Capítulo VII

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Mala comunicación y una aún no relación.

Taehyung miraba el techo con remordimiento como si este tuviese la culpa de que él no pudiera conciliar el sueño de nuevo

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Taehyung miraba el techo con remordimiento como si este tuviese la culpa de que él no pudiera conciliar el sueño de nuevo.

Aún recordaba lo que había pasado el día anterior.

Luego de aquel caluroso momento que tuvo con Min Yoongi, regresó a su hogar como si fuese un robot, no sintió el tiempo, no sintió en qué momento entró a su casa y se recostó en su cama aún con el uniforme puesto y echando un grito el cual afortunadamentefue amortiguado por la almohada. No recordaba siquiera si había saludado a su madre. De repente se había sentido fatigado como si hubiese corrido un maratón y su rostro no paraba de sentirse tibio.

Estaba agotado, física y mentalmente.

Parpadeando, sintiendo su cabeza dar vueltas, giró quedando aún recostado de lado sobre su almohada, parpadeó de nuevo de forma repetida ya cansado y miró la puerta de su habitación.
Recordó entonces que cuando debía llegar a casa había tenido que hablar con sus padres sobre sus notas. Miró la hora en su teléfono el cual marcaba la una con cuarenta y dos minutos, era de madrugada.

— Todo por dormirme antes...

Iba a ser un problema bolver a dormir. Masajeó su entrecejo y movió sus pies, entonces se dio cuenta que ya no tenía zapatos. Miró hacia abajo y efectivamente no los tenía puestos, echó un vistazo a un lado abajo de su cama y ahí estaban acomodados uno junto la otro de forma recta. Al parecer alguien había entrado y al verlo así quitó sus zapatos y lo arropó.

Suspirando se acostó de nuevo. Tal vez sus padres lo dejaron descansar solo por esa vez. La charla entre ellos quedó pendiente.

Ante todos los movimientos que realizó, mareos repentinos le atacaron.

Se quejó en voz baja y cerró los ojos. De pronto, los recuerdos de el día anterior le llegaron de golpe. Haciéndole abrir los ojos y levantarse bruscamente hasta quedar sentado en la cama. Lo cual fue mala idea porque le dio una fuerte punzada en la cien.

Sostuvo su cabeza con ambas manos e ignorando el repentino dolor, miró hacia la nada y gimoteó como un cachorro.

Se habían besado, él y ese jodido chico.

La pesades del recuerdo le era tan irreal pero a la vez aún sentía ese hormigueo extraño en su boca y manos, su pecho vibrante y la respiración pesada de la otra persona, chocando con la suya, sus bocas una sobre la otra...

Esta vez sus mejillas ardieron como si fueran llamas.

Inconscientemente quiso justo ahora revivir ese momento. Había sido... jodidamente no tan malo. Siempre creyó en realidad que los besos tan profundos como esos eran un asco, ¿Intercanbiar babas con una persona que quién sabe si es higiénica?

Confesión equivocada.  ꒰𝐓𝐆꒱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora