La habitación era un desastre. Las sábanas tiradas, las almohadas rasgadas, y parte de las plumas dispersas en el lugar. Sin mencionar el fuerte hedor de dos olores diferentes mezclados con el calor del momento; y junto a ello, fuertes sonidos que ambos cómplices estaban generando.
En el suelo solo se encontraba pedazos de lo que era su sudadera, siendo la única prenda que fue víctima de los sucesos después de sucumbir a su deseo.
Era caótico, ninguno estaba completamente cuerdo. La habitación los ofusca, y su naturaleza los llama a encontrarse, a consumirse mutuamente.
Ya no importaba nada a este punto, ambos sobre la cama del oso, teniéndolo debajo suyo, entrando y saliendo de forma ruidosa mientras el otro sujeta su antebrazo y entierra sus uñas en el acto.
El oso parece delirar del placer, mas eso no lo detiene de querer controlarlo todo. Con un simple ademán exige de su cercanía, demandan por atención y este lo obtiene, regalándole un beso que poco a poco se intensifica.
Pero al parecer no es suficiente pues envuelve sus piernas en su cintura y junta sus caderas con su pelvis, teniendo una mayor profundidad y acceso a su interior. Se siente caliente, resbaloso y demasiado placentero que cuando su entrada se contrae sobre su pene no puede evitar pensar que morir de esa forma no estaría para nada mal.
Ambos dejan salir un suspiro, y después de un momento es cuando puede moverse, enterrando su miembro hasta la zona más profunda del híbrido.
Lo repite varias veces, entra y sale mientras el otro le regala más heridas en su espalda. Las estocadas son lentas, cuidadosas y con demasiado alcance. Las sensaciones son únicas, demasiado buenas para querer parar, con su mano sujetando el muslo del híbrido y la otra estando entrelazada con la de él.
Y antes de siquiera pensar en liberarse, es detenido. Su rostro es atrapado entre las palmas blanquecinas, cuyo dueño poseía una de las sonrisas más hermosas que había visto en su vida.
Quiso besarlo, pero fue detenido una vez más. Entonces, Spreen se mueve, intercambiando lugares dejando al ente sobre la cama, debajo del cuerpo del híbrido.
—Quieto.
Era raro. Aun si aquellas palabras fueron dichas de manera juguetona, su propio cuerpo se rehusaba a ir en contra de ellas.
Sus palabras eran un mandato que de alguna manera cuelan en su alma. Le gusta, le asusta. Le provoca un conflicto el verse a sí mismo tan sumiso por alguien que jamás pensó encontrar siquiera de manera romántica
Incluso cuando la sensación de tocar al híbrido de oso invade sus deseos, él es incapaz de desobedecerlo. Como si quisiera portarse bien ante él.
Como si tuviera miedo de hacer algo que le disguste.
El oso se empieza a mover, montándolo y jadeando de manera vulgar y ruidosa que solo hace que esté más cerca de su límite. Shadoune solo atina a sujetar el colchón, enterrando sus uñas en el proceso e intentando desviar su atención a pensamientos fuera de lo que estaban haciendo, esto para evitar correrse de la forma más precoz posible.
Aunque era casi imposible considerando que Spreen llamaba su atención en todo momento. Sea con un gesto, un gemido, un llamado. Cualquier cosa, si provenía de Spreen, tendría su atención.
Su rostro era un desastre, sus cabellos pegados a sus mejillas y frente, su boca entreabierta dejando salir suspiros e insultos, tenía una tonalidad rosácea en su piel debido al intenso cardio que estaban haciendo. No obstante, lo que más resaltaba ahora eran sus hombros.
Estos estaban descubiertos, con alguno que otro mechón sobre ellos, con partes sonrosadas y ligeras marcas de mordida que sabe que no durarían mucho tiempo en desaparecer.
Quiere tocarlo, desea tocarlo. Pero no quiere decepcionarlo, quiere ser capaz de ser bueno para él. Una buena pareja, un buen alfa.
No desea molestarlo, simplemente quiere complacerlo, servirlo, quererlo, ser útil cuando se requiera. Y ahora mismo requiere que sea obediente.
Porque Spreen lo quiere. Spreen espera que sea bueno para así poder elegirlo como su potencial pareja.
Es entonces que sacude su cabeza, un movimiento brusco que lo marea, mas el efecto lo trae a la realidad.
Él no debía pensar en esas cosas. Spreen era su compañero, su amigo, era una persona con la que ha congeniado bastante y que en ciertos momentos ha llegado a admirar y respetar.
No puede dejarse llevar por lo que decía su naturaleza, no puede seguir pensando como si esto fuese algo más que un simple encuentro accidental.
Pero, de nuevo es traído a la fantasía, el lugar donde no tiene control ni autonomía. El oso ha depositado un ligero beso sobre sus labios, a la par que sus manos serpentean por su cuerpo. No sabe lo que busca hasta que siente como estos se desvían hacía sus brazos, sujetan sus manos y las dirigen hacia donde es el límite entre las caderas del oso y sus nalgas.
Shadoune no entiende mucho, solo ve que le otorga una mirada relajada y divertida, sus brazos se enroscan en su cuello, y pega su cuerpo al de él. Se restriega, gime en el proceso. Lo está tentando.
—Shadoune...
Su llamado fue dulce, un suave tono que solo bastó para comprender que era una autorización, ahora era libre de hacer lo que quisiera.
Y no lo pensó dos veces, acortó la poca distancia entre sus rostros y capturó la boca del menor con la suya. Enterró sus dedos sobre su piel pálida y empezó a levantarlo y bajarlo de forma abrupta sobre su miembro, dándole una estocada profunda que generó un quejido fuerte de parte del oso, cosa que aprovecho para llevar el beso a un punto más obsceno.
Toma entre sus manos el pene de este, estimulándolo en el proceso y llevando a su amante de esa noche al borde de la locura.
Siente que está llegando a su límite, por lo que las estocadas son rápidas y profundas. Al final solo siente como el híbrido deja salir su semilla sobre su mano, al mismo tiempo que hacía ligeros espasmos y contraía su entrada; es entonces que el ente se corre por tal acción sobre el preservativo.
Terminaron ambos exhaustos, demasiadas emociones que solo les generó cansancio. El ente solo espera unos momentos para que el nudo se deshaga, aun teniendo presente el simple hecho de que acababa de tener sexo con su mejor amigo.
En la espera, Spreen solo se deja reposar sobre su cuerpo, teniendo su cabeza sobre su hombro, regulando su respiración y dándole caricias sobre su cabello. Como si realmente le estuviera diciendo que lo hizo bien, como si fuese un buen chico.
Y aunque es un poco bochornoso el ser tratado como un perro, no puede negar el sentimiento de alegría que crece y se aloja en su alma, haciendo saltar su corazón.
Spreen nos quiere, somos un buen alfa. Soy el indicado para Spreen. Fue lo que repetía su subconsciente cuando el híbrido siguió mimándolo aun cuando finalmente salió de su interior.
Deja al oso bajar de él, se separan un poco cosa que aprovecha para poder tirar el preservativo, no sin antes cerrarlo, a la basura. Cuando vuelve el joven de cabellos oscuros lo está esperando en cama, acostado y abriendo sus brazos, invitándolo a acompañarlo.
Y dos veces en una misma noche, Shadoune acepta la invitación. Lo último que recuerda de esa noche es haberse acurrucado a su lado y caer rendido al sueño en cuestión de segundos.
...
Hola, me metí a chambear y por eso tardé en actualizar. Por su comprensión, gracias.
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Instinto
FanfictionShadreen|| Esa noche lo único que quería hacer al llegar a casa era descansar, pero el momento no fue lo más adecuado. ♦ ADVERTENCIA ♦ •Contenido sexual /Smut. •One shot divido en dos partes. •Omegaverse no tradicional/Power bottom. •Dub-con. •Se ha...