Capítulo 2: Familia y primer amor

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Su regreso a Muelle de Loto era tal como lo esperaba: Su madre pegando el grito al cielo al ver la herida de su pierna y yendo a castigar con Zidian a cada uno de los discípulos que lo acompañaron. Por suerte el líder Jiang logró apaciguar el enojo de su señora, permitiendo que los discípulos lograran escapar no sin antes lanzarles una mirada severa, solo se los perdonaría por el momento.

Rápidamente un médico de la secta se acercó a WanYin, revisando y vendando nuevamente la pierna del menor. Mencionó algo sobre una posible fractura que hizo eco en los sentidos de Jiang Cheng, al parecer debía abandonar sus entrenamientos durante al menos 4 meses para permitir que sus huesos se fusionaran completamente, aunque podría lograrlo en 3 si usaban algo de energía espiritual.

Días después, cuando ya se encontraba finalmente descansando en su habitación y no en la enfermería rodeado de tantas personas, pudo permitirse pensar nuevamente en la situación con el Lan. Había estado tan herido en ese momento que se permitió dejar ver como el "débil" ser que era en su interior. Gran error. Le dió vueltas al asunto, una y otra vez, por alguna razón dejando que la molestia se convirtiera en vergüenza.

(Debo estar realmente loco)

Pensó cuando se dió cuenta que le había dado demasiada importancia, ahora no solo eran las escenas de el mayor pasándole su energía espiritual ni las escenas donde era sujetado por él... Esa sonrisa, esa maldita sonrisa de sol que no parecía desaparecer de su rostro hacía acto de presencia cada vez que cerraba sus ojos.

Innecesario.

Estúpido.

Intolerable.

Hizo el ademán de levantarse de la cama para tomar sus muletas, pero su cuerpo reaccionó antes, cayendo nuevamente sobre el cálido colchón.

-¡Demonios! - Exclamó, apretando las sábanas moradas entre sus puños.

-Nunca pensé que un gatito tan gruñón como tú podría verse así de indefenso. - Como si de algún tipo de karma se tratara, el dueño de sus muy frecuentes dolores de cabeza ingresó a la habitación, tan desaliñado y animado como siempre. -¡Cheng-Cheng! No sabes cuánto te extrañé~

Wei WuXian lanzó hacia él, teniendo cuidado de no lastimar la pierna vendada del menor.

El Jiang se removió entre el ferviente abrazo, pero no intentó deshacerlo por sí mismo. No lo diría en voz alta, pero ya extrañaba la intrusiva cercanía de su mejor amigo.

-¿Y a ti qué te pasa, idiota? ¡He estado así durante más de 4 días y hasta ahora vienes a verme! - Recriminó una vez que él otro consideró que debía separarse.

El mayor, ahora dejando ver otro lado de sí, soltó una sonrisa nerviosa y formó un puchero con sus labios. -Lo siento, MeiMei... Tuvimos un pequeño inconveniente en nuestro viaje, ¡pero vine en cuanto supe de tu lesión!

Solo pudo resoplar y desviar la mirada, él sabía lo entusiasmado que estaba su amigo de acompañar a sus padres en cada viaje que tenían. Incluso si el mismo Wei le decía que podría quedarse con él, Jiang Cheng no tendría el corazón para aceptarlo.

-Como sea, necesito salir de aquí. - Señaló las muletas a un costado para que se las pasara, acto que fue inmediatamente llevado a cabo por el mayor.

Caminaron a pasos lentos por los pasillos hasta llegar al muelle privado de la familia. En ningún momento Wei Ying dejó de hablar, contando sobre las aventuras que tuvo durante su viaje, los métodos de cultivo que había empezado a aprender y las bellezas que encontraba en cada pequeño pueblo en el que descansaban.

-¡Deberías haberlas visto, ChengCheng! - El mencionado podría jurar que su hermano-amigo estaba a punto de levitar por la emoción. -Eran más tomates que personas cuando les lanzaba una de mis brillantes sonrisas~

Conquistando a un LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora