejillas mientras mira a sus padres.

—Claro cariño, pero no te olvides de llamarnos siempre que salgas, ¿vale? —le recordó Grace.

—Lo haré mamá, ¡nos vemos! —Mackenzie cierra la puerta, dejando a la pareja de border collies en el salón.

—¿Crees que deberíamos contarle esto a Bandit? —Grace mira a Rex.

—No... veamos a dónde nos lleva el viento.

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—Creo que lo han descubierto —dijo Mackenzie, frotándose la nuca.

—Mmh —Judo se encogió de hombros mientras pasaba junto a Mackenzie—. Muy bien, ovejero, te van a dar de alma esta noche.

No tardaron mucho en llegar a casa de Judo, considerando que su casa estaba mucho más cerca del campus. Esto proporcionaba una oportunidad perfecta para Mackenzie de pasar tiempo con Judo caminando a través de la puesta de sol, un espectáculo muy romántico de contemplar. Mackenzie podía sentir su cara sonrojada por la sensación de sus dedos rozándose mientras caminaban.

JudenzieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora