Recoge del suelo manchado una libreta con muchas palabras de tinta escurridas y fusionadas con tintas corporales. Con asco aparta un poco ese rojizo. Pasa algunas páginas buscando uno de los nombres que no están marcados.
Desliza su dedo dispuesto a pasar la siguiente página. Algo aferrándose a su tobillo provoca pudor, impidiendo que siga. Sacude su pierna intentando que esa mano deje de sujetarlo. Esto es totalmente en vano. Esa mano sigue cogiendo con fuerza.
—Cabrón. Ni muriéndote te rindes—de alguna forma logra pegar una patada que logra zafarse del agarre. Vuelve a mirar la libreta.
Suspira y al fin encuentra el primer nombre sin tachar después de esos miles tachados. Se acerca a la mesa para coger un bolígrafo en ese cuenco que guarda muchos más. Desliza la punta llena de tinta por aquel nombre, rayándolo, indicando una vida menos en este mundo.
Va a las páginas finales de la libreta, arrancando una hoja y volviendo a apoyarlo en la mesa. Los movimientos firmes y delicados empiezan a crear palabras sobre el papel algo empapado de lujuria sangrienta.
Dobla varias veces aquella carta antes de dejarlo sobre la mesa, poniendo un corazón y una cara feliz. Es como su autógrafo de autor cuando comete homicidio.
A punto de irse, vuelve a sentir la misma mano en su pierna que le impide dar otro paso más. Resignado levanta su camiseta sacando un objeto con mango. De un bolsillo saca otro pequeño objeto que introduce en aquel aparato tan curioso.
Una pistola con silenciador. Dispara justo en el entrecejo de aquel pez gordo que al fin deja este mundo de mierda que ha creado junto sus secuaces y otros jefazos.
El pequeño humo que sale por la punta de la pistola, se esparce al recibir una pequeña escapada de aire por la boca del pelirrojo oscuro. Ahora sí, nota esa mano flojear. Con más repugnancia que antes, se marcha de allí. Sin olvidar que lanza un poco de pétalos blancos; esos que se convierten en rojo al absorber un líquido carmesí esparcido por el suelo, expandiéndose a cada segundo unos centímetros más.
La puerta detrás de él se cierra sigilosamente. Empieza tatarear su típica canción, dejando que sí hay alguien cerca, lo escuche. Ahora mismo solo quiere causar caos, un gran caos. La oscuridad de la noche se puede apreciar al poner un pie fuera del lugar.
Observa el cielo azabache—Bum—nada más soltar aquella onomatopeya, el edificio a su espalda se ilumina muy intensamente de colores vivos; como naranja y amarillo. Cayéndose a pedazos trozos de columnas y siendo derribado por mismas bombas que ha colocado.
Sigue tatareando la canción embozando una sonrisa de satisfacción. Al fin, otro día en el que cumple su cometido. No puede guardar tal alegría sabiendo que cientos de personas avariciosas acaban de morir en estos momentos.
Quizás no tiene sentido que siempre deje una carta antes de hacer explotar un lugar, sin embargo; es tan hermoso poder escribir lo mucho que odias algo y destruirlo justo después. Hay veces que las cartas sí consiguen sobrevivir a las fuertes llamas y son anunciadas por todos los canales de noticias.
Ser el centro de atención le gusta, aunque sea tapado con una máscara que nadie ve. Una máscara que muchos mueren por quitar. Pues pueden seguir soñando en su mundo fantasioso, porque esa cara oculta nadie va a verla jamás.
Con un abrigo rodeando su cabello y cubriendo sus hombros, escapa del lugar. Corriendo al escuchar las sirenas molestas de los policías. Últimamente esos gemidos de dolor y esas angustias que sueltan los humanos al ver un querido muerto, no pueden ser contemplados por cierto culpable de ello. Los policías siempre tienen que estropear el momento que más ama.
¿Tienen que joder tanto a la gente? Ni que hiciera daño matando a personas asquerosas que solo se llevan el mundo al mismo infierno que los espera a ellos.
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Your piscopath [ Giyuutan ] Pausada
Fanfiction¿Ese asesino solo lo hace por compromiso al que lleva su caso, buscar información y manipularlo a libertad, o lo hace por amor? ---- Giyuutan / gytn [ Tomioka x Tanjiro ] Está historia no tiene relación alguna con la dimensión de Kimetsu no yaiba. E...