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❝ANDROIDE N° 17❞

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ANDROIDE N° 17

Siempre trate de darle lo mejor a ella, pese a que no me mantenía mucho tiempo en casa, no le faltaba nada, tenía un techo, comida, ropa, lujos y ella era más exigente que número Dieciocho; dejaba de lado mis necesidades por cubrir las suyas, no estábamos casados, pero estaba planeando pedir su mano en matrimonio, quería unir mi vida a la suya, a pesar de ser un androide y que ella fuese humana.

Sin embargo, mi mentalidad y mis deseos cambiaron de opinión apenas llegue una noche de sorpresa a casa y el sorprendido fui yo; mi novia de hace cinco años estaba en nuestra cama con otro, yo no había hecho ningún ruido, normal, soy un androide; pero lo que escuche me destrozo el corazón, si es que aun me quedaba uno.

– Estoy embarazada – dijo Akari – tendremos un hijo, Rui.

No era mio, estaba seguro de eso. Siempre me había cuidado bien con ella y nunca pasó ningún tipo de accidente.

– ¿Al fin te mudaras conmigo?

– Sabes que no, me costo mucho trabajo comprar mi casa.

¿Su casa? Cuanto descaro.

– Puedo mudarme aquí contigo – dijo el tipo.

Vi a Akari, estaba nerviosa. Era lógico, acababa de pegar la gran mentira de su vida y ahora no sabía como zafarse de ella, fue cuando entre sonriente.

Akari se asusto, pero yo no quitaba mi sonrisa.

– ¿Quién es él, Akari? – preguntó su pareja.

– Soy un familiar lejano de Akari, lamento haber venido sin avisar, la última vez que la visite dejé mis cosas aquí – dije disimulando.

Ignorando el dolor que sentía en mi pecho, sonreí de manera hipócrita al ver como el tipo plantaba un beso en sus labios y me sonreí, era obvio que no sabía nada.

No sabía quien era yo y tampoco sabía que ella era mi novia.

– Oh, en ese caso, los familiares de mi linda novia son bienvenidos a quedarse también.

Sonreí de mala gana, pero estaba seguro que el tipo ese no lo noto siquiera por estar en su burbuja.

No hice más escenas, tomé mis cosas y mis ahorros que estaban bien escondidos de Akari pues iba a darle una sorpresa, pero esta vez los utilizaría para mi, únicamente, gracias a Dios que no llegue a dárselos a ella.

– Diecisiete, espera.

Akari logro alcanzarme casi llegando a la salida de la casa, me sostuvo del brazo, pero yo la aparte sin llegar a ser brusco, podía estar molesto, decepcionado y hasta con ganas de golpearme a alguien, pero ante todo, soy un caballero.

– Nada de lo que digas hará que cambie de opinión sobre ti, me utilizaste a tu antojo y me engañaste.

Ella negó caíste llorando.

– El bebé no es de él, es tuyo, Diecisiete, lo juro.

Me reí sarcásticamente.

– ¿Y esperas que caiga en tus artimañas de nuevo? – cuestioné – se acabó, Akari. Puedes quedarte con la casa, al final vas a necesitarla.

Y sin verla por última vez me fui.

Quería iniciar de cero yo solo, lejos de estas emociones humanas tan innecesarias a las que Dieciocho esta tan acostumbrada. Quizá las emociones humanas no eran para mi después de todo.

Y, quizás, y solo quizás... yo había nacido y sido creado para la soledad únicamente.

Never be the same; Androide 17 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora