~Te derrotare~ ||En edición|| {Muzan X T/n} {Akaza X T/n}

Capitulo 15

~Akaza y yo~

Akaza noto lo triste que estaba, al igual que noto lo furiosa qué estaba, así que decidió darme un regalo. O algo así, me tapó los ojos, me susurro al oído "Confía en mi" hice caso, tomo mi mano y me llevo a algún lugar al iré libre. Quito las vendas de mis ojos, para mi sorpresa estábamos en un claro.

En el medio, de este estaba unas sábanas de esas para hacer picnis, una canasta, vino. Y un pequeño florero en el medio, ese gesto dulzo mi corazón, ¿como es que podía ser tan lindo? Encima era justo lo que necesitaba, sin soltar mi mano me llevo hasta el pequeño lugar...

-Espero que te guste

Más que gustarme estaba emocionada, nunca nadie había hecho tal cosa por mi. Mi corazón latia a mil por la emoción, lo tome de la mano, me acerque a su rostro y deje varios besitos por toda su cara. El soltó una risita tímida.

-Me encanta... Es perfecto- Solté observando las cosas debajo de nosotros, me senté sobre la alfombra junto a él.

Tomo una copa de vino y me sirvió un poco, luego se sirvió el. Comenzamos a tomar, hablamos y reímos un poco. Akaza casi me hizo olvidar todo mi pasado, me sentí renovada y fresca, nunca en la vida me habían hecho sentir amada como el lo había hecho.

Desearía quedarme así para siempre, junto a él y olvidarme de mi venganza ¿como podría hacer tal cosa? Mi madre... Mi vida entera me fue arrebatada por aquel hombre del que me arrepiento haber dejado entrar. Mis pebsamienpasarin a ser sobre Akaza, a pensar en millones de formas en las que podría acabar con el.

-¿Todo bien..? - Su melódica voz me saco de mi trance, force una sonrisa qué pareció engañarlo y asentí.

-Te agradezco por esto... --- el negó con la cabeza, sonrió de una forma que me hizo sentir en el cielo, y por alguna extraña razón no pude evitar sentirme culpable.

Una vez terminamos de tomar, me llevo a la cabaña, tenía una sorpresa más para darme, no debía esmerarse así... No por mi, pensé que quizás lo merecía, pero tenía este creciente sentimiento en mi interior que me revolvía el estómago como si tuviera un parásito, pude observar su rostro y ver lo feliz que lo hacía, y verlo feliz me hizo feliz. Quería continuar a su lado.