~Te derrotare~ ||En edición|| {Muzan X T/n} {Akaza X T/n}

Capitulo 1

~memorias~

Todas las noches solía salir e ir al distrito rojo a hablar con Daki, al principio no nos llevamos bien pero con el tiempo habíamos construido una fuerte amistad. Me entendía y yo a ella, lo único que no entendía era su devoción hacia Muzan kitbutsji.

El distrito rojo estaba igual de animado que de costumbre, me gustaba beber y charlar con Daki sobre lo que fuera. Entre por una de las ventanas y una alegre Daki me resivio.

-Ah, ya te extrañe - Daki se lanzó a mi para abrazarme, le devolví el abrazo con la misma energía. Yo también la extrañaba, ese Muzan, me había mandado a una misión, tarde como 3 meses en terminar.

-Y yo a ti - Después de un largo abrazo ambas nos despegamos.

Llamo a una de las sirvientes, nos trajeron alcohol y unos bocadillos. Yo tome un sorbo. Quise ponerme al día sobre todo lo que me había perdido estando lejos.

-La verdad no te perdiste de tanto - Dijo ella mientras hablaba con la boca llena. - El patrón, estaba igual de histérico qué siempre - suspire, Daki lo noto y se río.

-La verdad no me sorprende... ¿Alguna novedad con los pilares? - Ella negó, pero pareció recordar algo.

-El pilar de fuego fue asesinado por Akaza- me atragante con uno de los moshis que estaba comiendo. Eso si que me había sorprendido. ¿Como por que el estaba enojado?

Eso me preocupaba, pues en cuanto supiera que estaba de regreso se desquitaría conmigo.

-¿Y como esta tu hermano?- preferí cambiar el tema. Gyutaro y yo éramos buenos amigo, quería saludarlo antes de irme.

Daki enarco una ceja, sabía lo que significaba esa expresión.

-Pues esta bien, ¿por que? ¿Quieres verlo? - Ella mantuvo su sonrisa pero ahora de oreja a oreja. Creía fervientemente qué me gustaba su hermano, todo lo contrario. El me recordaba a alguien a quien yo, olvide.

-No, no es eso. Solo quiero saludarlo antes de irme - Daki entristecio, se sentía sola aquí en el distrito, yo lo sabia. Pero no podía quedarme más aquí.

-¿ya te vas? - Daki hizo puchero, era muy berrinchuda, hacia berrinches por todo. Yo acenti y suspire. Ella pareció entenderlo.

Me despedí de ella, la iba a extrañar bastante.

Mientras corría sobre los techos a la luz a de la luna que por casualidad estaba roja o eso parecía. No pude evitar pensar en aquella noche, cuando me convertí en demonio.

Los recuerdos eran tan vividos, el dolor, el frío, la sangre. Las ganas de vivir, el anhelo por seguir viviendo, pero de haber sabido que seguiría viva de esta forma hubiera preferido morír antes que seguir arrebatandole la vida a personas inocentes.

También recordé mi vida como humana, a mi madre.

Solía cantarme una canción, que no pude recordar. A mi hermano, lo amaba con todo mi corazón hubiera dado mi vida por el.

Pude sentir como una lagrima caí, como mi corazón se contrajo. Me sentía frustrada, cada que intentaba recordar algo me dolía la cabeza o simplemente no podía recordar sus rostros. Seguí a Muzan en buscas de respuestas pero solo me llevaba a misiones inútiles.

Aterrice en una casa, parecía abandona pero no era así. Estaba bien cuidada, bonita. Ni bien llegué el piso se abrió.

Eran las puertas al castillo infinito.