𝑸𝒖𝒊𝒏𝒄𝒆𝒂𝒏̃𝒆𝒓𝒐𝒔 ─ 𝑬𝒎𝒊𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐 '𝑫𝒊𝒃𝒖' 𝑴𝒂𝒓𝒕𝒊𝒏𝒆𝒛 (PAUSE)

𝟎𝟒

Pasaron las clases que faltaban y al fin salieron del aula. Paula no habló con nadie en todo ese tiempo. La española bajó las escaleras en solitario, las chicas le habían preguntado si sabía volver a su casa, ella dijo que sí, ya que volvería con su amiga Alfonsina.

La española esperó a su amiga en la salida del instituto, pero ella no aparecía. Ella se comenzó a agobiar, pero se mostró serena y miró a sus alrededores. Vio al grupo de los chicos, entre ellos estaba Emiliano. El argentino estaba sentado en un bordillo mientras sacaba un reproductor de música mp3 y después lo guardaba en su bolsillo.

—Yo me voy muchachos— dijo Emiliano despidiéndose de sus amigos con un choque de manos.

El argentino se colocó sus auriculares y se metió las manos en los bolsillos y caminó rumbo a su casa. Paula se puso de espaldas a él, no quería hablar con nadie, su primer día estaba siendo un poco peculiar. Emiliano supo que era ella, cuando subió las escaleras antes de adelantarla se fijó en sus espaldas, más concretamente en su cabello. El argentino se quitó un auricular.

—Che— tocó el hombro de la chica, ella se dio la vuelta esperando que hablara de nuevo el chico.—¿Qué hacés acá?— preguntó mirándola.

La chica no sabía que excusa poner, su amiga no había venido y ella no sabía volver.

—Bue, ya me voy— el argentino creyó qué seguía molesta con él, así que comenzó a caminar hasta que alguien le agarró del brazo, él volteó la cabeza.

—No me acuerdo de cómo llegar a mi casa— dijo Paula mientras agarraba el brazo del argentino y le miraba a los ojos.

El argentino sonrió mientras la miraba a los ojos, Paula quitó la mirada y soltó su brazo.

—¿Dónde vivís?— preguntó el chico mientras la seguía mirando.

—¿Tú sabes dónde está el quiosco de una mujer embarazada?— dijo Paula, aún no se sabía la calle en dónde vivía.

—Ajá— asintió.

—Pues por ahí vivo.

—Estoy a unas cuadras de vos— dijo mientras comenzaba a caminar, la catalana le siguió.

—Qué bien..— dijo con alivio la chica.

—¿Conocés una cancha en la qué está más alejada del quiosco?— preguntó el chico guardando sus auriculares y el reproductor de música mp3.

—Sí.

—Allá estoy yo siempre, si te perdés ve hacia allá— dijo confiado.

—Yo no lo diría tan confiado..— dijo Paula, cuando ella fue allí por primera vez él no estaba.

—¿Por qué decís eso?— preguntó confundido.

Paula se encogió de hombros, no respondió. Emiliano no insistió y pensó él mismo la respuesta.

Después de unos minutos el chico habló.

—Ya estamos en el barrio.

—Gracias, ya sé llegar.

—Voy con vos hasta tu casa— añadió.

—Si tú quieres— dijo la chica mirando al frente.

—No tengo problema en hacerlo, vivís a unas cuadras de mí— la miró mientras ella seguía mirando al frente, ambos caminando.

—Gracias— ella giró su cabeza y le miró, ambos conectaron miradas por segundos, después miraron al frente.

—Aquí vivo— dijo llegando a su casa junto a él.