Capítulo 01: El Principio de una Hermosa Historia.

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Fui con mis hijos a su habitación para acostarles y darle las buenas noches, nada mas meterles en la cama me preguntaron los dos con sus caritas adorables:

Mami, ¿nos puedes contar la historia de Elisabeth? Porfiii.- Me dijo mi hijo mayor de 6 años.

— ¿Otra vez? Esta es la quinta vez esta semana.—Les dije. Pero no me podía resistir a esas caras tan adorables.

— Está bien, pero solo para que os vayáis a la cama. Y también si no me interrumpís mientas os cuento la historia (vosotros también lectores).- Dije.

Ellos rápidamente se acostaron y mi hija mayor me señaló una parte de la cama para que me sentase. Me senté y la historia empezaba así:

— "Esta es la historia de una joven gitana llamada Arthem, era la más hermosa del pueblo, pero la única influencia en la joven era su descendencia, ya que para la gente del pueblo el ser gitana era como si fuese una especie de vagabunda, y eso el alcalde del pueblo no lo soportaba. La joven se dedicaba a bailar por las calles usando su magia en el maravilloso pueblo de Olite, España, y ganaba bastante dinero bailando y, aparte, se lo pasaba muy bien huyendo de los alguaciles y conociendo gente nueva. Pero, había algo que deseaba tener; una hija.

Cuándo Arthem era pequeña, ella le preguntaba a su madre que de dónde nacían los niños (algo muy típico en los niños pequeños) y su madre le decía que nacían de la luna. Cuándo esta estaba completamente llena le daba un hijo/a a cada familia o individuo y que su madre era muy afortunada al tenerla, porque no siempre la luna le da un niño/a a alguien, tienes que tener suerte.

Entonces Arthem esperó días a que la luna se ponga redonda y que le pudiese dar una hija.

Una noche, Arthem se quedó dormida, ya que sus ojos estaban cansados de tanto mirar al al cielo esperando a que la luna le diese una hija. Lo que no sabía, era que justo esa noche, era luna llena. Justo a tiempo, un rayo de luz de luna alumbró en su rostro y entonces despertó. Arthem miraba a la enorme luna cómo si fuese un hermoso diamante que brillaba en el cielo. La chica se subió a la montaña más alta y le dijo a la luna sentada en el césped:

— Querida luna, vengo a pedirte algo que no me atreví a pedirte hace mucho tiempo y puede que sea algo un poco atrevido... Pero me gustaría tener una hija, por favor, es mi mayor deseo.— Dijo. Hubo pleno silencio, y cuándo Arthem se iba a dar por vencida, una voz femenina habló desde el cielo:

— Arthem, querida. Eres gentil, amable y cariñosa, te daré lo que desees.— Habló la Luna — Te entregaré dos hijas, pero a cambio, quiero que me des a la primera hija que tengas.— La joven aceptó, confusa, sin saber por qué la Luna iba a querer un niño.

Pasó un mes, y por fin Arthem tuvo una niña, el bebé abrió los ojos y la joven reaccionó con estupor. De la piel canela de la gitana, nació una niña blanca como la Luna, con los ojos grises en vez de verde aceituna. A Arthem le invadió la curiosidad, sin embargo, no podía dejar que esa curiosidad la invadiese, y por la noche, fue a la montaña. La joven colocó al bebé en el césped, y la luna volvió a hablar:

— Has cumplido con tu promesa, y mi deber es cumplir la mía, así que te daré a tu otra hija para que no estes sola. Cuídala y quiérela cómo es debido o de lo contrario... Habrá consecuencias.— Aclaró. Arthem asintió y le dió las gracias.

A la mañana siguiente, la joven ya estaba embarazada, y dio a luz una noche al pasar el mes. Aquel bebé era una hermosura, sus ojos eran marrones profundos, cómo si te fueras a hundir en ellos, con una nariz respingona, cabello rubio platino, pecas y largas pestañas. Arthem llamó a su hija: Elisabeth.

✶ 𝐇𝐢𝐣𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐋𝐮𝐧𝐚 ✶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora