Alastor deseando ser rey del infierno comienza un juego con Lucifer para deshacerse de su depresión, el comerá su carne, pero esto es peligro, ¿podrá Alastor seguir con el engaño al rey y a su corazón?
//Por temas escolares puede que tardemas en subir los capitulos, pero lo intentare :3//
//(Corrección)//
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Alastor abrió sus ojos lentamente, solo para dase cuenta de que estaba en un lugar oscuro frío y desolado, la nada misma. Se levantó con desánimo pero por alguna extraña razón empezó a caminar sobre un sendero blanco que se encontraba allí de manera algo misteriosa, solo estaba el y un hambre voraz que crecía a cada paso que daba de su caminata solitaria y sin sentido o rumbo fijo, parecía un fantasma más que algún ser viviente
-(Tengo tanta hambre...)-
Pensó el ciervo mientras su cara reflejaba todavía su estado de esinterés en su preocupante entorno, precia que lo único que importaba era comer, un instinto bastante primitivo para el refinado demonio de la radio
-...Tengo que comer algo...-
Decía para el mismo pues no había nadie más tampoco como para escucharlo, después de lo que pudieron ser minutos, horas, días o tal vez segundos se encontró con un cuerpo de comida, algo para saciar su hambre que estaba amenazando con devorarlo desde adentro. Su mirada callo al pequeño cuerpo, pero para su sorpresa el frágil cuerpo frente a el era del rey, Lucifer el angel caído
-Que...-
Hablo desconcertado por toda la situación de locura, parecía todo falso, todo excepto su habré que parecía enloquecer con cada segundo cerca del peligroso aroma dulce del rey.
Dejandoce llevar por el instinto y hambre masivo además del cuerpo tan indefenso y exquisito del rey. Se arrodilló y corto con sus garra su carne, empezó por un brazo que se desprendió con bastante facilidad. Pero su sabor ni era ni de cerca lo que su para dar quería o a lo que estaba acostumbrado, la sangre del rey era dulce como la miel, algo que encontró muy desagradable.
-(Es asqueroso pero.... Es lo único que puedo comer...)-
Pensaba mientras daba grandes bocados al cuerpo extrañamente cálido del rey, su sangre dorada salía a chorros después de cada mordida y piel desgarrada, comía con rapides, casi desesperado, como si alguien quisiera quitarle su asqueroso manjar real
-Tranquilo Alastor~-
Una vez mano suave y cálida tocó su cabeza con suavidad y ternura, esa voz era dulce casi tanto como la miel, sus orejas se encogian hacia atrás al sentir el tacto de la persona que puedo reconocer casi al instante
-Nadie te lo va a quitar, así que come un poco más despacio querido-
Alzó su cabezacon sus ojos fulminando al contrario frente a el, era Lucifer el mismo que estaba devorando. Este sostuvo su cara con cuidado y limpiaba lentamente la sangre dorada de su boca con un toque delicado
