Capítulo 34

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La escena era impresionante, con la imponente figura de la bestia de una cola, Shukaku, y el jefe sapo Gamabunta, alzándose en medio del bosque. -Niño, tú de nuevo-, dijo el jefe sapo, dirigiendo su mirada al rubio encima de su cabeza. -Y yo, ¿por qué estoy aquí? Al menos dame dulces-, se escuchó una voz más chillona, revelando a Gamakichi al lado del Uzumaki. -Yo solo llamé a tu padre-, respondió Naruto, observando al pequeño anfibio. -Sí, pero me encontraba con él-, se excusó la pequeña rana, obteniendo el enojo del jefe sapo, que veía cómo hablaban encima de su cabeza. Mientras tanto, el pelinegro Uchiha levantaba la mirada para divisar al rubio, preguntándose qué estaba pasando, ya que este sudaba y respiraba extremadamente fuerte por alguna extraña razón.

Momentos antes, el rubio se encontraba con los Anbus afuera de la barrera donde el Tercer Hokage se enfrentaba a su discípulo Orochimaru. -Naruto-, mencionó el Tercer Hokage al notar la presencia del rubio, quien se acercó gradualmente a la barrera, colocando la palma de su mano sobre ella. La barrera repelió su mano, empujándola en sentido contrario. -Tal como sospeché-, confirmó Naruto en sus pensamientos. Cuando vio la barrera por primera vez, notó un flujo irregular de Chakra, pero lo que lo sorprendió aún más fue ver cómo el Anbu que intentó entrar chocó con la barrera y salió disparado hacia atrás con una gran fuerza.

Naruto estaba sorprendido al ver que la barrera repelía a cualquiera que la tocara. -Ni idea de cómo logró esto esa serpiente-, pensó el rubio, asombrado por la barrera, hasta que escuchó a alguien reír. Era un sirviente de Orochimaru. -Realmente apareces de la nada. Pensé que harías alguna diferencia-, menospreció entre risas, lo que provocó que los demás sirvientes de Orochimaru también se rieran. -¿Puedo entrar?- pidió el rubio, provocando un silencio por su petición. Este silencio fue roto por una carcajada mucho más fuerte de los ninjas del sonido. Sin embargo, en ese momento, una nueva risa comenzó a sonar, haciendo que todos voltean a ver al Uzumaki riendo.

Naruto reía levemente mientras la Aoi Hono aparecía en su mano, lista para cortar la barrera. Sin embargo, su sorpresa fue evidente al ver que, a pesar de sus esfuerzos, la barrera persistía. Decidió golpearla repetidamente, y aunque parecía no surtir efecto a simple vista, su aguda vista, potenciada por el Choutengan, le permitió percibir los rasguños y fracturas que se formaban, aunque se reparaban al instante. -Debe haber alguien suministrando bastante Chakra... o algunos-, reflexionaba el rubio mientras observaba a su amigo peludo medio dormido detrás de las rejas del sello. -Perdón, Kurama. Sé que querías liberarte antes, pero necesito probar esto primero-, se disculpó el Jinchuriki, obteniendo una sonrisa de aprobación de su amigo. -No te preocupes, Naruto-, respondió este mientras se levantaba y juntaba sus palmas. -¿Saben cómo se crea una Bijudama?-, preguntó a los presentes, captando su atención. -Es una esfera densa, sumamente pesada, que al impactar explota en una esfera de energía, vaporizando todo en su rango de extensión-, explicó el Uzumaki. -Consiste en concentrar Chakra positivo y negativo, y luego comprimirlo mientras los moldeas. Estos Chakras deben estar equilibrados, de lo contrario, explotaría-, continuó Naruto mientras alzaba su Katakana, sosteniendo el mango con ambas manos. -Debe haber un ochenta por ciento (80%) de Chakra positivo y un veinte por ciento (20%) de Chakra negativo, y este equilibrio debe mantenerse estable-, concluyó su explicación justo cuando la Aoi Hono comenzaba a desbordarse de Chakra, creando una ilusión de llamas azules que, en realidad, eran simplemente Chakra.

Nadie podía dar crédito a lo que veían: la enorme cantidad de Chakra que se acumulaba y desbordaba en la hoja de la Katana de Naruto. -¡Qué cantidad de Chakra!-, exclamó un Anbu, impresionado por la vista. Al mismo tiempo, un aura de Chakra rojo comenzó a elevarse alrededor del rubio, ascendiendo hasta la hoja de la Katana, donde ambos Chakras empezaron a fusionarse. Una intensa presión se hizo sentir mientras todos observaban cómo la hoja y el Chakra adquirían un color morado que casi se tornaba negro. En un único movimiento, Naruto bajó la Katana y golpeó la barrera. En el momento en que la hoja la tocó, creó una poderosa ráfaga de viento que lanzó a los Anbus por los aires.

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