Capítulo 35

966 93 20
                                    

Ya había transcurrido un día desde el ataque a la aldea de la hoja por parte de los ninjas del sonido y Orochimaru, quien había manipulado a los ninjas de la arena haciéndose pasar por su Kazekage. Nos situamos ahora en el hospital de la aldea, donde en una habitación se encontraban cuatro individuos: una peli violeta, una rubia, un pelinegro con un peinado que recordaba a una piña y un rubio que ocupaba la camilla de hospital, quien era Naruto Uzumaki. Hinata, Ino y Shikamaru le hacían compañía, y todos estaban entretenidos jugando cartas.

Los jóvenes estaban alrededor de la camilla donde Naruto estaba sentado, jugando a tirar cartas pares. -No de nuevo-, se quejó Ino al ver cómo esta había sacado el comodín de la baraja de Shikamaru. -Bueno, al menos ya sabemos quién lo tiene-, mencionó Hinata mientras sacaba un dos de corazones de la baraja de Ino. -Eso no me consuela para nada-, replicó ella al ver cómo Hinata dejaba en la cama el par de dos de corazón y diamante. -Bueno, tampoco es para que te deprimas-, dijo Naruto sacando un tres de trébol de la baraja de Hinata y guardándolo entre los suyos. -Qué fastidio-, fue la única frase que salió de la boca de Shikamaru, quien tomó un cinco de picas de la baraja de Naruto, tirándolo a la cama junto con un cinco de trébol, dejando a Shikamaru como ganador porque se había quedado sin cartas.

Shikamaru había quedado como el ganador, lo que llevó a los demás a continuar el juego. Sin embargo, al final, fue Ino quien perdió al no poder controlar sus expresiones, dejándola con el comodín hasta el final de la partida. -Qué juego tan tonto-, replicaba ella, frustrada por no poder ganar. -Veo que se divierten, muchachos-, interrumpió una nueva voz al abrir la puerta, revelando la entrada de dos individuos. -Anciano, sabio pervertido-, saludó el rubio a Hiruzen y a Jiraiya. -¿Y tú por qué sigues en la cama? Lo único que tuviste fue desgaste de Chakra-, mencionó el tercer Hokage al ver al rubio aún en cama. -Es para evitar la fatiga-, respondió de forma chistosa Naruto, provocando risas entre los presentes. -Chicos, ¿nos podrían dejar a solas con Naruto? Debemos hablar de un tema serio-, pidió Sarutobi, haciendo que los jóvenes ninjas asintieron mientras se retiraba uno por uno de la habitación, dejando solo a los tres presentes.

Después de que los tres individuos escucharon los pasos alejarse de los otros ninjas, el rubio tomó la palabra. -¿En serio van a interrogar a un enfermo?-, dijo mientras se acostaba en la camilla, fingiendo una tos. El Sannin de los sapos no tardó en intervenir. -No te hagas el tonto y levántate-, exclamó mientras usaba su pie para inclinar la cama, haciendo caer al rubio Uzumaki en el proceso. Este se quejó desde el suelo, sobándose la cabeza. -Existen maneras más formales de levantar a una persona. Además, esto no parece un interrogatorio-, reclamó, mientras se incorporaba. Hiruzen observaba con seriedad al rubio levantándose. -Entonces...-, dijo el joven ninja confundido, sin comprender la gravedad del asunto. -¿Sabemos sobre tu Dojutsu y tu Katana? ¿O nos sorprendería más que de alguna manera supiste cómo crear una Bijudama en tu espada?-, preguntó el tercer Hokage con sarcasmo, reconociendo que el rubio frente a él no era cualquier ninja.

Naruto solo sonrió ante las palabras del líder de la aldea, dio media vuelta y se apoyó en la ventana mientras observaba hacia la aldea. Sarutobi, a sus espaldas, no podía negar que veía el espejismo de su padre, Minato, el Cuarto Hokage de la aldea. -A veces pienso que no es solo un niño de trece años-, mencionó en un susurro Hiruzen, solo para que lo escuchara el albino a su lado, el cual no podía negar que recordaba con una sonrisa al rubio Namikaze, hasta que ambos presentes escucharon unas palabras que los dejaron congelados: -¿Ustedes creen que mis padres estarían orgullosos de mí?- -Minato y Kushina estarían felices de mi avance como ninja-, fueron las palabras que salieron de la boca de Naruto, dejando sorprendido a Hiruzen y Jiraiya. -¿Cómo lo sabes?-, preguntó Hiruzen, con claras dudas en su rostro, pero el rubio solo sonrió.

Hiruzen estaba sin palabras por la confesión de que el rubio supiera quienes eran sus padres, pero sabía que a él era muy difícil sacarle información entonces decidió cambiar de tema a su propósito central. -Naruto, planeo dejar mi puesto como Hokage de la aldea-, le confesó Sarutobi al rubio Uzumaki. -¿Y eso por qué?- preguntó Naruto intrigado. -Estoy viejo y no tengo la capacidad física para proteger completamente esta aldea-, respondió Hiruzen con tono cansado. -Además si hay otra invasión no quiero lidiar yo después- complementó este con pereza -Esta noticia no la hemos hecho pública debido a los recientes acontecimientos-, mencionó Jiraiya refiriéndose a la invasión. -Tenemos planeado que la siguiente Hokage sea Tsunade, pero primero tenemos que convencerla, y ahí es donde entras tú-, explicó el albino con una sonrisa. -En otras palabras, prepara tus cosas porque partimos mañana a primera hora-, finalizó el Sannin de los sapos, obteniendo una afirmación del mencionado.

Volviendo A EmpezarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora