Volviendo A Empezar

Capítulo 37

A las afueras del restaurante-bar, Naruto y Tsunade se encontraban frente a frente, con un albino suspirando ante la situación. -Soy una de las legendarias Sannin, no tengo por qué tomarte en serio, niño-, vaciló Tsunade con soberbia. -Te derrotaré con un dedo-, finalizó la rubia con el mismo tono desafiante, pero Naruto no se inmutó. -No te confíes, Tsunade-, le sugirió Jiraiya a su compañera, recordando los problemas que le había dado ese chico en el pasado. -Entonces, por respeto, usaré dos dedos-, respondió Naruto, extendiendo el índice y el medio de su mano derecha. -No te creas mucho, niñito-, dijo Tsunade molesta, observando cómo Naruto se acercaba de frente. -Un ataque frontal solo golpeará tu pecho y esto se acabará-, analizó la Sannin en su mente, preparada para atacar con su dedo. Sin embargo, al extender su brazo, Naruto imitó su acción con sus dos dedos. Antes de que los dedos chocaran, una gran presión surgió, seguida de una fuerte ráfaga de aire que envió volando todo a su alrededor. -Debería haberle dicho a Shizune que se escondiera-, pensó el albino al ver cómo Shizune chocaba con unas cajas debido al viento. -¿Cómo es posible esto?-, exclamaba Tsunade en su mente, observando cómo Naruto no solo estaba usando su técnica, sino que también le costaba avanzar. Por instinto, cerró su puño, incrementando su poder y comenzando a ganar terreno en el choque. Sin embargo, de repente sintió que su cuerpo era impulsado hacia adelante mientras Naruto agarraba su muñeca y, usándola como apoyo, giraba en el aire para aterrizar unos metros detrás de ella.

Tsunade se giró lentamente hacia Naruto, quien la miraba con calma. -¿Cómo demonios conoces esa técnica?-, expresó la Sannin con furia y confusión. -No dijiste que una de las legendarias Sannin solo necesitaba un dedo para derrotarme-, le recordó Naruto con sarcasmo, provocando la ira de la Reina de las Babosas. -Tendrás tu respuesta cuando estés en el suelo-, mencionó Tsunade mientras cerraba el puño con determinación. -Entonces será mejor que nos pongamos serios-, respondió Naruto imitando el gesto de Tsunade. Desde un tejado cercano, el albino observaba la escena. -Oye, te recomiendo que te escondas-, advirtió, refiriéndose a Shizune, quien acató el aviso y se escondió a una distancia considerable.

Naruto y Tsunade se lanzaron el uno contra el otro. Como antes, justo antes de que sus puños chocaran, la enorme presión fracturó el suelo y creó una ráfaga de viento aún más intensa que la anterior. -¿Qué está pasando?- exclamó alarmado un cliente en el restaurante-bar, sintiendo un fuerte temblor que hizo caer todo lo que estaba sobre su mesa. Tsunade, visiblemente angustiada, luchaba por ganar terreno. -Este chico me está dando problemas-, pensaba mientras observaba cómo le costaba avanzar. -¡Niñito!- exclamó Tsunade, lanzando una patada rápida que Naruto bloqueó con su antebrazo. En respuesta, él imitó su movimiento, lanzando una patada que la Sannin detuvo agarrando su tobillo. Con la velocidad de un relámpago, Tsunade lo estrelló contra el suelo como si fuera un tapete sucio, pero en el proceso tuvo que esquivar un Kunai que se dirigía hacia su cabeza. -Aquí termina-, expresó Tsunade lanzando una patada descendente que Naruto evitó desapareciendo en un destello amarillo. -La técnica del...-, pensó la Reina de las Babosas al darse cuenta del verdadero propósito del Kunai unos momentos atrás.

La Reina de las Babosas se dio la vuelta, observando cómo Naruto se acercaba con una esfera de Chakra. -No me vengas a joder-, expresó asombrada en su mente la rubia al ver cómo el joven ninja se aproximaba con un Rasengan. En respuesta, la Sannin concentró una gran cantidad de Chakra en su puño y lo hizo chocar con el Rasengan de Naruto, lo que provocó la expulsión de ambos individuos y los lanzó contra el suelo. -¿Por qué te emocionas cuando escuchas la palabra Hokage?- preguntó Tsunade mientras se levantaba, mientras Naruto imitaba su acción. -Porque yo seré Hokage, ese es mi camino ninja-, respondió el Uzumaki al levantarse, causando que en los ojos de Tsunade apareciera un destello de reconocimiento.

Los presentes volvieron a encontrarse con la llegada de Jiraiya y Shizune. -Señorita Tsunade-, exclamó Shizune preocupada al ver cómo la Sannin tenía la mano derecha ensangrentada. -No te preocupes, esto no es nada comparado con lo que me hubiera pasado-, tranquilizó Tsunade a su aprendiz. -Si ustedes siguen resolviendo sus diferencias aquí, van a destruir el pueblo-, mencionó Jiraiya al observar los pequeños destrozos causados por los dos rubios. -Tienes razón. Niño, reconozco tu talento, pero esto no ha terminado-, dijo Tsunade con firmeza. -Te doy una semana y luego volveremos a combatir-. -Entrena o holgazanea, te doy el tiempo. Y si logras vencerme, te daré mi collar-, afirmó Tsunade, mostrando el collar al final de su apuesta -Pero si pierdes me quedo con esta ranita- finalizo la rubia dejando ver a Gama-chan en las manos de la Sannin -Pero en que momento- exclamo sorprendido el Uzumaki revisando los bolsillos de su chaqueta -Malditos, primero el pervertido y ahora la abuela- refunfuño en su mente el joven -Bueno igual soy idiota por no guardarlo en los sellos- penso rendido este. -Está bien, aunque el collar no me importa-, respondió Naruto mientras comenzaba a alejarse. -Me voy a dormir-, finalizó el rubio, apartándose. Shizune pensó en contarle algo mientras observaba cómo Naruto se alejaba. -Bueno, al menos ha marcado un récord-, comentó Jiraiya, llamando la atención de las mujeres presentes. -¿A qué te refieres?-, preguntó confundida su compañera.