4: Reclaim (Yeongyu) (Saga "Dirty Boys")

Parte 3

Beomgyu

La cálida humedad de su boca cerrándose alrededor de mi polla es tan buena que casi me corro en el acto. Lo único que me detiene es el shock de lo que está pasando.

Porque Yeonjun Blackwood, el Yeonjun Blackwood, me está haciendo una mamada. Mi polla está en su boca y sus labios se deslizan a lo largo mientras me toma y... ¡joder!

He fantaseado con esto tantas veces en las últimas semanas que ya perdí la cuenta, pero ahora realmente está sucediendo. Y la realidad es mucho mejor que cualquier cosa que pudiera imaginar.

La punta de su lengua pasa sobre mi cabeza y luego baja por la parte inferior de mi eje mientras sus labios se deslizan hacia abajo de nuevo y me ahogo.

Lo miro, incapaz de apartar los ojos de la parte superior de su cabeza mientras se mueve hacia arriba y hacia abajo, su cabello oscuro se balancea. Sus manos agarran mis caderas, inmovilizándome mientras me hace la mejor mamada que he recibido en toda mi vida. Joder. Quiero que dure el mayor tiempo posible, pero ya estoy al límite, respirando con dificultad mientras lucho por mantener dentro los ruidos que luchan por salir. Pero luego inclina la cabeza y mira hacia mí, con sus feroces ojos ardientes bajo sus pestañas. Mi cerebro sufre un cortocircuito y no puedo evitar que un gemido estremecido se escape de mis labios abiertos.

Tararea alrededor de mi polla, enviando una vibración a través de mí que me pone los pelos de punta, y toca con un dedo mi cadera antes de levantarla. Primer ruido. Mierda.

Intento apretar los labios, incapaz de amortiguarme con las manos atadas debajo del banco.

Su mano no regresa a mi cadera, sino que la desliza sobre mi vientre y la pasa por mi torso, debajo de los protectores y la camiseta, hasta que encuentra mi pezón. Su dedo lo recorre. Mis labios tiemblan. Luego pellizca y gira, y no puedo evitar el gemido que sale de mí. De nuevo el zumbido que me pone las piernas gelatinosas. De nuevo el golpe en mi cadera y dos dedos levantados. Mierda. Él acaba de empezar y ya llevo una hora. Esto es pura tortura pero no quiero que termine.

Me muerdo los labios mientras él retrocede hasta la punta y hace una pausa antes de deslizarse completamente hacia abajo nuevamente. Lento pero seguro. Juro que lo está haciendo más lento, tratando de provocarme otro ruido. Un gemido se acumula en mi pecho, atrapado allí mientras él mantiene el ritmo agonizantemente lento, elevándome, dejándome colgar, antes de deslizarse hacia abajo de nuevo. Intento empujar hacia su boca, desesperado por más. Pero su agarre en mis caderas se hace más fuerte, manteniéndome en el banco.

Finalmente es demasiado, todo se siente demasiado bien. Mi cerebro se ha vuelto papilla. Suplico y gimo, tratando de empujar contra él en la profunda y cálida tensión de su boca. Ya no me importan las penalizaciones de tiempo. Simplemente se siente demasiado bien. El castigo es problema del futuro Beomgyu, no mío. Lo único que me importa es perseguir esa calidez y la dicha que me atraviesa. Él acelera el ritmo y mi boca se abre.

—¡Ah! Mierda, eso se siente tan bien.

Ni siquiera sé cuántos golpecitos estoy recibiendo ahora, de lo único que soy consciente es de la sensación de su boca sobre mí y la dulce tensión acumulándose en la base de mi columna, creciendo y creciendo hasta que no puedo contenerme más.

Estallo. Mis piernas tiemblan cuando mi cuerpo se arquea desde el banco y me derramo en su boca en grandes olas. Mi cabeza gira hacia un lado, con los ojos sin ver, y gimo alto y fuerte. Cada músculo de mi cuerpo se contrae, se desenrosca y se contrae de nuevo, hasta que finalmente me derrito en un charco de felicidad. Una vez que termino, se retira y me muestra cuatro dedos. Estoy seguro de que me gané más que eso, pero todavía me da un vuelco el estómago. Dos horas. Mierda. Ahora soy el futuro Beomgyu y es mi problema. Pero no puedo culpar al Beomgyu de antes del orgasmo, valió la pena. Voy a reproducir esa mamada en mi mente para siempre.