Secretos y Mentiras

157 12 2
                                    

Armando

Maddison... así se llamaba la hermosa chica que me estaba empezando a robar el corazón. Es algo tonto de mi parte puede ser que llegue a dañar la venganza de mi madre.

Pero es tan hermosa que no la puedo dejar ir, se que debo de ser sincero con ella así que le contaré quién soy. Luego sabré si ella de verdad quiere estar conmigo sino la dejaré ir aunque me cueste.

Tienes un hermoso nombre, tan precioso como tú. - Vi como Maddison soltaba una risa nerviosa y bajaba su mirada.

Decidí parar en una esquina de la calle. La quedé mirando y fue cuando me abalancé sobre ella es algo que siempre quise hacer desde que la vi.

La bese. Ella quedó atónita pero rápidamente me siguió el paso, era ruda varias veces intento tener el control del beso. Es algo que no lo permitiría siempre me ha gustado ser el que lleve el control de todo.

La acerco aún más a mi tomándola de la cintura, poco a poco las cosas se iban intensificando la más, puse mi mano en su mandíbula para así profundizar aún más el beso.

Después de eso hago que se siente en mi, seguimos peleando por quien lleva el control del beso, la tome de la cintura pegándola aún más a mi. Nos separamos por la falta de oxígeno.

Maldito oxígeno...

Nos quedamos viendo, teniéndola así más de cerca era aún más linda, tenía una mirada que me enamorada, moví uno que otro cabello rebelde que no me dejaba admirar su rostro muy bien. Memorice cada una de sus facciones, sin duda me encantaba.

Ella volvió a besarme rompiendo el contacto visual esta vez dejé que ella tuviera el control del beso, se pegó aún más hacia mi poniendo sus manos en mi cabello a su misma vez jugando con el. Puse mis manos en su cintura nuevamente mientras bajaba poco a poco a su trasero mientras dejaba un leve apretón.

Aunque no quise me separé de ella debíamos de llegar a mi casa, recoger mis cosas y dirigirnos hacia México. Aunque me duela también contarle quién soy.

Narrador

Se llevó a Maddison. Para empeorar las cosas su micrófono se cayó. - dijo Mike preocupado

Aún podemos rastrearla le pusimos un GPS- Dorn hablo para luego teclear en su computadora

Se que está bien, ella sabe lo que hace- dice Rafe algo preocupado por su mejor amiga. - Ella es fuerte puede con todo. - dijo para caminar fuera.

Rafe tiene razón solo confiemos en ella. - dice Kelly concordando con su compañero.

Tienen razón encontrará la forma de contactarse con nosotros. - dice Rita algo pensativa.

Ya se, Mike acuérdate de ese número que decía que le traía suerte. Era su marca de nacimiento.- dice Marcus captando la atención de Mike.

Bien, se que se comunicara en algún momento, ahora solo ocupo que busque esta frase "Hasta el fuego" - le ordenó Mike a Dorn

Bien esto es lo que me sale de la frase. - dice mientras se para.

Ahora puedo yo solo. - dijo mientras revisaba toda la información.

Ahí fue cuando se dio cuenta que esa persona que le disparó no era nada más que su hijo, la persona que se había llevado a Maddison era su hijo.

Mike no era una persona que se asustaba con facilidad pero esta situación lo agobiaba demasiado. Decidió viajar hacia México se entregaría hacia la persona que en algún momento llegó a amar. Todavía no podía creer que Armando era su hijo, no dudaba que su madre jamás le había dicho que el era su padre.

Tenía la necesidad de encontrarse con Armando su hijo... su hijo perdido. No fue mucho el tiempo después de empezar a sentirse mal, es normal que ese chico actuará asi, toda una vida de mentiras,peligro,drogadas. Pasar toda tu niñez en una cárcel, viendo como tu madre está encerrada tras las rejas.

Tampoco culpemos a Mike el nunca sabia que tuvo un hijo de la mujer que alguna vez amo. Mike hace mucho tiempo atrás entró de infiltrado en la familia Aretas como chofer. Tenía que detener ese peligroso cartel, lo que su corazón no sabía es que se iba a enamorar de la esposa de ese narcotraficante.

Mike como un buen policía siempre trató de cumplir con su palabra y de fallar, solo que esta vez el destino tendría algo diferente planeado para el que en un futuro sería una bomba. Una bomba que están apunto de detonarse.

Lamentablemente Mike tuvo que entregar a su primer amor a los policías, pues entró con una misión que tenía que cumplir.

Es gracioso como ahora se repite la historia, pero esta vez es algo más fuerte es una extraña química aún más fuerte que se formaría entre estos dos desconocidos.

Era poco el tiempo en el que Maddison y Armando se llevaban conociendo pero solo ellos podían saber que estaba pasando. Se estaban dejando llevar por los sentimientos sabiendo que ambos están ocultando muchos secretos y mentiras, algo que los puede perjudicar más adelante.

Ahora Maddison y Armando se encontraban llevando a la casa del segundo. El se bajó rápidamente para dirigirse al otro extremo de su auto donde se encontraba esta hermosa chica.

Bueno, hemos llegado a mi casa solo debo de guardar unas cosas y nos iremos. - le dijo mientras agarraba y guardaba varias cosas.

La castaña se tomó un tiempo para inspeccionar la cosa. Al ver que el chico se distraía busco entre su ropa, al no sentir el micrófono que llevaba se preocupaba, se sintió tan tonta al recordar que seguramente se cayó en la persecución.

Decidió hablar y tener excusa para interrogarlo. - Se que ya te lo he preguntado pero, ¿ Qué pasa ? ¿ Donde estamos, donde estaremos ? - ella necesitaba saber que  pasaría.

El chico se quedó en silencio asi que ella lo hizo también, mientras observaba el lugar sus ojos se detuvieron en la espalda trabajada de aquel chico. Pudo ver cómo estaba sudado y cansado, después de todo no lo culpa estuvo en una persecución.

Sabes bonita, ¿no te han dicho que las miradas se sienten? - preguntó dándose la vuelta a lo que la chica desvió su mirada.

Ellla trató de hacerse como si el no se dirigiera a ella, quería aplicarle la ley del hielo, quería que el empezara y le contara todo por si solo, aunque ella se lo preguntara.

Se detuvo en un cuadro de una señora joven, era un retrato, muy parecida a este chico. Su observación fue interrumpida por el mismo. Al sentir las manos de él posarse en su cintura y pegar la espalda de ella a su pecho.

Es linda. - dijo la chica. La verdad era que Maddison se estaba dejando llevar sabia que el destino se lo iba a cobrar pero iba a correr con ese riesgo luego.

Después de tanto se sentía protegida con el, en alguien para volver a confiar y entregarle su corazón. Puede llegar a ser un error pero lo descubrirá luego.

Es mi madre, Isabel Aretas. - dijo viendo la pintura aún con las manos en la cintura de ella. Bingo ya empezaba soltar información.

Me gustaría conocerla se cerca mira .... interesante. - mientras se giraba hacia el.

Pues justo ahora salió de prisión, está en México esperándome. Esperaba que fueras conmigo. - dijo este mientras volvía a admirar su rostro.

El no era tonto sabia lo que hacía, solo le soltaba piezas de un rompecabezas que jamás sabrá cómo armar, solo se distraerá un poco.

Entre Dos Fuegos •Armando Aretas•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora